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T. C.
Lunes, 17 de abril 2023
Si te acercas al Parque de la Naturaleza de Cabárceno y observas sin prisas a los elefantes, si buscas el momento y la oportunidad, disfrutarás del privilegio de ver de cerca al macho dominante de la manada, Jums, el ejemplar más grande de Europa, que supera las siete toneladas de peso. Es el momento de fascinarse con esa estampa, y la ocasión para dejar viajar la imaginación en el tiempo, hacia atrás, pero muy atrás, para representar al lado de ese mastodonte la imagen mental de un dinosaurio de la más desmesurada de las especies, un saurópodo que alcanzaba un peso quince veces superior al de uno esos impresionantes paquidermos africanos que habitan la antigua mina de hierro a cielo abierto de Cantabria.
Las huellas de aquellas bestias primitivas eran redondeadas, como las de los elefantes, y en La Rioja se ha llegado a localizar una de 87 centímetros de largo. Esos reptiles no eran los individuos más abundantes en el territorio que con el paso de los siglos haría del vino su suculenta seña de identidad. Tenían mayor presencia otras especies de dinosaurios, entre ellas los espinosáuridos, que en este caso eran carnívoros y tenían un aspecto intimidante, lo bastante como para que nos alegremos de no haber coincidido con ellos en el tiempo. Las pisadas más numerosas en los yacimientos riojanos son tridáctilas (quedaron marcados tres dedos).
Los humanos somos una especie ególatra que tiende a compararlo todo con respecto a sí misma. Nos lo podemos perdonar. Y no deja de ser un ejercicio pragmático. La figura humana te ayudará a situarte en la escala. En estos dos gráficos podrás confrontar los tamaños de los dinosaurios con los de los elefantes, y los de los estos animales, los mayores de la Tierra en la actualidad, con los de la otra fauna de gran tamaño que también habita en Cabárceno: rinoceronte blanco, hipopótamo, jirafa, bisonte y, en otra 'liga', el oso pardo, el animal salvaje terrestre más grande de la península ibérica, aunque ninguno de los del parque es de la cordillera Cantábrica, una subespecie protegida en riesgo de extinción. Todos los plantígrados son originarios de otras zonas de Europa, y en su mayoría descendientes de ejemplares que ya han nacido en el parque cántabro.
Uno de los dinosaurios más grandes que se conocen. Medía hasta 12 metros y pesaba más de 50 toneladas.
El más parecido en dimensiones al elefante. Medía entre 2,5 y 3 metros y pesaba entre 1,7 y 2,7 toneladas.
Medía aproximadamente medio metro de altura y dos de largo, y su peso no superaba los 15 o 20 kilos.
Tenía unos 9 metros de largo y 3 metros de altura y pesaba de 4 a 6 toneladas.
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Un ejemplar adulto mide entre 4 y 6 metros de altura, según el sexo, y puede llegar a pesar una tonelada.
Sólo superado en tamaño por el elefante. Mide 2 metros de altura y 4 de longitud y pesa 3.500 kg.
Pesa entre 3.000 y 4.500 kg. Mide 4 metros de largo y tiene una altura aproximada de 1,5 m.
Pesa entre 400 y 900 kg. Tiene una longitud aproximada de 3,5 metros y mide 1,5 metros de alto.
Un ejemplar adulto mide 1 metro de altura por dos de largo. Los machos pesan hasta 250 kg.
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Como podrás apreciar en esta información, los dinosaurios que se movían en manada guardan cierta semejanza con los elefantes, quizá por la enormidad y porque son vegetarianos. Pero en realidad hablamos de especies radicalmente distintas. La que se extinguió hace 60 millones de años era del orden de los reptiles y ovípara, es decir, que se reproducía con la puesta de huevos de un porte que reduciría a categoría de mediano a los del avestruz (de un máximo de 43 centímetros de largo que podía medir el de una hembra de tiranosaurio a los 25 de máximo que llegan a alcanzar los del ave viva más grande del planeta).
Los elefantes, en cambio, son mamíferos, y el periodo de gestación es el más largo entre las especies terrestres de la actualidad, ya que puede durar hasta 22 meses. Triste es pensar que estos portentosos paquidermos están también en peligro de extinción sobre todo por la acción depredadora del hombre, que, eso sí, nada tuvo que ver con la desaparición de los dinosaurios, porque su inexistencia no le dio ocasión.
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Después de ver las semejanzas entre los dinosaurios y los elefantes en tamaño, y de estos últimos con otros grandes animales actuales, te invitamos a que conectes los auriculares y escuches la recreación (El Barranco Perdido) de cómo sonaban aquellos animales que vivieron en nuestra tierra hace más de 65 millones de años y cómo suenan hoy en día los elefantes al barritar.
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