Casi dos de cada diez carnés de conducir en La Rioja pertenecen a mayores de 65 años

Sin una edad límite fijada en España para conducir, este colectivo está en la diana de muchos, sobre todo desde que en enero de 2015 la normativa europea ampliara de 2 a 5 años el plazo máximo de renovación del carné B (el de turismo) para los mayores de 65 años (hasta cumplida esa edad, el permiso se prorroga por periodos de diez años), aunque se fija en 3 la prórroga en los permisos especiales para conductores en edad de jubilación.

«Es un colectivo al que no se puede demonizar», advierte la jefa de Tráfico en La Rioja, Beatriz Zúñiga, quien admite que «al no haber una edad límite para conducir, eso conlleva que haya personas muy mayores al volante, que, por una parte tienen más experiencia, pero que también pueden sufrir más mermas en los reflejos, en la vista y en la capacidad de reacción durante esos cinco años de vigencia del permiso».

A la espera de las posibles novedades en las condiciones de renovación que ya estudia la DGT, la jefa de Tráfico en la comunidad introduce una variable más: «A menudo suele pasar que estas personas están acostumbradas a su coche porque le funciona bien y no se plantea a su edad comprarse otro y menos uno dotado de las nuevas tecnologías y todos los elementos de seguridad», señala Beatriz Zúñiga.

En la actualidad, superar el reconocimiento permite la obtención o prorroga del permiso, pero el anexo IV del Reglamento General de Conductores, en vigor desde 2009, ya recoge excepciones, como vigencias del carné inferiores a las normales, incluso de un año, además de limitaciones de velocidad y restricciones en las distancias y horarios de circulación.

La vida al volante de los conductores más veteranos suele ser un viacrucis, ya que a sus dificultades físicas y de reflejos, se suma la desconfianza –y, en ocasiones, el desprecio– del resto de usuarios de la red viaria, que se apoyan en algunas de estadísticas.

El 30% de los fallecidos en accidentes de tráfico en la UE son mayores de 65 años, un dato que se eleva hasta el 50% cuando se habla de muertes de peatones o ciclistas. Cierto es, además, que los estudios aseveran que los mayores de 65 años están implicadas en más colisiones laterales, frontolaterales y alcances, en más accidentes entre semana y de día, y en más choques en intersecciones, pero también en menos colisiones frontales, salidas de la vía e infracciones relacionadas con la velocidad o el consumo de alcohol o drogas. En definitiva, más vulnerabilidad que riesgo de implicación en un accidente.

Así lo atestiguan también algunas de las cifras oficiales de este año en la comunidad. De hecho, en los 235 accidentes de tráfico con víctimas contabilizados en La Rioja hasta el pasado 30 de noviembre, solo estuvieron implicados 39 conductores mayores de 65 años –18 de 65 a 69, 11 de 70 a 74 y 10 de 75 o más–, lo que supone solo el 16,59% del total. En cuanto a las víctimas, de las 333 registradas, únicamente 32 superaban la edad de jubilación: sin fallecidos de esa edad (8 totales), hubo 5 heridos graves (42) y 27 leves (283).