Asun Pérez, sentada, junto a Sonia Foncea. JUSTO RODRÍGUEZ
GENTE INTERESANTE

«Me despido de un montón de amigos, no de unos clientes»

La peluquera logroñesa Asun Pérez se jubila tras 48 años de trabajo

Pablo Álvarez

Logroño

Jueves, 31 de marzo 2022, 02:00

La peluquería Criterium de Logroño parece estos días la habitación de hospital de una madre primeriza. Hay ramos de flores, regalos, cajas de bombones. Y hay abrazos y emoción y alguna lágrima.

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Pero ésta es una despedida, y todas las despedidas tienen algo de triste. ... Aunque sea voluntaria y tras casi medio siglo de trabajo. Quien se despide es Asun Pérez Moracia, 48 años con la cabeza de medio Logroño en las manos. Desde que, en 1973, con apenas 16 añitos, empezó a trabajar en la peluquería que tenía Serafín Regadera en Murrieta.

Una chica trabajando en una barbería de caballeros no era algo común. De hecho, en Logroño no se había visto. «Mi padre no quería dejarme», recuerda Asun. «Tuvo que subir Serafín a casa para convencerle de que me iban a respetar y me iban a cuidar al máximo». Dicho y hecho: el primero que amenazó con insinuarse a la jovencita Asun acabó de patitas en la calle y a medio afeitar.

Y desde ahí, medio siglo sin pausas. Siempre con caballeros. «El trato de peluquería en general con los hombres es mucho mejor», afirma. Así fue, incluso cuando Regadera volvió a innovar abriendo el primer salón unisex de Logroño. «Era muy raro por aquí. Estaban en el mismo local, aunque hombres y mujeres separados».

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Con los años, Asun se fue a trabajar con otro clásico de la peluquería logroñesa, Salvador Jurado, en la peluquería del mismo nombre. Primero en Calvo Sotelo y luego en Capitán Cortés, ahora Beti Jai.

Hasta que, en 2013, pudo por fin ser su propia jefa. «Estos últimos ocho años han sido maravillosos, un broche de oro», dice sin dudar. «Los mejores».

En una mesita, al lado del perchero de la peluquería, hay un libro de dedicatorias. En realidad es el segundo, porque el primero se llenó pronto. Son cientos de frases de clientes, todas llenas de un cariño que va más allá de la relación entre una profesional y sus clientes. «Es que ha sido siempre una relación más de amigos. Yo lo tengo claro, me despido de un montón de amigos, no de un montón de clientes».

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Como un confesionario

Y es que en los sillones de piel de una peluquería se termina escuchando de todo. «La gente habla mucho, se desahoga, y te acaba contando cosas que a lo mejor no les dice ni a los amigos».

Hoy es el último día de trabajo en la peluquería Criterium. Junto con Asun se retira Sonia Foncea, aunque en su caso no es una retirada por edad. «Es que no voy a tener una jefa mejor que ella».

Esta noche habrá fiesta cuando cierre la puerta, aunque la emoción no será del todo alegre. «El sentimiento que me deja la gente al despedirse es impresionante», afirma, «y se nota que es sincera». «Me da pena. Mi cuerpo me dice que lo deje... Pero me da mucha pena».

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