«Después de leerlas, interpreté que eran cartas de suicidio»

Fue al cuartel para hablar con esas dos personas. «Eran dos hermanos y me dijeron que su madre, su hermana y su sobrina no estaban en su domicilio desde primera hora de la mañana y que no tenían ni idea dónde estaban. Les pregunté si habían hecho alguna gestión o si había pasado algo y dijeron que no, que simplemente se habían ido», recordó. Sí le comentaron que estaban preocupados porque Adriana Ugueto debía entregar a la niña a su padre, quien tenía la custodia de la pequeña.

Poco después llegó el progenitor de Carolina para denunciar el incumplimiento de la entrega de su hija, algo que, según detalló, había ocurrido otras veces. «No se fiaba de la familia» y tenía miedo de que se llevaran a la menor a Venezuela, país del que procedía la familia materna.

No supo nada más del caso hasta el día siguiente cuando regresó al cuartel. Entonces se enteró de la existencia de unas cartas que poco después se llevó la Policía Nacional. Esa mañana estaba de comandante en puesto otro de los agentes que también declaró como testigo. Sobre las 10.30 horas, según relató, llamaron al cuartel diciendo que ni su madre ni su hermana estaban en el domicilio y que dentro de un armario habían encontrado unas cartas de despedida.

«Una vez que las leí –comentó– me puse en contacto con la Policía Nacional y vino a por ellas». La aparición del cuerpo de Carolina sobre la cama en la habitación de un hotel ya había saltado a los medios de comunicación. Preguntado sobre cómo interpretó las misivas, aseguró: «Interpreté que eran cartas de suicidio».