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R. G. LASTRA
Domingo, 13 de junio 2021, 02:00
Estudiante, deportista y feliz, el estallido de la pandemia arrastró a Cris a un negro abismo que a punto estuvo de devorarla.
«Todo empezó en el confinamiento, en marzo del año pasado, yo siempre he tenido mis inseguridades y complejos y entonces pasé unos ... días con problemas estomacales, adelgacé un poco, me vi bien y... Empecé a comer menos, pero cuando no podía para que no sospecharan mis padres me iba al baño a vomitar nada más acabar. Como me iba bien así y seguía perdiendo peso, decidí seguir hasta verme bien del todo, pero te engancha, te arrastra y llega un momento en el que pierdes el control y no puedes salir de esa rueda. Perdí 12 kilos en dos o tres meses» arranca su relato.
Las alarmas se encendieron tras el verano: «Empecé a notarme mucho más irritable, discutía por cualquier cosa con mis padres y mi hermano, empecé a ir peor en los estudios porque no podía concentrarme, perdí el interés por todo e incluso dejé de salir. Al final, en noviembre me decidí a contarlo y pedir ayuda, se lo dije a mi mejor amiga y ella fue la que me aconsejó que se lo dijera a mis padres y al día siguiente fuimos al centro de salud, donde me derivaron al endocrino y a la psiquiatra. Como nos dijeron que había lista de espera para la atención psicológica, mi madre llamó a ACAB-Rioja y de ahí nos derivaron a Daniel, con el que llevo desde noviembre. Me encuentro muchísimo mejor a nivel psicológico, pero falta mucho por hacer. Llegué con 48 kilos y he ganado peso, pero sigo justa, aunque tengo apoyo de la endocrina y la nutricionista», aclara.
consejo
Es una luchadora y no contempla rendirse. «Siempre tienes miedo a recaer, pero la verdad es que me veo con fuerzas. Es duro, hubo momentos en los que llegué a arrepentirme de haberlo dicho, pero ahora estoy contenta porque creo que lo he cogido a tiempo. Si en solo unos meses me puse tan mal como llegué a estar... Hay que pedir ayuda cuanto antes porque solo es imposible. Te arrastra, te domina te descontrolas y no hay nada que hacer. Necesitas ayuda externa especializada y el apoyo de los tuyos para hallar la salida».
Pilar y Pedro, padres de Cris, son su apoyo imprescindible en la batalla contra la anorexia. «No llegamos a sospechar nada, lo achacábamos a la pandemia, al confinamiento, a la situación... Para los padres es muy duro, tienes el miedo de lo que va a tardar en pasar esto, si va a recaer, si va a ir a más y de saber el porqué, ya que detrás siempre hay problemas de inseguridad y baja autoestima. Sabemos que es una pelea larga y difícil, pero afortunadamente ella ha sido muy valiente y rápida en decirlo y en pedir ayuda creemos que a tiempo».
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