«Las enfermeras me dicen: Ramón, no todos son como tú»

Entre «ven al hospital y marcha a casa», cuenta, lleva tres años. Todo han sido ingresos y altas en el Hospital San Pedro para intentar hacer más llevadera una enfermedad que le ha arrebatado la salud. Hasta en diecisiete ocasiones ha estado ingresado en estos últimos 36 meses y en los últimos diez, cuenta al detalle, le han operado en tres ocasiones del estómago. «Me lo han quitado en dos veces». El 12 de diciembre de 2023 le extirparon una parte y el 8 de febrero, el resto «porque vieron que no me habían quitado todo». La última vez que entró en quirófano fue por una hernia «que también llevaba lo suyo» y recuperarme de ésta, lamenta, «me está costando muchísimo más».

En el Hospital de La Rioja lleva algo más de un mes, aunque los días se le amontonan. Es miércoles y cuenta las horas para ver a su hija. Trabaja fuera y «viene mañana para pasar el fin de semana». Su mujer también está «pachucha», pero está en casa, en el pueblo en el que ambos residen.

De momento él dice encontrarse «fenomenal» en el hospital. Lo dice sin titubeos. «No puede haber cosa mejor. De política no me preguntes porque entiendo poco, pero los que dicen que estamos muy mal, muy mal, yo no sé cómo se equivocan tanto. Aquí no te falta de nada, de nada, de nada, las enfermeras, las médicas, todos están muy atentos».

«Las enfermeras me dicen: Ramón, no todos son como tú». Cree que es porque «las cosas buenas no las ven y yo sí, porque me tratan aquí como un rey». ¿Tiene ganas de volver a casa, Ramón? Por un lado sí, responde, pero por otro no, «porque en casa no tengo la atención que tengo aquí. Aquí hace un momento me han puesto esto –señala la vía del brazo– y en casa no podría tener esa atención», comenta mientras da sorbitos al puré.