La emergencia vial del dispositivo V-16

Según datos de la DGT, en España —sin contar Cataluña y País Vasco—, entre 2019 y 2020, 28 peatones murieron atropellados en la vía por abandonar su vehículo tras un accidente o una avería. A fecha de enero de 2021, cuatro personas fallecieron en las mismas circunstancias.

Hasta hace menos de un mes, los triángulos de preseñalización de peligro —colocados, al menos, a 50 metros de distancia— y el chaleco reflectante eran las únicas medidas que permitían advertir nuestra presencia ante accidentes o averías. Desde el 1 de julio de este mismo año se ha aprobado el uso de la luz de emergencia comercializada con el nombre 'V-16'. Esta era opcional (aunque no conocida) desde julio de 2018 y pasará a ser obligatoria, en sustitución de los triángulos, a partir del 1 de enero de 2026. Beatriz Zúñiga, Jefa Provincial de Tráfico en La Rioja, explica los porqués: «La V-16 se adopta para dar mayor seguridad y reducir la siniestralidad. Va a proteger al vulnerable, a ese conductor o pasajero, pero también al resto de usuarios de la carretera que van a saber, desde antes, que hay un vehículo averiado».

«Al producirse un accidente, solo con sacar el brazo por la ventanilla del coche y poner el aparato encima del techo, saben que estás retirado y te ven desde lejos», añade Sergio, un empleado de Recalvi Calahorra, tienda especializada en el sector del automóvil.

Aunque el mecanismo depende del modelo implementado por cada marca, los más sencillos funcionan con pilas y, al colocarse, detectan la chapa del coche, de tal manera que emiten destellos de color amarillo visibles en todas las direcciones y a 1 km de distancia. De cara a 2026, se espera que el funcionamiento del dispositivo incluya una conectividad que todavía se encuentra en pruebas, según informa Zúñiga. «Estos avances —apunta— servirán para conectar la baliza con la aplicación DGT 3.0. A través de ese medio, se va a informar a tiempo real sobre las anomalías de tráfico. Se pretende que la plataforma funcione como un canal único de comunicación con una total interconectividad para que navegadores como 'Google Maps' o 'Waze' puedan dar cuenta del estado de las vías, que no solo serán carreteras o autopistas, sino también zonas urbanas».

Las condiciones de fabricación y homologación de la baliza sin conectividad (que ya puede comprarse) pueden leerse en el anexo XI del Reglamento General de Vehículos. Para las V-16 futuras, que contarán con geolocalización, se publicará próximamente una instrucción modificada en el Reglamento General de Vehículos, así como un listado de las marcas homologadas en la página de la DGT. De ahí el período actual de adaptación.

Según expresa Zúñiga: «Es bueno que haya un período transitorio para que se vayan asimilando estos cambios por parte de todos. De conductores, de fabricantes, de concesionarios, aseguradoras... Hace falta un tiempo para que se conozca, para que se sepa el porqué de su aplicación, su uso, características de fabricación, etcétera. Así, cuando se obligue, cualquiera podrá encontrarla en el mercado y asegurarse de que es segura».

La V-16 homologada y sin conectividad cuesta, ahora, entre 20 y 30 euros (IVA incluido). El precio para la obligatoria, que incluirá esa mejoría, pretende igualarse en unos 30 euros.

Las recomendaciones pasan por comprar esta baliza que, si bien quedará como inservible dentro de cinco años, protege más que los triángulos, los cuales también resultarán ineficaces.

Con un volumen aproximado de ventas de 50 balizas por semana, Sergio plantea: «Es muy difícil que dejen de ocurrir accidentes y las mejoras en seguridad siempre serán constantes. Lo que está claro es que el progreso siempre será mejor. Sí, tendrás que comprar dos veces, pero el triángulo se sigue comprando y tampoco va a servir». A lo que Zúñiga concluye: «Estamos hablando de seguridad vial y de proteger tu vida. Aunque la V-16 aún no esté conectada, tampoco lo están los triángulos a nada».