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la rioja
Miércoles, 20 de noviembre 2019, 11:15
Las cuevas de Los Cien Pilares, en Arnedo; y del Ajedrezado, en Santa Eulalia Somera, incluidas en el Itinerario Cultural del Consejo de Europa Caminos de Arte Rupestre Prehistórico, duplicarán su superficie de visita en junio de 2020, fecha a la que podrían unirse a esta ruta el yacimiento de Contebria Leucade y el farallón de Inestrillas.
El presidente general de la Asociación de Desarrollo Rural (ADR) de La Rioja Suroriental, Arturo Colina, en una entrevista con Efe, ha añadido que el acondicionamiento de esas dos cuevas, ambas datadas en la Edad Media y visitables desde hace dos años, permitirá un mayor desarrollo rural de Arnedo y de Santa Eulalia Somera.
A ello contribuyó la inclusión, en 2017, de ambas cuevas en el Itinerario Cultural del Consejo de Europa Caminos de Arte Rupestre Prehistórico, con la que se posicionaron dentro del mapa de interés turístico europeo.
Por ello, la ADR de La Rioja Suroriental pretende continuar su labor de dinamización del entorno rural con la inclusión del yacimiento de Contrebia Leucade, en Aguilar del Río Alhama; y del farallón de Inestrrillas en este Itinerario Cultural Europeo, cuyo trámite ya ha comenzado, con la previsión de que se haga efectivo a partir de junio de 2020.
Ha explicado que la apertura inicial al público de los Cien Pilares, que tiene su origen en l Edad Media; y del Ajedrezado fue posible gracias a su integración dentro de esta red europea, con la que, desde el ADR, se han podido gestionar fondos de financiación europeos, regionales y nacionales, destinados a la mejora de los accesos, restauración e iluminación.
«Antes, Arnedo vivía de espaldas a las cuevas de los Cien Pilares y obviaba un lugar de interés cultural, que, actualmente, recibe unos 10.000 visitantes anuales», ha recalcado Colina.
Los visitantes también pueden acudir al Centro de Interpretación de los Cien Pilares, en el que se ha recreado una cueva-vivienda y otras dependencias, como una bodega, un corral, una cuadra y un almacén de aperos de labranza.
Hasta ahora, se pueden visitar unos 250 metros cuadrados distribuidos en tramos de esta cueva, en la que se refugiaban los habitantes del valle en época de inseguidad; además de que se estima que, en el periodo altomedieval, pudo albergar el Monasterio de San Miguel.
En el caso de las cuevas del Ajedrezado, ha precisado que son parte de Santa Eulalia Somera, una pedanía de Arnedillo con tan solo 300 habitantes, que, desde la apertura de este emplazamiento al público, ha visto incrementado su número de visitas al compartir interés turístico con las termas del municipio del que depende.
En su interior, destacan los nichos excavados desde el suelo hasta el techo, que forman un ajedrezado, lo que da nombre a estas dos cuevas- eremitorio, comunicadas por un pasillo y que componen un conjunto rupestre altomedieval, de los que ahora pueden visitarse unos 30 metros cuadrados.
Colina ha insistido en la importancia de incluir este tipo de emplazamientos ubicados en poblaciones pequeñas, puesto que los mayores objetivos de la asociación son combatir la despoblación que sufren muchos municipios rurales de La Rioja, mejorar su calidad de vida y la de sus tejidos empresariales, sociales y agroalimentarios.
«La integración de estas dos cuevas en este Itinerario Cultural se ha traducido en un fomento del desarrollo rural y la dinamización de los municipios a los que pertenecen, no solo por el turismo que atraen, sino también por los puestos de trabajo que se crean», ha añadido Colina.
Como ejemplos, ha citado el personal implicado en la restauración y acondicionamiento de las cuevas, los guías de las exposiciones, las recepciones de las oficinas de turismo y de las tiendas de recuerdos que generan y la construcción de aparcamientos destinados a los turismos y autobuses de los visitantes.
«Los turistas conocen, así, estos municipios, además de las cuevas, y aprovechan para comer y visitar la zona», ha agregado.
Respecto a Contrebia Leucade y el farallón de Inestrillas, ha dicho que son «bastantes desconocido si se tiene en cuenta su amplio valor cultural y arqueológico, pero tienen un gran potencial aún por explotar».
Los restos más antiguos encontrados en Contrebia Leucade se remontan a la Edad del Bronce, se configuró como ciudad en los años anteriores a la conquista romana y adquirió su mayor protagonismo durante su desarrollo, hasta su despoblamiento a finales del siglo IX o inicios del X después de Cristo.
El farallón de Inestrillas es un cortado rocoso en vertical, que presenta varias oquedades a distintas alturas y cavidades modeladas de cierto valor histórico y cultural, y al que se adosó la construcción de palacio, que aprovecha su estructura y que «posiblemente sea más conocido que los lagares internos que se pretende habilitar», ha resaltado Colina.
«Al sumar estos dos yacimientos al Itinerario, La Rioja podrá marcar a nivel europeo una parte de todo el potencial rupestre que presenta, que es digno de ser mostrado y reconocido, aunque no tenga tantos como otras comunidades», ha concluido.
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