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Comenzó con un dolor de espalda, nada fuera de lo normal, al menos al principio. El sargento primero del GAR José Luis Regalado, de 47 años, tenía síntomas comunes, nada que le hiciera sospechar lo que meses después de aquel primer dolor le diagnosticaron: un cáncer raro de nombre demasiado complicado y además con metástasis. La noticia le cayó como un jarro de agua fría. También a sus compañeros del cuerpo, que todavía tienen muy presente la reciente pérdida de su teniente coronel, Jesús Gayoso, víctima del coronavirus.
Tras sesiones de quimio y radio debía iniciar un tratamiento demasiado caro que la Seguridad Social no cubre. En una clínica privada estaba su solución. Pero el problema era entonces dónde sacar los entre 2.500 y 3.000 euros al mes que cuesta la terapia que le puede salvar la vida.
No tuvo que esperar mucho para ver algo de luz y encontrar esperanza. Primero vendió su moto, de gran cilindrada, por internet. Una operación que alivió un poco sus bolsillos. En lo siguiente se volcaron todos sus compañeros. Iniciaron una colecta, también a través de internet, para abrir la posibilidad a que todo el mundo aportase su granito de arena para pagar el tratamiento para el cáncer que sufre.
A esta le siguieron diferentes iniciativas. Se venden pulseras, camisetas y también unas láminas que representan un abrazo solidario entre dos miembros del Instituto Armado. El precio son 15 euros y se pueden solicitar a través del correo OPCUARsolidaria@gmail.com especificando si se recoge en la unidad o se envía a la dirección que se especifique. Las redes sociales también se han volcado con él y la Asociación Nacional de la Guardia Civil se hace eco de la cuenta abierta para lograr el dinero que hace falta para cubrir el costoso tratamiento.
El sargento Regalado, que se dedica al uso táctico de los sistemas de drones y antidrones, ingresó en el Grupo de Acción Rápida (GAR), un cuerpo de élite de la Guardia Civil con sede en Logroño, en 1996. Desde entonces ha intervenido en misiones internacionales para hacer frente al terrorismo. Ahora, su lucha es otra: el cáncer.
Quienes le conocen solo tienen buenas palabras para el sargento primero Regalado, «una persona muy querida y muy buen compañero, no solo como mando, también con sus jefes».
José Luis, casado y con tres hijos menores, ya ha comenzado su tratamiento de quimio y radio pero lleva una vida totalmente normal. Así quiere que sea para que sus pequeños le vean como siempre, un hombre activo y positivo y para que cuando todo esto pase solo él lo recuerde como un mal sueño.
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