La dimisión del gobierno de Brieva provoca el impago de sueldos a seis trabajadores

Solo permanece en la Corporación el edil popular Héctor Espiga, sin capacidad de maniobra en el Consistorio ante la imposibilidad de que nadie recoja las actas entregadas por Somalo y Fontecha puesto que no hubo más candidatos presentados a las elecciones. El Ayuntamiento está abocado a ser regido por una comisión gestora, igual que Robres del Castillo el año pasado, cuando dimitió todo el equipo de Gobierno, en aquel caso del PP. Pero mientras el caso de Robres, el primero en la historia de la democracia en La Rioja, sucedió a final de la legislatura, en Brieva ha ocurrido al inicio de la actual.

El PSOE deberá designar a dos representantes que, junto a Héctor Espiga, conformen la nueva Corporación y esta elija a otro alcalde. «Pedro está con pocas fuerzas, por motivos exclusivamente personales y de salud, para hacer siquiera declaraciones, y ya se las dio al pueblo. Y al otro concejal le ha venido muy grande», explica Ricardo Velasco, miembro de la ejecutiva del PSOE en La Rioja. «Ya estamos trabajando en proponer a personas del propio municipio para que se constituya la comisión gestora», añade Ricardo Velasco.

Pablo Fontecha asegura que ha dimitido «por motivos personales» y desea que se solucione lo antes posible la constitución de la gestora para que acabe la paralización de la Administración. «Yo me presenté como independiente para echar una mano en asuntos concretos, como las fiestas, pero al entrar vi muchas cosas que no me gustaron nada, por eso dimití», explica Fontecha.

Espiga, reacio a hacer declaraciones a Diario LA RIOJA, apenas balbucea: «Estoy yo solo y no se puede hacer nada hasta que entre la gestora, la pena es que no puede cobrar nadie, y lo que más corre prisa es eso». El alguacil Christian Iovan es uno de los trabajadores municipales a los que se le adeuda la nómina pero defiende al exalcalde. «Yo he estado ocho años con Pedro y no he dejado de cobrar. Él ha dimitido forzado por los concejales», asegura Christian Iovan, algo que desmiente Espiga: «Hablamos con él, cosas nuestras, pero no le forzamos». «Hacía mucho tiempo que Pedro quería dimitir y dimitió porque quiso, no hubo moción de censura y nada por el estilo», aclara Fontecha.

Lo innegable es que la marcha de Somalo y Fontecha ha provocado la falta de cuórum en la Corporación que paraliza el Consistorio y mantiene a dos alguaciles, dos pastores, una ingeniera forestal y un veterinario sin cobrar sus sueldos. «Nadie da una solución ni nos dice nada y yo vengo de Anguiano todos los días gastando gasolina», se queja Iovan.

A lo anterior se añade la existencia de más de 740 animales (ovejas, cabras y perros de guarda), responsabilidad del Ayuntamiento, en riesgo de desatención. «El problema, además de que seis familias no estamos cobrando una nómina de 1.080 euros, totalmente imprescindible para comer, es el manejo de los animales. Si cae una nevada y hay que encerrar a los ovejas no hay alimento para el invierno. Puede haber un problema gordo. Yo no me puedo hacer responsable del bienestar animal, no tengo los medios», advierte Jesús Sáenz, uno de los dos pastores de la escuela, sin un día de descanso desde hace dos meses por la baja de su compañero. La Escuela de Pastores cuenta con una subvención estatal de medio millón de euros y de 80.000 del Gobierno de La Rioja, que informa de que adoptará las medidas necesarias para procurar el bienestar de los animales.

A todo lo anterior se añade el malestar vecinal. «Me parece mal que el alcalde se haya presentado a las elecciones y ahora deje empantanado al pueblo», opina Isabel Mediavilla. «A nosotros el Ayuntamiento nos debe más de 8.000 euros del alquiler de un pabellón para las ovejas», denuncia Matilde de Miguel. «Llevábamos 16 años de dictadura con ese alcalde», afirma Ventura Mediavilla.