
Jaime García-Calzada | Presidente de la Cámara de Comercio de La Rioja
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Jaime García-Calzada | Presidente de la Cámara de Comercio de La Rioja
«Todos hemos dejado atrás la pandemia pero la Administración sigue instalada en ella»Jaime García-Calzada afronta su segundo y último mandato al frente de la Cámara de Comercio, que seguirá compatibilizando con la presidencia de la ... Federación de Empresas de La Rioja. La defensa del colectivo empresarial por encima de todo es su principal ambición porque, además, observa ataques externos «de diferentes ámbitos». Y tampoco «el gobierno nos tiene afecto», denuncia en alusión al riojano y al de España.
– ¿Habló el lunes en su reelección de que prevé un segundo semestre con buenas perspectivas para el tejido empresarial? ¿En qué se basa?
– Suelo analizar las previsiones económicas de diferentes organismos y hay uno al que doy bastante credibilidad, el Banco de España. A final de enero coincidí en una comida con su gobernador, Pablo Hernández de Cos, y comentó que se había equivocado al vaticinar un crecimiento negativo para el último trimestre de 2022 y el primero de 2023. Porque cuando eso sucede, técnicamente supone entrar en recesión. Pero rectificó y dijo que este año habría un crecimiento del 1,3% o el 1,4%, sobre todo a partir del segundo semestre. Recientemente el Banco de España hablaba incluso del 1,5%.
– ¿Han quedado ya atrás las consecuencias de la pandemia, la guerra en Ucrania, las crisis energética, de materias primas, de suministros...?
– No, no, siguen muy presentes. El escenario es todavía de una gran volatilidad. La guerra ha incidido en la escala de precios de materias primas, la energía y los combustibles continúan altos aunque se han moderado, el impuesto al trabajo sigue elevado con las cotizaciones sociales. Porque con la reforma de las pensiones y el fondo de equidad intergeneracional, las cotizaciones aumentarán hasta 2029 un 1,2%, cuando desde 2018 los impuestos a las pymes han crecido un 50%. Las empresas sí han subido los precios, de media, un 10% pero los costes les han aumentado un 14%. Y los beneficios se han estrechado.
– Durante su toma de posesión también se quejó de que la figura del empresario «está en el foco de la culpabilidad de muchos males». ¿Les iría mejor a ustedes, en La Rioja y en España, con gobiernos de otro color político, el PP por ejemplo?
– No me gusta hablar de política, yo hablo de empresa. Pero en este momento los gobiernos no nos tienen ningún afecto y si nos trataran de manera diferente, con sensatez y sentido común, podría funcionar todo mucho mejor. El mayor activo que tiene un país son las empresas y éstas lo tienen en sus trabajadores. Si un gobierno atraviesa una situación económica complicada como la que hay en España con un billón y medio de euros de deuda pública y lo único que hace es tratar mal a su principal fuente de ingresos como son las empresas y los trabajadores, así no se puede seguir. Nosotros no tenemos una caja llena de dinero para sacar y sacar... Debido a la pandemia hay un gran porcentaje de pymes y autónomos endeudados.
– ¿Están llegando los fondos Next Generation al tejido empresarial como era de esperar?
– No. Pero es que resulta muy difícil acceder a esos fondos porque tenemos una burocracia tan farragosa que acaba desanimando a cualquiera. Es uno de los mayores problemas que nos trasladan los empresarios en las encuestas trimestrales que hacemos en la Cámara. Nos dicen que para optar a esas ayudas han de juntarse varias empresas, incluso de comunidades distintas, y eso es muy complicado. Los fondos de recuperación son una excelente oportunidad para modernizar el tejido productivo pero la burocracia para llegar a ellos no es ágil. Y además, parece que la Administración sigue instalada en pandemia cuando todos los demás ya la hemos dejado atrás y trabajamos con total normalidad. Pero los organismos públicos siguen con cita previa, con robots atendiendo las llamadas cuando se descuelga el teléfono... Pero es importante la presencialidad y hay que recuperarla.
– La Rioja cerró 2022 con récord de empleo y la tasa de paro más baja del país, según la Encuesta de Población Activa. ¿Tiene reflejo ese indicador positivo en el día a día de las empresas?
– Son datos buenos pero, si sales a la calle, ves lo que dice la gente: que tiene problemas para llegar a fin de mes, que la cesta de la compra cada vez es más cara... Ese es el pulso del país y no la intervención de Pedro Sánchez en el Congreso durante la moción de censura pintando la situación de España de color rosa. Y luego tenemos un aspecto en el mercado de trabajo que es llamativo: hay 3,5 millones de personas en paro y las empresas no encuentran personal.
– ¿A qué puede deberse?
– Un gran porcentaje de desempleados no tiene cualificación pero eso es un problema endémico desde hace años. La formación para las personas sin trabajo no ha funcionado bien.
– ¿Qué proyectos o sectores han de ser tractores para la economía riojana: la Ciudad del Envase, el Valle de la Lengua, la logística con el puerto seco de El Sequero...?
– Todos son importantes para hay un elemento que es vital: la conectividad. Sin ella, no hay riqueza ni turismo. En La Rioja no tenemos comunicaciones salvo la autopista AP-68 de Bilbao a Zaragoza para llegar a Cataluña, un avión a Madrid que no es diario y que es una incertidumbre si va a volar o no y un tren que pasa de vez en cuando. Estamos aislados y nuestros vecinos en diez años van a tener unas comunicaciones magníficas. Esto no es una crítica al actual Ejecutivo de La Rioja sino a los políticos de los últimos treinta años, que no se han preocupado por las infraestructuras; y si lo han hecho, poco éxito han tenido. Sí destaco una buena actuación que ha tenido nuestro Gobierno: comprar los polígonos de El Recuenco en Calahorra y La Senda en Alfaro para abaratar los precios del metro cuadrado y hacerlos más competitivos. Y los otros proyectos claro que son interesantes, principalmente la Ciudad del Envase con nuestra potente industria agroalimentaria. El Valle de la Lengua es interesante porque representa, además, un legado histórico pero hace falta inversión público-privada. Y apostar ya por el proyecto, porque se hacen cursos de castellano en Cataluña, en Sevilla... ¿Y aquí?
– Usted conoce bien el sector del turismo por su trayectoria profesional. ¿Por qué cree que La Rioja es la comunidad de su entorno donde menos sube desde la pandemia?
– Ya le acabo de decir una causa: la conectividad. Si no tienes buenas comunicaciones o peores que en otros destinos, es difícil atraer visitantes. Para que llegue a Logroño una persona de Sevilla, tarda un día entero. Si viene en avión ha de volar a Bilbao, si viaja en tren ir a Zaragoza, pero luego tiene que alquilar un coche... No es cómodo. Estamos abandonados.
– Estamos a apenas dos meses de las elecciones. ¿Qué les pide el principal representante empresarial de La Rioja a quienes aspiran a gobernar los próximos cuatro años?
– Que al contrario de lo que ha sucedido estos últimos cuatro años en los que los empresarios no hemos sido foco de atención para los gobiernos de La Rioja y España, pido a quienes salgan elegidos en las urnas que cuenten con nosotros, que la solución la tienen ellos, pero que sin los empresarios no llegaremos a ningún lado. Somos el mayor activo, quienes creamos empleo y riqueza. Porque nadie más lo hace. Los funcionarios son 'supernecesarios', pero son servidores públicos.
– ¿Cree, por lo tanto, que el Ejecutivo regional y el central miman más a los funcionarios que al resto de trabajadores?
– No es eso, es que los gobiernos no cuentan con los empresarios.
– Tampoco tienen ustedes mucha sintonía con el Ayuntamiento de Logroño, ¿no? Casi una veintena de asociaciones vinculadas a la patronal FER criticaron el martes el programa Calles Abiertas del alcalde.
– Nosotros intentamos tener las mejores relaciones con nuestras instituciones. Estamos para apoyar a los gobiernos de turno, pero si no cuentan con nosotros qué le vamos a hacer. Que se junten colectivos de diferentes sectores reivindicando lo mismo algo quiere decir. Ningún empresario está en contra del desarrollo de su ciudad o su región o su país. Tampoco estamos en contra de la sostenibilidad ni de la digitalización. Pero no se puede hablar, como dice el alcalde habitualmente, de pacificar la ciudad y las calles de Logroño, cuando aquí no hay guerra. ¡Vamos a hacer una ciudad amable, sí, pero contando con todos los actores! Y parece que al Ayuntamiento de Logroño no le gustan los coches cuando son necesarios. Lo que también hace falta son aparcamientos y fluidez en el tráfico.
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