Disyuntivas populares

Sin embargo, la determinación de quién habrá de fotografiarse para el cartel electoral de Logroño ha traído de cabeza a las direcciones regional y nacional del PP. Tanto que obligó a aplazar la visita anunciadora que Pablo Casado tenía comprometida para ayer mismo. La falta de acuerdo y la resistencia numantina de Ceniceros, frente a la insistencia de Génova a favor de una nueva candidatura encabezada por la actual alcaldesa, obligaron a convocar varias reuniones en las que tuvieron que implicarse personalmente Javier Maroto, el pasado viernes en Madrid, y el propio Casado, ayer mismo en Haro.

Un encuentro en el hotel Los Agustinos puso fin a las disputas. Y desde allí se cursó a media tarde la orden para convocar a los afiliados y a los medios de comunicación al acto de presentación oficial que tendrá lugar esta mañana, con el presidente nacional como avalista principal del convenio... o de la imposición.

Descontada la candidatura de José Ignacio Ceniceros, la disputa que ha envenenado el proceso de proclamación se ha centrado en la elección de alcaldable. En esta lid, Cuca Gamarra ha sido la preferida de Génova, frente a Conrado Escobar, el tapado, o no tanto, de Duquesa de la Victoria. Para afianzar la opción de Gamarra, la dirección nacional del PP se ha fundamentado tanto en razones de cercanía -la actual alcaldesa es vicesecretaria general en el equipo de dirección orgánica que lidera Casado- como en sondeos que adjudican a la actual primera edil mejores expectativas electorales que las que aventuran las mismas consultas para Escobar.

Se da por supuesto que todos los partidos concurren a las elecciones con el propósito de ganarlas. Pero en política no siempre dos y dos suman cuatro. Ciudadanos ya anunció meses atrás que Gamarra no volverá a ser alcaldesa con sus votos si concurre de nuevo a la reelección. Claro que eso forma parte de la impostura habitual con la que se articulan los discursos preliminares. Sin embargo, de confirmarse el enroque de los naranjas cabría la posibilidad de que otro candidato popular, incluso sumando menos votos que los que pudiera obtener la actual edil, tuviera más posibilidades de alcanzar la Alcaldía.

Y esa tesitura da paso a otro mar de interrogantes. Es natural que, como presidente del partido, Ceniceros sueñe con mantener las siglas del PP en la Alcaldía de la capital. Pero no es menos lógico pensar que, como aspirante a la reelección en el Gobierno, pretenda recibir el mayor número de sufragios posible. Momento en el que entra en juego la certeza de que pocos electores acuden a las urnas con papeletas de distinto color en cada mano. Una razón de peso para pensar que, a última hora, en aras del pragmatismo y a regañadientes, se viera forzado a aceptar que el primer puesto de la lista de los populares en Logroño tenga nombre de mujer.