Diez consejos de la Guardia Civil para proteger a los niños de los abusos en la red

Cuando salen a la luz casos como el que se ha destapado este viernes en el que un ciberdepredador convencía, a través de engaños, a menores para que le enviaran contenido sexual, surge una pregunta. ¿Se pueden prevenir estas situaciones? La Guardia Civil ofrece una decena de consejos como respuesta a esa cuestión.

Son recomendaciones para evitar los abusos en la red o el llamado 'grooming', una práctica que el Instituto Nacional de Ciberseguridad define como aquella en la que un adulto se hace pasar por un menor en internet o intenta establecer un contacto con niños y adolescentes que dé pie a una relación de confianza, pasando después al control emocional y, finalmente al chantaje con fines sexuales.

Estos son los consejos:

Mantener una comunicación abierta y honesta con los menores sobre el uso seguro de internet. Animarles a hablar con un adulto si se sienten incómodos o preocupados por alguna interacción en línea.

Marcar unos límites claros sobre el uso de internet y las redes sociales. Educar a los hijos sobre qué tipo de información es segura compartir en línea y cuál no.

Enseñar a los menores a configurar adecuadamente la privacidad en sus perfiles en redes sociales y aplicaciones de mensajería para limitar el acceso de desconocidos a su información personal.

Enseñarles a reconocer las tácticas comunes utilizadas por los groomers, como la manipulación emocional, el ofrecimiento de regalos o la solicitud de información personal.

Ayudar a los hijos a crear contraseñas seguras y a no compartirlas con nadie, excepto con los padres o tutores.

Supervisar las actividades en línea de los menores y mantenerse al tanto de con quién están interactuando y qué tipo de contenido están compartiendo.

Familiarizarse con las aplicaciones y plataformas en línea que utilizan los niños, y asegurarse de que sean seguras y apropiadas para su edad.

Enseñar a los hijos a reportar cualquier comportamiento sospechoso o inapropiado en línea a un adulto de confianza, como un padre, maestro o figura de autoridad.

Educar a los hijos sobre los peligros en línea y cómo protegerse a sí mismos, incluyendo la importancia de no reunirse con personas que han conocido en la red sin la supervisión de un adulto.

Utilizar herramientas de control parental para filtrar contenido inapropiado, supervisar la actividad en línea y establecer límites de tiempo de pantalla.

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