El diputado general de Álava culpa al Consejo Regulador de la desaparición de pequeñas bodegas

«Su estrategia está provocando la disminución de pequeños viticultores y de bodegas que son las que han generado equilibrio y vida en Rioja Alavesa», ha afeado el máximo responsable foral. ¿Y cuál es esa estrategia? La de priorizar el beneficio económico antes que el prestigio identitario. «Se ha construido una denominación sobredimensionada en la que el objetivo principal ha sido crecer en ventas antes que la creación del valor, el posicionamiento y la notoriedad de la marca», ha señalado.

Todo en base a un serial de «decisiones equivocadas». Que enumeró. Por ejemplo, la autorización de plantaciones en zonas no aptas para el cultivo; permitir en el mercado vinos sin origen como descalificados de Rioja; o no controlar «de forma suficiente» la calificación de los vinos o los viñedos con producciones superiores a las amparadas. Incluso ha reprochado a la institución con sede en Logroño que no haya alcanzado «las optimistas previsiones» de su último plan estratégico.

Los factores externos han truncado esa proyección sí. Pero a su juicio, el 'mal hacer' del Consejo Regulador ha provocado que la denominación Rioja este acusando problemas que otras denominaciones no padecen y que «trascienden» los envites de la pandemia, el Brexit, la crisis de consumo, el incremento de coste, la inflación o la carga arancelaria.

Toda esta reflexión, nada improvisada, le ha llevado a reivindicar un volantazo y a recordar, de paso, demandas de Álava como esa «descentralización de la gestión del Consejo» que, entre otras cosas, abriría la puerta al 'modelo Burdeos', con el que la Diputación defiende la distinción del vino de Rioja Alavesa sin romper con la denominación tradicional. «Es inaplazable reorientar el futuro de la denominación hacia la generación de valor. Hay que apostar realmente por la calidad de los vinos y el reposicionamiento de la marca», ha reforzado.