La 29 edición de la Marcha de Hoyos de Iregua será el 6 de octubre

n un planeta donde la huella del hombre lo aplasta casi todo, todavía quedan lugares que la naturaleza recupera a la velocidad paciente de los árboles. Es quizás la única consecuencia positiva del despoblamiento rural. Sierra Cebollera, que antaño fue parte de un inmenso territorio de pastos sometido a una intensa presión ganadera, es hoy uno de esos sitios donde la biodiversidad forestal está ganando terreno. La Marcha Hoyos de Iregua, que la recorre cada otoño desde la creación del parque natural en 1995, volverá a transitar sus viejas sendas buscando promover así el difícil equilibrio entre la conservación de esos paisajes y su disfrute.

Como en cada cambio de estación, Villoslada acogerá el primer domingo de octubre (el día 6) la cita senderista de www.fundacion-cajarioja.es, la mayor y más veterana de la región y una de las de más tradición del norte peninsular. En esta ocasión volverá a pasar por el pueblo vecino de Montenegro, el único de la comarca camerana perteneciente a la provincia de Soria y a la comunidad de Castilla y León, y ascenderá a Berezales, en el centro de una panorámica que domina la Ibérica riojana desde Cebollera, con Urbión y La Demanda en derredor.

uDificultad: 30 kilómetros y 910 metros de desnivel acumulado)Será una excursión de treinta kilómetros (la extensión habitual) y dificultad media (740 metros de desnivel y 910 acumulado) desde Villoslada (a 1.050 metros de altitud), pasando por la ermita de San Pedro, remontando el río Mayor hasta Montenegro (1.200 metros), el Mojón de los Cuatro Términos y el citado Berezales (1.790 metros), cumbre de la marcha, para descender por la pista de las Torrecillas, el Yergar y terminar de vuelta en Villoslada.

Desde el punto de vista paisajístico, el itinerario podría dividirse en tres partes, tal como explica Jesús Escarza, de la sociedad de montaña Sherpa, colaboradora desde la primera edición:un primer tramo por el río Mayor entre prados y fincas «ya muy degradados», caminos abandonados y una rica vegetación de ribera y robledal;un segundo tramo a partir de Montenegro, siempre en ascenso, en el que el terreno «se abre» y da paso a «inmensos pastizales» donde antes campaban grandes rebaños de oveja y ahora solo quedan vacas y yeguas;y un último de descenso por el barranco de Viciercas dominado por las tres especies boscosas por excelencia, el pino, el roble y el haya.

Además de sus innegables valores naturales, es un territorio de particular interés etnográfico, con un rico pasado trashumante y una arraigada cultura rural que sus habitantes actuales tratan de preservar del olvido. El turismo rural y el senderismo son, para ello, dos actividades importantes en la zona, cuya promoción persigue combinar con la protección medioambiental el Parque Natural de Sierra Cebollera, como recuerda Ignacio Sáenz de Urturi, director de Medio Natural del Gobierno de La Rioja, que colabora con CaixaBank en la promoción de esta actividad.

Las inscripciones (al precio de 20 euros) deben formularse anticipadamente por internet. La organización, que, como insinúa Carlos Fuentes, gerente de la Fundación Caja Rioja, baraja la posibilidad de volver en la próxima edición, la trigésima, a los Hoyos de Iregua, el delicado paraje del que la marcha tomó su nombre, admitirá quinientos participantes:mil botas por Cebollera.

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