Desolación en los bosques de Moncalvillo

El paisaje es desolador, mezcla de escenario bélico y naturaleza muerta, pero han sido los fenómenos meteorológicos los que han causado estos estragos. Señalan los alcaldes de la zona que la última gran nevada, en noviembre, fue especialmente copiosa a esa altitud. El frío de enero, que alcanzó los -7,2 grados en Moncalvillo, heló esa nieve. Después, las rachas de viento de más de 60 kilómetros por hora provocaron las fracturas y caídas de los troncos. Muchos árboles no soportaron el peso de la nieve helada y sucumbieron. En parte la debilidad de los pinos se podría explicar por la reciente entresaca, la extracción de árboles para el aprovechamiento de la madera.

No es un efecto que se haya producido exclusivamente en Moncalvillo, aunque sí donde más espectaculares son los daños. Por ejemplo, en la Finca Ribavellosa, de Almarza de Cameros, varios senderos, los de mayor altitud, permanecen cortados por obras debido, precisamente, a la caída de árboles por la nieve y que los hacen intransitables por cuestiones de seguridad. En este caso, el guarda forestal de Ribavellosa realiza esculturas con motosierra en algunos de los árboles partidos creando un atractivo más en la finca con representaciones de la fauna habitual del bosque: zorros, ardillas, búhos, conejos, águilas, visones, mariposas, ranas...

La Dirección General de Biodiversidad ha aprobado el proyecto de aprovechamiento forestal en Moncalvillo para extraer la madera y subastarla. Con un plazo de doce meses de ejecución y una cantidad aproximada de mil metros cúbicos de madera, se han tasado en 5.000 euros los mil pinos silvestres que serán retirados por haber quedado tronchados o desarraigados. «La superficie total del aprovechamiento de la zona afectada es de 72,7 hectáreas, localizadas íntegramente en Viguera, y la Mancomunidad del Moncalvillo licitará la subasta».