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Hace unas semanas que en España se está dando un fenómeno tristemente viral que consiste en pinchar a las mujeres en las discotecas con el aparente objetivo de someterlas químicamente. Aunque las denuncias más o menos masivas se produjeron en Cataluña, los primeros casos ocurrieron ... en los Sanfermines, cuando cuatro mujeres acudieron a urgencias por este motivo.
Hasta la fecha, la Policía ha confirmado casos en el País Vasco, Cataluña, Madrid, Barcelona, Andalucía, Navarra, Canarias y Baleares. En algunas ocasiones sí se han detectado sustancias como éxtasis líquido, aunque no en todas. Tampoco hay constancia de que en estos casos se hayan producido como consecuencia de estos 'pinchazos' una agresión sexual o un robo.
En prácticamente todos los casos confirmados, los 'pinchazos' se producen por la noche, en bares de copas o discotecas. Las mujeres notan este pinchazo (generalmente en brazos o piernas), y un rato después notan cómo empieza a dormirse la extremidad; una sensación que se va extendiendo por todo el cuerpo. Algunas de las denunciantes han explicado que tienen la sensación de que pierden la voluntad sobre sí mismas. En los casos confirmados, las sustancias encontradas han sido éxtasis líquido o algún analgésico.
Pero, ¿qué es exactamente la sumisión química? Según Esperanza López Hidalgo, médico forense del Instituto de Medicina Legal de Málaga, la sumisión química consiste en «la administración de sustancias químicas a una persona, sin su consentimiento y sin su conocimiento, con fines delictivos». Así lo expresa en una guía elaborada para el propio Instituto y enfocada a jóvenes, en la que recuerda que en las últimas décadas este fenómeno se ha incrementado notablemente, adquiriendo una «gran relevancia social». En este caso actual, la sumisión no se produciría a través de las bebidas (método más habitual), sino que se ejecutaría a través de un 'pinchazo', probablemente con una jeringuilla, aunque no se ha podido confirmar del todo.
Fuente: Esperanza López Hidalgo, Instituto de Medicina Legal de Málaga | Infografía: Encarni Hinojosa
Somnolencia o dolor de cabeza.
Visión borrosa.
Náuseas o vómitos.
Dificultad para caminar o estar de pie.
Ver u oír cosas extrañas.
Falta de prendas de ropa o mal puestas.
Desconocer qué ha pasado en las últimas horas, no saber cómo se ha llegado a algún lugar, encontrarse acompañada de desconocidos...
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La experta del Instituto de Medicina Legal explica que cuando hay sumisión química, los delitos contra la libertad sexual son los más frecuentes. En su mayoría, las víctimas son mujeres, y las más vulnerables son las más jóvenes. Por ello, añade, se justifica la necesidad de informar «de una manera clara y veraz» a la población más joven, para que sepan en qué consiste este fenómeno, qué sustancias pueden estar implicadas, cuáles son los síntomas principales, qué pueden hacer para evitarlo y qué deben hacer en los casos de conocer o ser víctimas de un delito de esta índole. De nuevo, este caso de los 'pinchazos' aún está demasiado reciente para confirmar cuál es el móvil de lo mismos, si se trata de un intento de agresión sexual, de robo; o bien una tercera posibilidad: provocar el pánico entre las mujeres.
Según la doctora López Hidalgo, todas las sustancias empleadas tienen algo en común; que actúan sobre el sistema nervioso central. Son tanto depresoras como estimulantes. «Las más frecuentes son depresoras y producen disminución del nivel de conciencia y sedación», aclara en la guía.
Así, estas pueden ser desde las bebidas alcohólicas hasta las drogas (cannabis, cocaína, éxtasis), pasando por medicamentos que se toman para dormir y para la ansiedad. Eso sí, en la guía la médico forense aclara que la sustancia más utilizada suele ser el alcohol, que no existe una «droga de los violadores» y que se han detectado más de cincuenta sustancias posibles.
091 Policía Nacional
062 Guardia Civil
092 Policía Local
016 Teléfono contra la Violencia de Género
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