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san asensio. Poco antes de que la Casa de la Música de San Asensio cerrara sus puertas tras 10 horas de votaciones, un matrimonio y su hija descendía por la malograda rampa que da acceso al castillo de Davalillo. Ajeno al revuelo que se ha ... organizado a menos de cinco kilómetros, el habitual silencio que reina en el cerro que acoge la fortificación lo rompían ayer un puñado de chavales haciendo gruñir los motores de sus quads.
El castillo seguirá en manos privadas. Al menos eso es lo que han decidido los vecinos de San Asensio, que ayer votaron con más ahínco que en las últimas elecciones municipales, las del 2015. Entonces se recogieron 690 papeletas; ayer, 711. Y, mayoritariamente, dijeron que no querían el castillo. Más concretamente que no quieren que el Ayuntamiento ejerza el retracto, es decir, que no aboné a los herederos del Marqués de Riscal los 70.000 euros que CVNE se ha comprometido a pagar por el castillo de Davalillo para hacerse con su propiedad.
319 sanasensianos dijeron que sí, que se comprara el castillo; 384 votaron en contra. 9 nulos o en blanco. 65 votos de diferencia. No era vinculante, pero PSOE y PR+, impulsores de la consulta y coalición de gobierno, habían anunciado su compromiso de respetar la decisión.
Poco después de las 20.30 horas, las caras de los representantes de CVNE, que además de estar presentes durante todo el día en las votaciones contrataron a un notario para que diera fe del resultado, perdieron su hieratismo y esbozaron ligeras sonrisas. En el exterior, una veintena de personas esperaba unos resultados que, vía WhatsApp, se filtraron antes de que el alcalde, Juan Francisco Blanco, los comunicara. Unos sonreían; otros se lamentaban; la gente de CVNE se abrazaba; y el edil municipal del PR+ se encaraba con el secretario de Cultura de los regionalistas, José Javier Villar, que criticó que el recuento fuera a puerta cerrada. Ese fue el único incidente de una jornada que transcurrió con normalidad.
La cara más triste era la de Ana Parra, portavoz de la Plataforma por el Castillo de Davalillo. «Estamos tristes. Tendremos que juntarnos, valorar los votos y pensar qué vamos a hacer. No teníamos otra opción que no fuera ganar», explicaba. «Los vecinos han dado su opinión y los concejales valoraremos los resultados», resumía el alcalde del municipio, que recordaba que no se pierde Davalillo: «No va a ir a ningún lado».
Ana Santos, concejal del PSOE, se mostraba satisfecha porque «se ha ejercido la democracia. Ante la división que había, no existía otra opción», decía al tiempo que confiaba en que «las heridas se puedan sanar» y en que «los partidarios del sí acepten la democracia. Davalillo estaba abandonado, corre riesgo y Davalillo habría ganado en cualquier caso».
65 votos de diferencia. 10 puntos de ventaja para el no. ¿Es suficiente? «El resultado es el que es», completaba, lacónico, el alcalde.
Minutos después de las 10.00 horas de la mañana de ayer, la casa del Sindicato de San Asensio abría sus puertas, y «todas las personas con 18 años cumplidos y con el domicilio de la localidad plasmado en el DNI», como versaban las normas de participación, empezaron a elegir su opción.
La pregunta era sencilla: «En su opinión ¿considera que el Ayuntamiento de San Asensio debe salir al retracto sobre el Castillo de Davalillo?» Si o no, así de fácil y a la vez complicado. Mucha gente se personaba desde primera hora. Se percibía en el ambiente que había ganas de conocer el deseo de un pueblo, que se ha debatido en los últimos tres meses entre una gran carga sentimental.
La disposición de la sala donde se desarrolló la jornada se presentaba con una mesa nada más acceder a la estancia. Sobre ella, las papeletas y los sobres. Junto a ella, dos cabinas para proporcionar privacidad a la ciudadanía, que no todo el mundo llegó a utilizar. Al fondo de la sala, dos mesas, la primera destinada a las personas cuyos apellidos van de la A a la K, y la segunda de la L a la Z. Juanfran Blanco y Ana Santos, alcalde y concejal del municipio, junto a David Puras y Julio Negueruela, pertenecientes a la Plataforma por el castillo de Davalillo, componían las mesas en un primer momento. Posteriormente fueron intercambiando sus posiciones con otros miembros del ejecutivo local y de la propia Plataforma.
Muchos votos durante los primeros minutos, y algo de tensión, puesto que hubo gente que intentó llevarse papeletas a casa con el fin de facilitar a familiares su participación en el sondeo. Sin embargo, los ediles consideraron que no era la forma reglamentaria de actuar.
Entre las normas de participación también se encontraban las opciones de pedir un volante de empadronamiento en el Ayuntamiento, si en el domicilio del DNI figuraba otra localidad, o en el caso de que su documento nacional de identidad estuviera caducado, y recordando que solo podrían votar aquellas personas empadronadas en San Asensio hasta el 1 de marzo de 2019. Esta circunstancia también fue objeto de polémica, ya que una persona no pudo entregar su papeleta al haberse empadronado fuera del plazo estipulado.
A las 16.00 horas eran ya 600 votos los que se contabilizaban. De aquí en adelante mucha tranquilidad. A las 20.00 horas se cerraba la puerta del Sindicato con una participación final de 711 personas, y comenzaba un recuento para la historia. Consistorio, Plataforma y los representantes de CVNE, que estuvieron presentes toda la jornada, vigilaron el escrutinio.
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