Borrar
Cristina Guinea, junto a Diego Ariznavarreta y sus hijos Pedro y Diego; y María Fernández, con su hija Julia, en el parque Felipe VI. Justo Rodríguez
La elevada factura de ser celíaco

La elevada factura de ser celíaco

Cuatro riojanos desglosan las trabas que afrontan para llenar, sin ninguna ayuda económica, la cesta de la compra con productos específicos sin gluten

Miércoles, 17 de abril 2024, 19:45

Cuando uno recibe el diagnóstico de la enfermedad celíaca, tiene que acostumbrarse a afrontar una angustiosa y elevada factura para acceder a su único tratamiento, la dieta sin gluten –proteína que está presente en el trigo, la cebada o el centeno, entre otros cereales–. El sobrecoste no es baladí: los productos alternativos suponen un gasto adicional de 1.087 euros al año por persona en relación al resto de familias, según el último informe de precios elaborado por la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE). Una gran diferencia en la cesta de la compra que, además, se acrecienta todavía más cuando hay más de un miembro en casa afectado por esta patología, ya que no perciben ninguna ayuda económica.

«Por los precios, ser celíaco es una cosa de ricos»

María Fernández Su hija y ella son celíacas

«Por los precios, ser celíaco es una cosa de ricos»

María Fernández y su hija fueron diagnosticadas de celiaquía hace ya seis años. «Me hicieron las pruebas por otros problemas de salud y di positivo», explica Fernández, que al percatarse de que sus hijos tenían predisposición genética de padecer esta enfermedad, «les realicé las pruebas y salió que también era celíaca, a pesar de que no tenía síntomas a simple vista, por lo que empezamos con la dieta».

Fue un mazazo inesperado, que les obligó a modificar «ciertos hábitos, ya no solo en casa, sino también en la de mis padres, en la que ya no utilizan harina de trigo para evitar la contaminación cruzada». En este sentido, afirma que al principio le resultó «complicado» llenar la cesta de la compra con productos sin gluten. «Tienes que leer con todo detalle los envases de los alimentos y tardas una barbaridad, pero poco a poco te vas habituando. Al final recurres a unas marcas concretas para evitar cualquier posible error», asegura.

«Dependemos de la alimentación, por lo que debería haber una ayuda o una bajada de precios para poder paliar los gastos»

El problema, no obstante, es que todos estos productos son mucho más caros. «A nivel económico, es una barbaridad lo que cuestan», critica mientras apunta que «toda la repostería la hago en casa porque me sale mejor que comprarla». Sobre todo, porque este sobrecoste «ya no solo lo asumes para una persona, sino para dos, por lo que tienes que mirar al dedillo cualquier mínima oferta para poder ahorrar». En su caso, sin embargo, resulta aún más complicado porque «tengo una incapacidad y no estoy trabajando».

En este sentido, señala que «no tenemos ninguna medicación para nuestra enfermedad, sino que dependemos de la alimentación, pero parece que ser celíaco es una cosa de ricos». Por ello, apunta que debe haber «ayudas económicas o, si no, una bajada de los precios para poder paliar estos gastos, porque repercute mucho en la economía familiar, sobre todo cuando hay más de un miembro celíaco».

«Es pagar más o no comer algo tan básico como el pan»

Cristina Guinea Celíaca

«Es pagar más o no comer algo tan básico como el pan»

A Cristina Guinea le diagnosticaron la enfermedad celíaca cuando ni siquiera había cumplido dos años. «Nunca me encontraba bien al poco de la introducción del gluten. Siempre estaba mala, con vómitos, diarreas, infecciones de orina... pero tras muchas visitas al pediatra y otros tantos ingresos en el hospital, mis padres respiraron aliviados porque tenían un diagnóstico, la celiaquía, pero empezaba otro camino de dudas».

Sobre todo, porque en 1996 «no había asociación como tal, sino un grupo de personas con la misma enfermedad, y les era muy difícil encontrar productos sin gluten». Aunque ahora resulta «más fácil» llenar la cesta, «los productos siguen siendo muy caros y nadie nos ayuda, cuando la dieta sin gluten es nuestra única medicina».

«Los productos son muy caros y nadie nos ayuda, cuando la dieta sin gluten es nuestra única medicina»

En este sentido, apunta que se nota «mucha diferencia» en los precios y que, en su caso, gasta hasta 80 o 100 euros más al mes por estos productos, «pero no queda otra que aceptar lo que cuestan. Es eso o no comer algo tan básico como el pan o unas galletas». De ahí que, en ocasiones, «me corte a la hora de comprar 'caprichos', como unas palmeritas, porque se van de precio». Por todo ello, asegura, «debería haber una bajada razonable de los precios o ayudas directas».

«Me parece una injusticia que no haya ninguna ayuda»

Diego Ariznavarreta Sus dos hijos y él son celíacos

«Me parece una injusticia que no haya ninguna ayuda»

Hace «tantos años» que Diego Ariznavarreta suprimió el gluten de su dieta y de la de sus hijos –dos de ellos son celíacos– que no se había fijado en el sobrecoste que tienen que asumir por adquirir estos productos. «Hice un repaso en el supermercado y, por ejemplo, la barra de pan que le compro a mi hija y a mi mujer cuesta 1,10 euros, cuando a nosotros el pan nos cuesta 10 euros el kilo. Los espaguetis nos cuestan el doble y, un bimbo, casi 11 euros, cuando en la zona sin gluten los encuentras por 3,5 euros».

Aunque «tengo la suerte de poder hacer estos productos, habrá familias que lo tengan muy difícil, porque según los estudios, pagamos más de mil euros por persona al año, tres mil en mi caso, aunque estoy convencido de que serán más, porque mis hijos demandan más pan». A pesar de esta elevada factura, «no hay ningún tipo de ayuda, lo que me parece una injusticia, porque habrá familias que tendrán problemas para alimentarse», asegura.

«Que haya alimentos tan básicos que cuesten tres o cuatro veces más, dificulta que la gente haga esta dieta, cuando es su medicina»

«Tenemos una enfermedad en la que lo único que tenemos que hacer es comer sin gluten, pero que haya cosas tan básicas de la dieta, como el pan o los espaguetis, que cuestan tres o cuatro veces más, dificulta que haya gente que pueda hacer esta dieta, cuando es su medicina». Por ello, considera que debería haber «ayudas directas para estas familias para que puedan comprar estos productos o subvenciones a las empresas para que los vendan más baratos».

Mariola Baldero Su hijo y ella padecen la enfermedad celíaca

«No hemos elegido comer sin gluten; es por salud»

Cuando Mariola Baldero supo hace dieciocho años que su hijo era celíaco, se encontró con numerosas dificultades para seguir una dieta estricta sin gluten. «Cuando se lo diagnosticaron en el año 2006, me costaba mucho encontrar productos específicos sin gluten. Ahora sí que hay muchos más en los supermercados y es más fácil localizarlos, pero el precio sigue siendo caro, más aún cuando hay más de un miembro de la familia que padece esta enfermedad», explica Baldero, a la que le llegó el diagnóstico cuatro años después.

En todo este proceso, se ha acostumbrado a leer «todo el rato» las etiquetas de los alimentos. «Ya tenemos una especie de radar en la cabeza para detectar las palabras clave y buscar los alérgenos, pero no hay punto de comparación en lo que cuesta, por ejemplo, un kilo de harina de trigo a uno nuestro», afirma mientras lamenta que «se nota» la diferencia en el precio de la harina, los macarrones o las galletas. «Ya llevamos muchos años comprándolos y tenemos asumido que son más caros, pero no por eso es justo, porque no hemos elegido comer sin gluten, sino que es una obligación por salud».

«Llevamos muchos años comprando estos productos y tenemos asumido que son más caros, pero no es justo»

De ahí que, algunas veces, «llegues a frenarte y decidas no comprar unas galletas por el precio, porque solo un paquete pequeño cuesta ocho euros». «Ya que no bajan los precios, deberían de dar alguna ayuda, porque solo hay unas subvenciones para los funcionarios y no contemplan que haya más de un celíaco en la familia».

ACERI reclama ayudas para paliar el sobrecoste económico

El presidente de la Asociación de Celíacos en La Rioja (ACERI), Álvaro Manzanos, asegura que es «una auténtica barbaridad» que las personas que padecen esta enfermedad tengan que afrontar un gasto de 1.087 euros más al año en relación al resto de familias. Sobre todo, porque esta elevada factura no se debe a «alimentos que sean un capricho, ni muchísimo menos, sino a productos básicos para una alimentación sana y normal». 

Una cuantía que, además, se puede elevar todavía más porque esta enfermedad «tiene un componente genético muy elevado» y, por eso, «en una misma familia nos podemos encontrar con más de un miembro celíaco, con el sobreesfuerzo económico que eso supone». En este sentido, expone que «somos conscientes de que comemos diferente porque tenemos una enfermedad, pero nuestro único medicamento, a día de hoy, es comer sin gluten y nos lo pagamos nosotros». 

Por todo ello, asegura que hacen falta «ayudas directas», «sobre todo para aquellas personas que difícilmente llegan a fin de mes porque, si les sube mucho su sobrecoste en más de 1.000 euros, se desbarata por completo su economía y si comen gluten, enferman». Sobre todo, porque los alimentos en los que más se nota una mayor diferencia en el precio es «el pan, el pan rallado y las galletas, cuando son productos que consumen en el día a día». «Un adulto puede prescindir de ellos, pero un niño o un adolescente, que está en pleno crecimiento, no le puedes dejar de dar pan porque sus hidratos de carbono son muy necesarios para su desarrollo», afirma Manzanos. Ante esta difícil coyuntura, asegura, «desde las asociaciones de celíacos no podemos hacer nada más que reivindicar e ir a los organismos pertinentes y pelear y pelear para que haya unas ayudas directas al colectivo para que pueda asumir ese sobrecoste, porque aunque una desgravación en la declaración de la renta podría ser un avance, no todo el mundo está obligado a presentarla, por lo que esta medida dejaría fuera a las personas con menos recursos».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja La elevada factura de ser celíaco