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Desde el pasado mes de junio, 552 enfermeras riojanas, de las 1.100 que forman parte del sindicato Satse, se han dirigido por escrito al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, para solicitar que el Ejecutivo central posibilite la jubilación anticipada ... de manera voluntaria a partir de los 60 años. Todas ellas, que representan el 50% del personal asociado, justifican esta reivindicación en que la asistencia sanitaria y los cuidados que reciben los ciudadanos podrían verse afectados por el «cansancio» y la «falta de personal» que sufren los profesionales que integran estas plantillas a lo largo de sus más de 40 años de vida laboral.
«Las enfermeras empiezan su vida laboral muy jóvenes y, hasta los 65 años, pueden transcurrir más de 40 años de servicios prestados continuados, y el aguante no es el mismo por más que se quiera», apunta Marta Sáenz-Torre, secretaria autonómica de Satse-La Rioja. En este sentido ,explica que la propia naturaleza y la complejidad de la labor de las enfermeras requiere siempre de «una serie de habilidades y estados de alerta que se ven afectados con el paso de los años, porque no es lo mismo enfrentarse a las guardias y turnos de noche en Urgencias con la fuerza física y el vigor de los 30 o 40 años que hacerlo con 65».
Porque a pesar de la experiencia y el conocimiento que engloban estos profesionales, «trabajar de noche o en un hospital es muy duro, porque te pueden surgir un montón de incidencias y el cuerpo pesa». No solo eso. En lo que respecta a las condiciones laborales, el personal enfermero está expuesto a un sinfín de riesgos para su salud como los ergonómicos, químicos o biológicos, además de «estar siempre en contacto con la enfermedad y el dolor de los usuarios».
Por no hablar de los turnos rotatorios e ininterrumpidos a los que se enfrentan. De hecho, como explica Sáenz-Torre, «se exige una continuidad de cuidados que obliga a una labor ininterrumpida de 24 horas al día durante todos los días del año, incluyendo los turnos o las guardias de 12, 17 o 24 horas». Aparte del cansancio, «sufrimos el déficit de las plantillas». «En los hospitales, por ejemplo, trabajar durante diez horas por la noche, por la mañana o por la tarde, con la presión asistencial tan enorme que vivimos, hace que los cuerpos se agoten, por lo que se genera un mayor cansancio y estrés, problemas físicos y emocionales». Con estas condiciones laborales «de turnos, presión asistencial y de exposición a riesgos, llega un punto en el que el cuerpo no puede más». Por ello, Satse continuará con el envío de cartas con una periodicidad quincenal hasta que se materialice la posibilidad de prejubilarse de forma voluntaria. La última entrega se produjo, con 35 escritos, en enero.
La falta de personal enfermero no es una realidad nueva en la región, pero la radiografía que ofrece el último estudio elaborado por el sindicato Satse a nivel nacional no es, ni mucho menos, optimista. La estimación es, de hecho, que en la actualidad faltan unos 550 profesionales en los servicios sanitarios públicos y privados, incluidos los que se prestan en las residencias de mayores. Del total, se necesitan casi 300 enfermeros en los hospitales y en la Atención Primaria riojana.
Y todo, tras la contratación de casi 100 enfermeras en el ámbito público riojano. «Se ha incrementado la plantilla del Seris en unas 100 enfermeras, pero sigue siendo una cifra muy insuficiente, porque se mantienen las ratios de una enfermera para cada 20 pacientes», apunta Marta Sáenz-Torre, secretaria autonómica de Satse-La Rioja. Es, por tanto, «un claro indicativo de que se siguen necesitando enfermeras, también en el ámbito sociosanitario». De hecho, a juicio de Sáenz-Torre, esta ratio es «muy poco segura para los ciudadanos, porque lo ideal es que haya una enfermera para cada 6 u 8 pacientes».
En este sentido, la posibilidad de que el colectivo pueda prejubilarse de manera voluntaria no tiene por qué agravar la falta de personal. «Todo dependerá de cómo se regule y de cómo se vean las enfermeras, porque en función de sus puestos de trabajo se podrán ver perfectamente capacitadas para desempeñar su labor, ya que no todo es Urgencias o UCI».
Por ello, «si se tomasen algunas medidas, como mejorar las condiciones laborales, seguramente no habría tanta gente que aspirase a la jubilación anticipada o que la necesitase de forma tan clara». Por ello, la secretaria autonómica recuerda que «es imprescindible incrementar de 75 a 100 el número de plazas en el Grado de Enfermería, ya que cuanto más se tarde en hacerlo, más se va a agravar este déficit de personal».
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