Un destello de calor y un puente... de chaqueta y paraguas

El verano llama a las puertas de La Rioja, pero la primavera más inestable de los últimos años mantiene echado el pestillo. La nueva estación, cuya cita oficial está fijada para las 22.51 horas del jueves 20 de junio, muestra deseos de traspasar ya el dintel, pero salvo algunas rendijas el paso sigue vedado.

Se había anunciado para esta semana, en su ecuador, el primer zarpazo térmico y llegará, pero los augurios que anticipaban temperaturas tórridas peligrosamente cercanas a los cuarenta grados se han suavizado. Ni La Rioja deberá estrenar los avisos previstos en los nuevos umbrales del actualizado 'Plan nacional de actuaciones preventivas de los efectos de exceso de temperatura sobre la salud' –34,5 grados en Logroño– ni el bochorno asfixiante parece que sobrevivirá hasta el inicio del puente festivo.

Con cielos poco nubosos, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) pronostica para este miércoles en La Rioja un «ascenso notable» en las máximas, que oscilarán entre los 13 y 34 grados en Calahorra, los 12 y 34 en Haro y los 13 y 35 de Logroño. En las jornadas de jueves, viernes y parte del sábado los termómetros apenas sufrirán variaciones, con la Península bajo una masa de aire muy cálido y polvo en suspensión, que será barrida del mapa con la llegada de un frente de bajas presiones en forma de borrasca atlántica, que desembarcará en forma de precipitaciones, que pueden ser intensas, de chubascos tormentosos y de un desplome térmico en las máximas, con una descenso de entre 8 y 10 grados en la jornada del domingo respecto a los registros de los días anteriores.

Aún bajo la incertidumbre, según advierte la propia Aemet en sus previsiones provisionales, la inestabilidad podría prolongarse en el arranque de la próxima semana, en pleno puente con motivo del Día de La Rioja y la festividad de San Bernabé, para iniciar poco después una nueva escalada en los mercurios.

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