¿Tenemos menos derechos que los perros?

Y las protestas por el ruido del casco antiguo de Logroño siguen sonando. En este caso es un hombre que compró un piso en la calle San Agustín en el año 1993 y del que se ha tenido que ir «porque la situación se ha vuelto insoportable». Quiere responder a la persona que aseveró días pasados en el Teléfono que quienes viven en el casco viejo ya saben lo que hay o lo que había. «Quiero hacer constar que en esa época había dos bares en la calle. El Soldado de Tudelilla al que solo iban abueletes, entre ellos mi padre, y La Taberna de Baco, amén de una serie de restaurantes». «Fue más adelante», rememora, cuando el Ayuntamiento «consintió» que se llenara esta calle y las adyacentes de bares. «Se ve que daban buenos beneficios frente a las rentas de los inquilinos de los pisos», resume para quejarse de este nuevo fenómenos «que ha logrado expulsarnos del casco antiguo, yo no me he ido a Torrecilla o Ezcaray como otros, yo me fui a las afueras de Logroño, donde por cierto se está muchísimo mejor que en el centro», concluye.

Otra queja tiene que ver con los pipicanes y zonas de esparcimiento de Logroño, cada vez más numerosos, lo que le parece muy bien, aunque pide que las personas de a pie tengan las mismas oportunidades para ir a la baño. «No estaría mal que colocasen urinarios para los jubilados que nos vemos obligados a orinar donde se pueda bajo la amenaza de recibir una multa. ¿Tenemos menos derechos que los perros?».

La siguiente es también una llamada para apoyar al lector que se quejaba de que hay gente con pisos alquilados en negro y, sin embargo, luego reclaman servicios públicos. Pero ella también hace referencia a los maestros «que dan clases particulares para preparar oposiciones en sus casas y se embolsan un dinerito en su bolsillo que nadie controla». Es, dice, una práctica bastante habitual, «lo hacen en sus domicilios sin ir a la academias, donde tienen todo regulado, sus trabajadores, sus IRPF...». Total que –se queja– nadie controla.

Sobre los agricultores que practican la 'vendimia en verde', un lector considera que se le está protegiendo de más : «Se han desorbitado con tantas ayudas , son unos privilegiados respecto otros. De lo que tienen que mentalizarse es de arrancar el vino. Que no vengan con disculpas de que si la crisis, la climatología..., lo que no podemos es entre todos pagar a este colectivo», sentencia en su mensaje.

Y termimanos con un aviso de una lectora sobre la necesidad de seguir tomando prevenciones para evitar el covid, se pregunta si no sería necesario ponerse la mascascarilla con más asiduidad, y pide a los establecimentos públicos que vuelvan a poner geles para desinfectar las manos. «Se nos olvida pronto lo malo, pero creo que no estamos preparados para volver a lo que vivimos», acaba.

Desde el municipio de Alberite nos llega esta queja por el malestar de uno de sus vecinos. «El Ayuntamiento no toma nota y esto ya no es un pueblo. Estas acciones no son de estos tiempos», inicia la explicación de su malestar. «Está prohibido derramar líquidos en la vía pública, pero es que encima es el cubo de fregar el portal y con jabón», describe. Espera que termine esta costumbre.