Las enfermeras riojanas cobran entre 431 y 921 euros menos que vascas y navarras

La falta de personal es preocupante y las comunidades, además de lidiar con las fugas al extranjero, deben competir entre ellas para retener talento y reforzar sus plantillas con la 'sustracción' de profesionales a otras regiones, una estrategia en la que todo vale, con las mejoras salariales y otros alicientes laborales como armas prioritarias. Un terreno en el que La Rioja tiene mucho camino por avanzar, especialmente a la hora de estrechar la brecha en los sueldos existente con la mayoría de los territorios, sobre todo con los vecinos, el País Vasco y Navarra.

No es la única. De hecho, en España hay un abismo monetario de más de un millar de euros mensuales en las nóminas de los profesionales de enfermería según dónde desempeñen su labor.

El Ministerio de Sanidad, que admite que «las diferencias salariales entre comunidades son notables, probablemente debido a variaciones en las políticas regionales, el coste de la vida y los presupuestos autonómicos dedicados al sector sanitario», ha reflejado en su informe las horquillas del sueldo mínimo mensual en bruto de la profesión, una comparativa en la que el colectivo riojano no sale demasiado bien parado.

Con un salario mínimo de 1.996 euros en el caso de una enfermera generalista de Atención Primaria en La Rioja (la especialista cobraría 2.039), el tope se sitúa en la comunidad en los 2.182 de una profesional especializada en Atención Hospitalaria (2.130 la generalista), las nóminas regionales se ubican a la cola del país, solo por debajo de la horquilla de entre 1.647 y 1.860 euros de sus colegas de Cantabria, en una estadística que lidera con amplitud Canarias, con sueldos que van de los 2.898 a los 3.318 mensuales.

El cruce de datos es aún más doloroso si se reduce el mapa y se analizan las cifras regionales en relación con las manejadas en los territorios del entorno, una grieta que se ensancha de forma sangrante en cuanto el radar se desplaza hacia el norte. Si la brecha entre los profesionales de enfermería riojanos oscila entre los 95 y 125 euros mensuales en negativo respecto a sus compañeros de Aragón y entre -185 y -221 con el colectivo castellano-leonés, el resultado que ofrece la balanza es casi sonrojante en relación al País Vasco, donde la horquilla varía entre los 2.495 y 2.613 euros (entre 431 y 499 más), y, sobre todo con las nóminas manejadas en la vecina comunidad foral, ya que las enfermeras navarras, con 2.917 euros mensuales, superan a las riojanas en 735 euros al mes en el mejor de los casos y en 921 en el escenario más negativo para las profesionales de esta región.

La monetaria no es la única discrepancia entre comunidades que se aprecia en el informe ministerial, ya que hay diferencias interterritoriales incluso en los capítulos de jornada laboral, horas de trabajo implantadas y hasta en vacaciones. En este sentido, aunque la jornada efectiva en 2024 de las enfermeras fue de 35 horas semanales en la mayoría de comunidades, en Navarra, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, Ceuta y Melilla ascendieron a 37,5 y a 36,2 en los casos de Galicia y Aragón.

Respecto a las vacaciones (al margen de los días adicionales de libre disposición más los extras por antigüedad), la diferencia las vuelven a marcar las vecinas Navarra y País Vasco, con 27 y 28 días respectivamente, frente a los 22 de las enfermeras de La Rioja y de las restantes comunidades.

A favor del colectivo riojano, en este caso, en Atención Primaria, un único epígrafe les favorece, en concreto el relativo a la carga asistencial según el número de pacientes asignados, 1.370 en el conjunto del Sistema Nacional de Salud en una clasificación que lidera las madrileñas, con 1.950, y cierran precisamente las de La Rioja, con solo 968 frente a los 1.463 que se contabilizaban en 2014 o los 1.067 de 2018.

Y en este escenario, en el que el Ministerio admite una disminución de las contrataciones en el periodo 2021-2023 en todas las comunidades –en La Rioja descendieron de los 686 del primer ejercicio analizado a las 663 y 480 de los dos posteriores–, el 'robo' de profesionales entre territorios no cesa y aumenta la movilidad del colectivo enfermero en el suelo nacional. Según el estudio del Ministerio, el 83,7% de los contratos en 2023 se firmaron con enfermeras que se quedaron en su tierra de origen, pero en 4.257 de ellos las sanitarias se trasladaron a otras regiones, lo que supone una tasa del 16,31%, un trasvase en el que La Rioja fue una de las once comunidades perjudicadas, aquellas que presentaron un saldo negativo al recibir a menos profesionales de otras regiones que las residentes que hicieron las maletas hacia otro destino nacional. Con solo Cataluña, Madrid, Navarra, País Vasco, Asturias y Baleares en positivo, el dato riojano fue de -404, al contabilizarse 127 aterrizajes frente a las 531 partidas.