Jorge Villanueva y Valentina Torres, con su hija Layla, frente a 'La Villa' de Canales. Justo Rodríguez

Dos hosteleros 'top' y una niña para llenar de vida Canales

De Islas Caimán a La Rioja ·

Valentina Torres y Jorge Villanueva han dejado atrás los hoteles de cinco estrellas para criar a su pequeña en la sierra

Víctor Soto

Logroño

Martes, 27 de febrero 2024, 07:28

Unas horas después del nacimiento de Layla, Jorge Villanueva y Valentina Torres recibieron una llamada que les cambiaría la vida. Días antes se habían topado con un anuncio en internet en el que se ofrecía la concesión municipal del bar, restaurante y hostal 'La Villa' ... de Canales de la Sierra y decidieron postularse. Para ellos fue una especie de guiño del azar. Llevaban tiempo rumiando cambiar de vida, dejar atrás sus exitosas carreras en el mundo de la hostelería y buscar un refugio para empezar un nuevo camino de la mano de la pequeña Layla.

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Fue el alcalde de la localidad José Luis Vicario el que, con su llamada telefónica invitándoles a conocer el municipio y las instalaciones, puso en marcha un nuevo destino para la pareja y su bebé.

Con apenas cuatro días de vida, Layla y sus padres se bajaron del coche y descubrieron Canales. Fue un flechazo para una pareja acostumbrada a trabajar en la hostelería más 'top' y en países exóticos. De hecho, la última experiencia laboral de ambos se había desarrollado de las Islas Caimán, un paraíso caribeño de sol y playa del que salieron en 2023 para que Layla naciese en España. Antes, Jorge había ejercido de coctelero para Eurostars en algunos de sus restaurantes más prestigiosos de Madrid, como el Tower y la Casa de La Lírica, y en distintos establecimientos del barrio de Salamanca. Mientras, Valentina se había labrado un brillante currículum como directora ejecutiva de restaurantes y hoteles en lugares como Catar, Escocia, Cornualles...

Cambio de cara

Ambos decidieron dejar todo atrás y junto al chef catalán Carlos y a María, tía de Jorge, reactivar el establecimiento canaliego para, en pocos meses, darle un cambio de cara completo.

'La Villa' se ha convertido en un exquisito local con vajilla elegante («la compramos de un restaurante de postín que había cerrado en Galicia», desvela entre risas Jorge), un menú del día diferente con toques de modernidad y tradición casi insólito (por 13 euros) y un hostal de nueve habitaciones al que están dando publicidad a través de internet para compartir las maravillas del entorno de Canales. «Es un sitio con un potencial increíble para senderismo, rutas, cerca de Mansilla donde se podrían poner kayaks... Y los chavales jóvenes y la Asociación 7 Villas se están moviendo para hacer muchas cosas», incide Villanueva.

Para Valentina, su nuevo proyecto vital nació «con un punto de locura». «Quería gestionar algo junto a Jorge: una casa rural, un hotelito... Y apareció Canales», recuerda. «Yo había visitado La Rioja, pero no conocía la zona. En el mapa nos pareció que estaba a media hora de Burgos... y ¡qué va!», bromea.

En ese rincón alejado de la Demanda, a esta hispano-cubana-rusa lo que más le ha llamado la atención ha sido la gente: «Ha sido una maravilla. Nos han acogido como si fuésemos de la familia».

Pero más allá de menús, los sabrosos pinchos (por ejemplo, su propuesta para el concurso regional es el 'envolvente de montaña con elegancia vinícola') o la cuidada atención, quien ha conquistado el corazón de Canales ha sido la pequeña Layla. «Nos la cuidan entre todos», ríe Jorge mientras la pequeña, de apenas cuatro meses, gesticula a los parroquianos que le prodigan sonrisas y cariños. En la sierra cada niño es un tesoro y en Canales, con Layla, son solo dos las pequeñas que alegran el día a día de los vecinos. «La miman mucho», recalca Valentina.

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«Nosotros damos un servicio al pueblo, pero lo cierto es que nos han recibido con los brazos abiertos y nos han demostrado que son muy buena gente», concluye Jorge.

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