Florencio Peñacoba lleva desaparecido desde el pasado 26 de mayo. Su última ubicación conocida fue en Cenicero, en las inmediaciones del embarcadero del Ebro, río al que acudió a buscar cangrejos y donde se le perdió la pista. No hay noticias de su paradero ... ni tampoco del de Adolfo Fernández, un vecino de Rabanera del que no se sabe nada desde el 27 de marzo, más allá de que se le perdió el rastro en Logroño. Han pasado más de dos meses desde que se dio la voz de alarma del primer caso y más de cuatro del segundo. Mucho tiempo, aunque eso no quiere decir que las tareas de localización hayan cesado. «Los dos casos siguen activos y se continúa con la búsqueda», se sentencia desde la Guardia Civil.
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Adolfo Fernández tenía 67 años en el momento en el que desapareció. Vestía pantalón vaquero y camisa blanca; llevaba gafas. Se le buscó por la zona del Camero Viejo e incluso, tal y como se relata desde la Guardia Civil, se mapeó la localidad en la que residía, Rabanera, en busca de pistas, aunque su último paradero conocido es la capital riojana. «Desconociendo de momento otros lugares a los que se pudiera haber desplazado», se apostilla. A Florencio Peñacoba, mientras, se le conoce como 'Peña' y la última vez que se le vio vestía pantalón azul oscuro y sudadera roja. De 63 años, su búsqueda se ha centrado en el entorno del Ebro sin que, de momento, haya dado sus frutos.
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Eduardo García Martínez
Para localizarlos se han activado, tal y como destaca Miguel Ángel Sáez, «todos los medios naturales y humanos disponibles de la Guardia Civil de La Rioja». En ellos se incluyen, según enumera el portavoz en la región, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, helicópteros, drones, guías caninos de La Rioja y Unidades de Seguridad Ciudadana. «Además, se ha contado con agentes del servicio cinológico (adiestramiento canino) de Madrid, con perros especializados en la búsqueda de cuerpos sumergidos», apostilla Sáez quien remata afirmando que para las ayudas tecnológicas que requieren autorización judicial se colabora con los juzgados correspondientes.
«La Guardia Civil no ha cesado en la búsqueda», sentencia el portavoz de la Guardia Civil, que pone como ejemplo que hace unos días los perros rastrearon la zona de la orilla del Ebro en busca de novedades en el caso de Peñacoba. «Pasado el tiempo, no se deja de buscar», recalca Sáez.
En casos similares a estos dos que continúan activos en la comunidad autónoma, en los que la desaparición se prolonga en el tiempo y no hay indicios de criminalidad, la supervisión de las pesquisas recae en la unidad orgánica de la Policía Judicial. Así lo indica el portavoz de la Guardia Civil en La Rioja. «Es la que se encarga de recoger todos los datos necesarios para que la investigación avance, además de mantener activos los dispositivos de búsqueda sobre el terreno», cuenta Miguel Ángel Sáez. «Además de eso, se pauta una recogida de ADN en previsión de una aparición posterior y una posible dificultad en la identificación», remata.
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De cualquier manera, el portavoz de la Benemérita hace hincapié en que un desaparecido es objeto de seguimiento periódico durante un tiempo de referencia de 99 años. «Es el Centro Nacional de Desaparecidos, junto a las unidades territoriales, el que impulsa el seguimiento de los casos», apunta Sáez, quien concluye con un mensaje contundente: «Se les sigue buscando».
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