Los días en los que una región entera superó la pandemia más letal

En la tarde del 15 de marzo la industria riojana comenzó a moverse. El ministro Illa había activado la economía de guerra dando de plazo 48 horas a todo ciudadano que pudiera entregar material sanitario. «Al día siguiente, nos pusimos en contacto desde el Ayuntamiento de Ezcaray con la Oficina de Presidencia de La Rioja para ofrecer nuestras cuatro grandes empresas. Dijimos a todo que sí», comenta Jorge Lladó, concejal de Ezcaray.

Las llamadas se sucedieron. El Palacete de Vara de Rey habilitó todas las vías posibles para el aprovisionamiento de material. Con la coordinación de la Fundación Riojana de la Innovación, las empresas riojanas viraron su producción para fabricar delantales, máscaras y batas convirtiendo a La Rioja en una de las pocas regiones que no ha tenido problemas con la adquisición de EPI.

«Aunque parece algo heroico fue muy rodado porque todo el mundo quería aportar lo que fuera. Había muchas manos, fueron momentos muy imborrables», destaca Alfonso Ruiz, gerente de Arneplant, una de las muchas empresas de Arnedo que se reconvirtieron. Como fue también Protec Solana. Su representante, David Solana, tilda de «emocionantes» esos agitados días de marzo cuando «todos actuamos de forma colectiva». Y es que, es esa comunión que Gobierno regional, empresas, Universidad de La Rioja, CIBIR y Fundación Riojana para la Innovación propiciaron, la que hizo posible la recuperación de una región que se vio fuertemente sacudida por la pandemia más letal del siglo.