Diez horas para llegar de Madrid a Logroño: el Alvia deja tirados a 150 viajeros

Javier Gracia, uno de los usuarios, afectados explica que salieron de la capital de España muy puntuales, pero que poco después de pasar Guadalajara, alrededor de las 19.00 horas, el tren se detuvo. «Pasó un trabajador informado de que había un problema técnico y que estaban intentando solucionarlo», comenta.

En total, en el tren viajan 150 personas (60 que iban a Logroño y 90 a otros destinos) en cuatro vagones a las que les esperaba una larga espera hasta el que problema fuera solucionado. «Todo el mundo fue muy educado y tuvo mucha paciencia», añade Javier, que explica que al no funcionar el tren, no había calefacción aire acondicionado, o agua y no funcionaban los baños. Todo ello, durante más de cinco horas. Eso sí, Renfe les ofreció poder pasar por la cafetería a por agua, pero esta se terminó.

El tren estaba paradó en mitad de ningún sitio y, además, entre dos vallas, por lo que hacía imposible entrar o salir de él.

En torno a las 21.00 horas, o eso cree Javier porque asegura que perdió la noción del tiempo, los viajeros fueron informados de que un tren llegaría desde Guadalajara para remolcarles hacia atrás.

Fue el primer movimiento de varios para conseguir llegar a casa. Primero llegó ese tren, que tardó una hora en ser 'adaptado' al averiado, para después llevarles a Guadalajara marcha atrás.

Desde Guadalajara los usuarios fueron llevados a Calatayud dirección a Tudela. «Imagínate el lío de maletas y mochilas a esas horas, y la gente hablando de todo lo que tenían que hacer al día siguiente», explica el viajero. Por fin habían podido avanzar y, además, les dieron agua y un bocadillo en el nuevo tren, aunque con una larga cola para conseguirlo.

Una vez en Tudela, Renfe había organizado diferentes transportes para dejar a los usuarios en sus destinos. Un autobús para Logroño y Calahorra, otro para Pamplona y tres personas que fueron trasladadas a Alfaro en Taxi.

Finalmente eran alrededor de las 3.30 de la madrugada cuando los usuarios logroñeses llegaron a su destino. Aunque su periplo no había terminado. «Fue imposible coger un taxi, no había ni uno. Así que tuvimos que coger nuestras maletas y darnos un buen paseo a casa», explica Javier.

Eso sí, a pesar de las horas perdidas, lo que más destaca este usuario de la experiencia es el comportamiento de la gente, «todo el mundo fue muy educado, nadie se enfadó», más allá de preguntar qué estaba pasando.

Desde Renfe, según declaraciones a este periódico, piden disculpas a los usuarios del tren por las molestias causadas. «Fue una incidencia técnica cuyo operativo era más complicado de gestionar al ser en plena vía», explican. Además, recuerdan a los viajeros que tienen derecho a la devolución del billete, algo que pueden hacer a través de la web (donde ya figura la incidencia) o en los mostradores de Renfe.