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Raúl Moracia no deseaba vivir en otro lugar que no fuese su pueblo, Nalda. A sus 22 años, residía con sus padres en la propia localidad y el Plan Revive impulsado por el Gobierno de La Rioja le supuso un empujón para independizarse. «Cuando salieron las ayudas me informé y vi que podía salirme rentable. Mi idea era vivir en Nalda, que es el pueblo de mi infancia, pero no había mirado nada hasta entonces, así que lo empecé a mirar junto con mis padres y mi novia», cuenta.
En el caso de este joven naldense, el Plan Revive supuso animarse a acelerar su independización. «Gracias a la ayuda me he podido ir de casa antes, puesto que, si no, quizá no lo podría haber hecho hasta los 30», reconoce Raúl. El piso que eligió y ha adquirido era nuevo y con la subvención ha podido realizarle alguna reforma que deseaba. Ahora está en plena mudanza. «El piso me gustó porque, además, es una zona joven, cerca del centro del pueblo y de las instalaciones deportivas», celebra el joven naldense. Y tal vez lo mejor de todo, la sencilla tramitación administrativa: «Ha sido todo bastante rápido, apenas cuatro pasos, así que lo veo bien para que los jóvenes nos podamos independizar y quedarnos en nuestros pueblos».
Albelda de Iregua ha sido, con 32, la localidad donde más solicitudes del Plan Revive se presentaron, lo que ha permitido al municipio superar por primera vez los 4.000 habitantes. Después, Agoncillo, con 30, lo que ha favorecido que su población crezca un 10% en un año, alcanzando ya los 1.480 vecinos. En total se registraron 101 solicitudes en pueblos de hasta 500 habitantes, 119 en municipios de entre 501 y 2.000, y 145 en localidades de entre 2.001 y 5.000 habitantes.
Raúl Moracia
Vecino de Nalda
La opción de compra fue la más demandada y dispersa, con 76 lugares diferentes, destacando también Autol con 19, Anguciana con 8, Hormilla con 6, Galilea, Viguera y Zarratón con 5 y Ollauri, Valgañón, Arnedillo y Castañares de Rioja con 4. Pero también hubo ayudas para rehabilitación en seis municipios y de autopromoción en otros tres.
Sergio Tejada, de 34 años, se mudó de Logroño a Agoncillo el año pasado, cambiando el alquiler por una vivienda en propiedad junto a su pareja, Paula. «Vimos que era un pueblo con muchísimos servicios, con tranquilidad y, por la cercanía a Logroño, creo que tenía lo mejor de los dos mundos. Obviamente, la economía contaba. Si ya los precios de la vivienda en Agoncillo son menores que en Logroño, el Plan Revive dio el empujón definitivo a esa decisión», explica. Y considera que Agoncillo era mejor opción porque «en la periferia, Lardero y Villamediana, los precios son más elevados, muy parecidos a la capital».
«Al final, saber que la vivienda es tuya, a largo plazo siempre es mejor, es una inversión a futuro. Y la hipoteca ahora mismo es mejor que el precio del alquiler, así que creo que hemos ganado», opina Sergio. En resumen, subraya, «es un buen sitio para practicar deporte y, como jóvenes, hacer una vida activa, es muy recomendable, está muy bien y tiene muchos servicios deportivos».
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