La emancipación, un desafío que implica a todos

Las principales instituciones y organizaciones regionales concretan un compromiso común y compartido en beneficio de los jóvenes riojanos para el desarrollo de un proyecto de vida autónomo y sostenible

Viernes, 23 de marzo 2018, 09:48

La entropía tiene mucho que ver con la vida y la muerte: en cierto modo podría definirse la 'vida' como la forma en la que el universo hace que la entropía aumente más rápidamente, aunque de forma ilusoria podamos creer que invertimos la energía en ... resolver un crucigrama, ordenar por colores nuestros libros o seleccionar la ropa por tamaños antes de tenderla.

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No está muy claro qué sucederá al final, cuando toda la energía del universo se haya dispersado tanto que llegue al equilibrio perfecto, a una distribución en la que ya no haya energía, ni para las estrellas ni para las reacciones químicas, ni por supuesto para la vida.

EN DATOS

  • 16.073 jóvenes menos en La Rioja de entre 15 y 29 años del periodo que va de 2005 a 2017.

  • 14,1% es el porcentaje que representa en estos momentos la juventud en La Rioja.

  • 22.243 de estos jóvenes son de sexo masculino, es decir, el 50,5% del grupo.

  • 21.841 de estos jóvenes son de sexo femenino, es decir, el 49,5% del grupo.

  • 6,1 son los puntos porcentuales perdidos por la juventud riojana de 2005 a 2017.

  • 12,5% Es la tasa de fracasa escolar, la tercera más baja de toda España en 2017.

  • 29 Es la edad media de emancipación en España | En Suecia llega a los 19 años.

Pero sí parece evidente que habrá una duda aún por resolver: ¿alquiler o compra? Y a partir de esta decisión, todo se enreda, se desorganiza, la entropía se hace hueco entre el objeto inamovible de la emancipación, a la que todo ser humano quiere tener acceso, al ser un hecho natural eso de tener que dejar definitivamente el huevo familiar... por el bien de todos.

Dicen los que saben del tema de las estrellas que «el universo, tal y como lo conocemos, se quedará en una profunda quietud. Así que aprovecha lo que puedas... mientras dure». Todo se quedará quieto, nada se moverá, por tanto; salvo la educación, que se politizará; salvo el precio de la vivienda, que crecerá; salvo los salarios, que se reducirán; salvo la maternidad, que se retrasará; salvo la vejez, que se alargará; salvo las pensiones, que se privatizarán... y salvo la (des)población de La Rioja que sí se alineará con la entropía, el universo, la flecha del tiempo y todas estas cosas hasta quedarse quieta... en el cero.

Es sencillo observar el universo poblacional de La Rioja. Quien más quien menos conoce a un amigo que se ha ido a Madrid a ejercer como abogado, o a un familiar que sirve copas en Londres, a un compañero del equipo de fútbol que siendo brillante no encontró trabajo en La Rioja y se ha montado un negocio «del copón» en Madrid, Barcelona, Bilbao, Zaragoza... Es más, todos conocemos a amigos o familiares que resisten por los pelos: viven en Logroño, por ejemplo, pero trabajan en Pamplona, en San Adrián, en Vitoria, en Burgos... Van y vienen, sobra para comprobarlo con pasarse un viernes por la tarde por la única entrada de acceso directo a Logroño desde la AP68. El habitual atasco muestra la dimensión entrópica que conforman todos esos riojanos que resisten por los pelos de un piso comprado hace tiempo y que les fija en una localidad donde no trabajan.

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Hay quien se resiste a reconocer la dimensión de este problema. Aseguran para ello la extraordinaria calidad de vida de La Rioja. Muchos dicen, incluso, eso tan viejuno de «al final, se marchan, pero todos quieren volver». Claro, todos quieren volver a la que ha sido su casa. Pero a la larga, pocos lo hacen finalmente. Pero esto último nunca se sabrá, dado que no hay datos que ofrezcan el valor real del retorno a casa del talento.

Pero el problema, sin duda, existe. Y es de tal magnitud y preocupa tanto que hasta los responsables políticos de la región -todos y de todas las partes- se han puesto de acuerdo para buscar algún tipo de solución en lo que se conoce como Pacto por la Emancipación, que se congratulan y felicitan por ser la primera ley que surge desde el mismo Parlamento de La Rioja con el acuerdo de todos.

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El problema en datos

A fecha de 1 de enero de 2017 la población de La Rioja estaba compuesta por 44.084 jóvenes de entre 15 y 29 años, representando un 14,1% del total de los riojanos. Según el sexo de estos jóvenes, 22.243 eran hombres (50,5%) y 21.841 mujeres (49,5%), con una leve diferencia de 402 individuos en favor de los primeros. En lo que respecta a la nacionalidad, el 83,4% eran españoles y el 16,6% restante extranjeros. Entre los 7.328 jóvenes extranjeros, casi la mitad eran nacionales de países europeos distintos a España (46,2%), americanos y africanos estaban equiparados (22,2% y 21,5% respectivamente), los asiáticos representaban el 10% y, finalmente, los nacionales de países de Oceanía y los apátridas eran tan sólo 5 individuos.

Según datos del Gobierno de La Rioja, la evolución del número de jóvenes de entre 15 y 29 años en La Rioja desde 2005 ha seguido una tendencia claramente decreciente, perdiendo entre enero de dicho año, cuando sumaban un total de 60.157 personas, y enero de 2017 un total de 16.073 individuos. Si bien es cierto que hasta 2008 las reducciones anuales no superaron el 1,5%, incluso con un leve incremento entre enero de 2007 y enero de 2008, a partir de entonces el grupo de jóvenes riojanos entre 15 y 29 años decreció a ritmos de en torno al 3% y 4%. Sin embargo, a partir de enero de 2016 se evidencia una ralentización de la pérdida de población joven que también se manifiesta en el dato provisional registrado en enero de 2017. En paralelo a esta reducción en números totales, también se ha visto reducida su proporción respecto al total de la población, disminuyendo su peso porcentual entre enero de 2005 y enero de 2017 en 6,1 puntos porcentuales, del 20,2% al 14,1%.

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Por tanto, sí existe un problema: cada vez somos menos en la región más pequeña de la España peninsular. Y tras el reconocimiento del problema ha llegado el momento de intentar ponerle soluciones con la firma del Pacto por la Emancipación. Este programa para la emancipación de los jóvenes constituye la hoja de ruta para este año con la que todos los firmantes buscan cumplir los objetivos establecidos en este Pacto: reducir la edad media de emancipación de los jóvenes y aumentar el número de jóvenes que logran emanciparse en La Rioja.

Y es donde surge la entropía y la organización de esta energía que por sí sola tiende al caos desde la imparable flecha del tiempo. La vida es en primer lugar educación: formarse para tener más posibilidades de acceso al mercado laboral. La Rioja es la tercera comunidad autónoma con menor tasa de abandono escolar temprano, que, en el tercer trimestre del 2017 (últimos datos), se ha situado en un nuevo mínimo histórico del 12,5 %, tras experimentar una reducción de ocho puntos respecto al mismo periodo del 2016, cuando era del 20,5 %. Aún así es mejorable.

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La vida es formarse para encontrar trabajo. Con una mayor formación se mejora la empleabilidad. Con trabajo los jóvenes salen de sus casas, ya sea en alquiler o en compra, y comienzan a organizar sus vidas. Es la rueda de la emancipación: formación, trabajo, un sueldo, un piso, aumenta la familia... y esto ya evoluciona por la lógica de la flecha del tiempo.

Empleo, formación, vivienda y familia, sin olvidar que hay que hacer de esta región un entorno sugerente para atajar la fuga de los más jóvenes y favorecer el regreso de aquellos que ya se fueron. Mientras un joven sueco se marcha de la casa de sus padres con 19 años, un 'españolito' lo hace con 29, al observar un ecosistema emancipador extraño, ajeno, complejo, siempre desde sueldos escasos, pisos caros, alquileres poco seguros... como para encima tener hijos.

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