Los 17 días del camarlengo
La Retina de la memoria ·
El cardenal bañejo Martínez Somalo se convirtió hace quince años en rector de la Iglesia Católica tras la muerte de Juan Pablo IISecciones
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El cardenal bañejo Martínez Somalo se convirtió hace quince años en rector de la Iglesia Católica tras la muerte de Juan Pablo IIEl día 2 de abril del año 2005, a las ocho de la tarde, el papa Juan Pablo II oyó misa en su dormitorio. Durante la eucaristía, su amigo y compatriota el cardenal Stanislaw Dziwisz le aplicó el santo viático. Murió a las 21.37. ... Lo rodeaban catorce personas, todas polacas. Apenas unos minutos después entró en la habitación Eduardo Martínez Somalo (Baños de Río Tobía, 1927), cardenal camarlengo. Algo más tarde llegó Josef Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
La norma antigua prescribía que, para atestiguar la muerte de un papa, el camarlengo debía golpearle tres veces en la sien con un pequeño martillo de plata. En esta ocasión, sin embargo, fue el médico jefe del Vaticano, Renato Buzzonetti, quien certificó la muerte de Juan Pablo II tras realizarle durante veinte minutos un electrocardiograma. Cuando Buzzonetti finalizó su tarea médica, retiró sus aparatos y Eduardo Martínez Somalo completó –ya sin martillazos– la liturgia tradicional. Primero le acercó una vela al rostro y comprobó que la llama no oscilaba por el aliento. Luego cubrió la faz con un velo de lino, que también permaneció inmóvil. Finalmente, Somalo retiró el velo, se acercó al oído del pontífice y pronunció por dos veces su nombre, en polaco y en latín: «Karol, Carolus». Al no recibir respuesta alguna, el cardenal riojano se alzó y proclamó solemnemente:
– Vere papa mortuus est. Davvero il papa è morto.
Luego le quitó con delicadeza el anillo del pescador. Martínez Somalo declaraba así vacante la sede de Roma y asumía el gobierno provisional de la Iglesia Católica. La norma canónica prescribe que, en el periodo entre papas, el cardenal camarlengo se convierte en la máxima autoridad. Sus funciones son amplias, pero limitadas: organiza las exequias, prepara el cónclave y dirige los asuntos ordinarios del Vaticano. Somalo ejerció este cargo durante 17 días, los que mediaron entre la muerte de Juan Pablo y la aparición de Joseph Ratzinger, en adelante Benedicto XVI, en el balcón de San Pedro.
Año y medio más tarde, la cumplir 80, Martínez Somalo presentó la renuncia a todos sus cargos. En 2003 había sufrido una intervención quirúrgica relevante (le instalaron un triple by-pass). Hoy vive retirado en el Vaticano como cardenal presbítero de la iglesia del Gesú.
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