El director de la Oficina de Presidencia mantiene el estatus de su predecesor, Eliseo Sastre

Además del mismo salario, equiparable al de un consejero del Gobierno, con 76.138 euros, el director de la Oficina de Presidencia actual tampoco entrará a formar parte del organigrama de altos cargos del Ejecutivo, con lo que, por ejemplo, no tendrá la obligación de comparecer en el Parlamento.

El PP en la oposición criticó abiertamente del Gobierno de Andreu que hubiera, lo que denominó, 'consejeros en la sombra' en su Oficina –el propio Sastre y José Ignacio Castresana–, por cuanto cobraban lo mismo que los titulares de las consejerías, pero, sobre todo, porque ninguno de los dos, por el hecho de no ser altos cargos, tenían obligación de rendir cuentas al Parlamento.

De hecho, tanto la comparecencia de Sastre como de Castresana fueron solicitadas en las sesiones de control de la Cámara Legislativa por el PP en más de una ocasión, pero nunca se llegaron a producir. Con la nueva reestructuración de Capellán, desaparece Castresana, pero el director de su Oficina de Presidencia mantendrá el mismo estatus que su predecesor.

No fue así, sin embargo, en los gobiernos de Pedro Sanz y de José Ignacio Ceniceros en los anteriores gobiernos del PP. En este sentido, el jefe de gabinete de Sanz, Arturo Steven, con un salario asimilado al de director general del Gobierno, formaba parte del catálogo de altos cargos y no del de personal eventual. De la misma forma, Pedro Azagra fue el jefe de gabinete de Ceniceros, también con sueldo de director general, y adscrito a la relación de puestos de trabajo de altos cargos en lugar de a la de personal eventual.