Un debate con nervios y algunas cuentas pendientes

El debate sobre el estado de la región se ajusta siempre al mismo esquema: un día para el discurso de la presidenta y otro para las intervenciones de los grupos parlamentarios. Es la segunda sesión plenaria más importante del año, por detrás del debate de presupuestos, que suele celebrarse en diciembre y es en el que se discute cuánto dinero va para qué cosa. Aunque el debate sobre el estado de la región finaliza con la aprobación de numerosas propuestas de resolución (casi todas indefectiblemente formuladas por el Gobierno o por sus socios), lo esencial suele residir en las ideas esbozadas. Con frecuencia quien ostenta la jefatura del Ejecutivo aprovecha su discurso inicial no solo para trazar un retrato edulcorado de la región sino para lanzar algún anzuelo informativo, quizá en forma de nuevas inversiones.

A la espera de ver cuál es el contenido del discurso de Concha Andreu, el debate sobre el estado de la región llega en un momento político convulso. El PSOE acaba de encajar una derrota electoral durísima en su antiguo feudo, Andalucía. Aunque los dirigentes socialistas nacionales y regionales se están esforzando por perimetrar el incendio para que las llamas no se extiendan más allá de Despeñaperros, el humo se ve desde lejos y trae muy malos augurios. Sin embargo, Concha Andreu afronta la sesión plácidamente instalada en el Palacete y con una ventaja indudable sobre todos sus rivales: el PSOE riojano ya resolvió –aunque de manera expeditiva– sus divisiones internas y la presidenta acumula todo el poder, tanto en el Gobierno como en el partido. Si el PP hubiera hecho sus deberes, Andreu tendría enfrente a su rival en las próximas elecciones autonómicas, pero los populares acuden a la cita sin haber elegido aún líder y tratando de disimular su desunión. Si el Partido Popular hubiera cumplido su propio calendario, el congreso regional tendría que haberse celebrado ya, con tiempo suficiente para ir construyendo un candidato. De momento sigue sin haber noticias en este punto, así que lo más probable es que la sucesión de José Ignacio Ceniceros no se resuelva hasta septiembre u octubre. Los dos precandidatos, Alfonso Domínguez y Alberto Bretón, son diputados regionales y también lo es el padrino de la llamada «tercera vía», Carlos Cuevas, pero la réplica a Concha Andreu la servirá el portavoz parlamentario, Jesús Ángel Garrido. Andreu les ha metido este primer gol.

La fecha de celebración del debate tal vez tenga algo que ver con los líos internos del Partido Popular. El debate sobre el estado de la región no tiene días fijos en el calendario y su celebración va oscilando según la conveniencia de los presidentes. El primero de Andreu tuvo lugar en junio, pero el segundo –el año pasado– se celebró en octubre. La decisión de retornar a los primeros días del verano ha pillado a casi todos sus rivales con el paso cambiado, aunque después de su desastre en Andalucía tampoco el PSOE tiene excesivos motivos para sonreír.

Sin embargo, el portavoz socialista, Raúl Díaz, enfatiza que el debate no podía llegar «en mejor momento». «El PSOE es la única formación con un liderazgo claro, tanto en el partido como en el Gobierno y, lejos de tener que hacer frente a comisiones de investigación sobre chalés ilegales o compra de sedes en B, somos los únicos que podemos ofrecer estabilidad y un futuro claro para La Rioja».

Desde la orilla popular, la visión del horizonte es completamente distinta. «Será un buen escaparate para presentar al PP de La Rioja como única alternativa al proyecto de Sánchez y de Andreu», subraya Jesús Ángel Garrido. Para el portavoz popular la falta de un líder en la bancada popular no supone un hándicap decisivo: «Lo importante es que es la marca del PP, el proyecto del PP. Eso es lo que nos aglutina. Este un gran proyecto cuya pujanza contrasta con el colapso del PSOE. Los resultados en Madrid, Castilla y León y Andalucía marcan el fin de ciclo para el sanchismo».

Los demás grupos tienen también sus cuitas particulares, agravadas por el terremoto andaluz, aunque intentan aventar los malos presagios para centrarse en La Rioja. «Espero que la presidenta ponga de una vez los pies en el suelo», advierte el portavoz parlamentario de Ciudadanos, Pablo Baena. Para Baena, «Andreu está pilotando un Gobierno ideológico, que no ha sabido afrontar ni la pandemia ni la crisis económica».

Desde Izquierda Unida, Henar Moreno mantendrá su doble papel de sostén y aguijón parlamentario del Gobierno. «Espero que la presidenta Andreu sea valiente», avisa Moreno. «Este va a ser el primer debate en el que podemos decir, con matices, que hemos superado la pandemia, así que nos podemos centrar en los problemas económicos de los ciudadanos». La diputada de IU indica que es hora de que el Ejecutivo afronte «los retos de la sanidad, de la educación y de los servicios sociales».

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