El aeropuerto cierra su segundo peor año, con un 72% menos de pasajeros que antes de la pandemia

A grandes trazos, el uso del transporte aéreo continúa muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis sanitaria desatada por el COVID a partir de marzo de 2020. La pandemia obligó a suspender todos los vuelos como parte de las medidas que se adoptaron para contener el virus y la infraestructura no volvió a estar operativa hasta el 7 de septiembre de 2021 cuando se reanudaron los vuelos que conectan Logroño y Madrid.

En esos últimos meses del año pasado, por la terminal del aeropuerto riojano transitaron 5.440 personas, lo que supone un incremento del 22,6% respecto al 2020, cuando se contabilizaron 4.389. Aún así, la instalación continúa muy lejos de la marcha antes de la pandemia. Con respecto a 2019 se deja el 72% de pasajeros. Ese año se registraron 19.448.

En cuanto al número de operaciones, aunque en menor medida, estas también experimentaron caídas con respecto a 2019, aunque en este caso el retroceso fue del 6,8% o lo que es lo mismo, 90 menos que las 1.420 del año prepandemia. Sin embargo, son un 45,5% más que las 912 de 2020.

Por meses, en términos comparativos con 2019, septiembre de 2021 fue el de mayor descenso, el 71,5% menos. En octubre transitaron un 62,5% menos de pasajeros y en noviembre, pese a que el aeródromo estuvo semana y media paralizado por un problema relacionado con la iluminación de la pista de despegue y aterrizaje, se minimizó la caída (-19,5%). El mes de diciembre no rompió la tendencia de descenso y cerró con un 21,8% de pasajeros menos.

Con todo, el aeródromo de Agoncillo sigue siendo una infraestructura infrautilizada desde que operó por primera vez en 2003. En la actualidad solo oferta cuatro servicios semanales con Madrid y, ocasionalmente, algún charter turístico. Con el fin de buscar otras salidas y usos a las instalaciones, la Dirección General de Infraestructuras elaboró el año pasado un estudio que ofrece un planteamiento de inversiones de hasta 3,36 millones de euros con varias líneas de negocio para que la sociedad y las empresas riojanas puedan sacar partido a esta infraestructura.

La propuesta recoge un bloque inicial con cuatro líneas de negocio prioritarias: un centro de carga, una escuela de pilotos, potenciar el tráfico internacional, relacionándolo sobre todo con el enoturismo, y crear un centro de innovación aeronáutica. En una segunda fase se fomentaría la creación de un parque empresarial, junto un plan para potenciar la aviación general o privada.