«Dibujo paisaje porque es lo que me apetece»
Rosa Castellot | Dibujante ·
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Rosa Castellot | Dibujante ·
Rosa Castellot es la gran dama del dibujo y el paisaje en La Rioja. Aunque nacida en Madrid en 1942, reside en nuestra región desde 1966, donde ha ejercido como profesora, primero en el IES Sagasta y después en la Escuela de ... Arte de Logroño. Se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando y en la Universidad Complutense, donde se licenció en Bellas Artes. En el 2002 se jubiló y, desde entonces, ha intensificado su trabajo artístico.
«Llegó un momento en el que me pareció que no podía dedicarme a la familia, a la docencia y a dibujar, porque a mí me gusta hacer las cosas bien. No es que no dibujara, pero hacía muy poco, casi solo por encargo. Y al jubilarme, lo retomé», recuerda Rosa Castellot, quien reconoce que tuvo «la suerte de que Francisco Gestal [Cultural Rioja] me ofreció exponer y en diciembre de 2004 hice mi primera muestra individual». Ahora ya ha protagonizado doce exposiciones propias y ha participado en catorce colectivas. En el 2016 recibió el Premio Mujeres en el Arte en La Rioja.
Actualmente reside en Santa Lucía de Ocón, una entidad local menor en la que, junto a su marido, el también artista Félix Reyes, puso en marcha hace años la emblemática iniciativa 'El Arte en la Tierra'. «Nos vinimos en 1991, pero la casa la habíamos comprado en el 77. Aquí veníamos en vacaciones con la familia», cuenta Rosa.
Rosa Castellot | Dibujante
El motivo del traslado fue que Félix se quedó sin su estudio en la zona de Madre de Dios cuando se reurbanizó la zona y en Santa Lucía construyeron un taller propio para los dos. «Aquí hay bastante tranquilidad, tenemos el estudio en casa y en cualquier momento estás en él trabajando», reconoce. Y tal es así que admite que el pueblo «me hizo cambiar la temática de mi obra; hasta entonces había hecho fundamentalmente figura pero es que aquí te asomas y ves el campo, así que empecé a dibujar paisaje».
Rosa asegura orgullosa haber mejorado su sentido de la orientación y haber aprendido a distinguir los vientos, como el serranillo, el bochorno y el juberano. Y ahora, que es una paisajista de prestigio que procede de los bodegones y «retratos sin rostro, sobre todo, de familiares y vecinos», admite, sin darse importancia, que «dibujo paisaje porque vivo aquí, es lo que me apetece».
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