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Ni los controles ni las numerosas campañas informativas y de sensibilización llevadas a cabo por la Dirección General de Tráfico (DGT) resultan del todo efectivas para evitar que todavía haya conductores que decidan ponerse al volante en las carreteras riojanas con la ITV de ... su vehículo caducada. Una imprudencia que incrementa la siniestralidad vial, pero que cometen, entre otros motivos, por su falta de sensibilización sobre la importancia del control técnico obligatorio. Los datos están ahí: solo en lo que va de año, tanto la Guardia Civil como la Policía Local de Logroño han denunciado a 2.552 personas que circulaban en la región sin tener al día la ITV de su vehículo.
Durante el pasado ejercicio, fueron 5.297 los riojanos que circularon con la ITV de su automóvil caducada, mientras que hubo 340 conductores que lo hicieron con una inspección desfavorable y 64 con un resultado negativo al incumplir las condiciones técnicas que garantizan la seguridad vial. En el año de la pandemia –en el que apenas hubo desplazamientos por las restricciones sanitarias–, fueron 2.925 los infractores, mientras que en 2019 fueron 3.906 los conductores que circularon sin tener la ITV en vigor. Una cifra bastante superior a la de los dos años anteriores: 3.340 personas se pusieron al volante en 2018 con la inspección técnica de su vehículo caducada y 2.922 lo hicieron en 2017. Una radiografía que, en conjunto, evidencia que esta infracción sigue una tendencia ascendente en La Rioja, más aún porque las denuncias formuladas por la Benemérita y por la Policía Local de Logroño han crecido el 80% durante este último lustro en la región.
Principalmente, porque estos conductores no han querido o no han podido afrontar el coste de la reparación de su vehículo para obtener un resultado favorable en la ITV, porque no han pasado la siguiente inspección técnica obligatoria que les correspondía –que varía en función de cada vehículo– o porque han preferido correr el riesgo de ponerse al volante sin que su automóvil estuviese en buen estado. «Hay veces que priorizan 'ahorrarse' el importe de la inspección del vehículo sin ser conscientes de lo que se 'ahorrarían' si dicha comprobación conllevase no sufrir un accidente o reducir sus consecuencias», asegura Beatriz Zúñiga, jefa provincial de Tráfico en La Rioja.
Sobre todo, porque una de las principales consecuencias de circular sin tener la ITV vigente es, precisamente, el incremento de la siniestralidad vial. De hecho, según el último estudio de la Universidad Carlos III de Madrid sobre la contribución de la ITV a la seguridad vial y al medioambiente, solo con estas inspecciones obligatorias se evitan cada año 539 víctimas mortales, más de 12.000 personas heridas de diferente consideración y, al menos, 17.000 accidentes de tráfico.
Beatriz Zúñiga 1 Jefa provincial Tráfico La Rioja
El motivo de que aún se siga cometiendo la infracción de circular con la ITV caducada, así como con un resultado desfavorable o negativo, está fundamentado en la falta de sensibilización de los conductores. «Todavía cuesta entender que pasar la ITV, además de constituir una obligación legal, ayuda a prevenir los accidentes o a reducir sus consecuencias», lamenta la jefa provincial de Tráfico en La Rioja.
2.252 conductores han sido sancionados en lo que va de año por circular con la ITV caducada.
539 víctimas mortales se podrían evitar cada año si los vehículos llevasen la ITV al día.
El problema es que no todos los conductores ven en esta inspección técnica obligatoria una inversión en seguridad vial. De ahí que los fallos técnicos más habituales por los que el resultado de la ITV es desfavorable o negativo sigan siendo el mal estado de los neumáticos, así como del sistema de frenado y de alumbrado o las altas emisiones de los automóviles de mayor antigüedad, lo que aumenta el riesgo de siniestralidad vial. «Muchas veces no son conscientes de lo que puede beneficiar a su seguridad, así como al resto de usuarios de la vía, que el vehículo esté en correctas condiciones», asevera Zúñiga, que reitera que la importancia de la ITV reside, sobre todo, en que el estado del vehículo «esté en buenas condiciones». En este sentido, «que sus elementos de seguridad activa y pasiva funcionen correctamente, ayudará a prevenir accidentes o a reducir el impacto de los mismos en los casos en los que se produzca siniestralidad vial», concluye Zúñiga.
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