Licenciado en Medicina por la Universidad de Oviedo y especialista en Dermatología médico-quirúrgica y Venereología, el doctor Álvaro Rivera Rodríguez atiende desde Fundación Hospital ... de Calahorra a los últimos afectados que aún quedan del brote de sarna detectado en Alfaro a finales del pasado año.
– ¿Es una enfermedad más molesta que peligrosa?
– Efectivamente. Esta es una enfermedad muy pruriginosa, suele producir un picor casi inconfundible, pero es cierto que no entraña riesgos para la salud.
«Hay que tratar a todos los contactos directos y a todos a la vez», defiende el doctor para evitar los retrasos en la curación
– Mucha gente tenía la idea de que era una enfermedad ya erradicada.
– Sí, de hecho, la mayoría de los pacientes, cuando les dicen que tienen sarna, su respuesta suele ser siempre la misma: «¿Pero no estaba erradicada?». Pues no, no lo está y, de hecho, en mi opinión subjetiva, es imposible porque tiene todo lo que debe tener una enfermedad infecciosa para garantizarse el éxito: el ser muy contagiosa fácilmente, no ser grave y muy a menudo es poco sintomática. De hecho, no hay signos ni síntomas al margen de ese picor característico que no siempre se presenta.
– ¿Es por eso que uno de los principales problemas de esta enfermedad suele ser el habitual retraso en su diagnóstico?
– Sí, porque a veces puede ser de semanas e incluso de meses. Primero porque no todo el mundo presenta síntomas; y segundo, porque no todos los que los presentan sufren los mismos. Cuando a alguien le pica mucho suele ser más fácil, pero hay pacientes que les pica solo un poco y algunos que incluso ni se enteran. Pero el problema es que, con síntomas o sin ellos, unos y otros son contagiosos. Es una enfermedad que no da un aspecto clínico característico, como sí ocurre con la psoriasis o la urticaria, porque lo normal es que no aparezcan señales en la piel. Esos puntitos que a veces se ven en algunas fotos se deben al rascado, si el paciente no tuviera manos probablemente no tendría nada.
– ¿Cómo se puede detectar entonces?
–Es muy difícil excepto a través del uso del dermatoscopio –un instrumento óptico con luz polarizada, una especie de microscopio manual que aumenta la imagen–, con el que el dermatólogo, sabiendo en qué zonas buscar, es capaz de encontrar y ver el ácaro.
– Tampoco ayuda lo prolongado del tratamiento, claro.
– Es muy costosa la curación, algo que tampoco sabemos muy bien por qué, porque antes se pensaba que el tratamiento era exitoso siempre y que no existían las resistencias al tratamiento, pero es algo que, aunque todavía no se ha debatido, se pone más en duda que antes. Siempre se había pensado que el tratamiento con la crema era efectivo en el 100% de los casos y que si no lo era se debía a que no se aplicaba bien o no se trataba todo el mundo que debía hacerlo, pero es cierto que últimamente cuesta un poquito más que los pacientes se curen. Eso nos hace sospechar que quizá, aún no se sabe con certeza, el tratamiento no sea tan efectivo como lo fue en el pasado por una mayor resistencia del ácaro al mismo.
– Una vez diagnosticado el contagio, ¿qué es lo que hay que hacer?
– Seguir el tratamiento indicado por el médico y, sobre todo, tratar a todo el mundo, a todos los contactos directos, y, además, a todos a la vez. La gente se desespera por el retraso en la curación, que puede ser porque no se ha hecho el tratamiento de forma adecuada o porque se ha recontagiado, porque puedes curarte y volverte a contagiar. Además de las pomadas, el tratamiento se puede reforzar con medicamentos orales.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.