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Otro ejercicio de trabajo a destajo. Cruz Roja en La Rioja realizó a lo largo del pasado año 212.260 intervenciones, 40.000 más que en 2021 (160.254), que sirvieron para ayudar a 31.634 personas (36.691 en la anterior memoria), lo que ... representa casi el 10% de la población riojana y una media diaria de un centenar de personas atendidas. El nuevo presidente autonómico de la entidad, José Ignacio Rodríguez Maimón, ha presentado esta mañana la memoria anual, para dar cuenta «con transparencia a toda la sociedad riojana y a las personas y empresas que nos ayudan».
Durante su comparecencia ha estado acompañado por su antecesor, Fernando Reinares, y el coordinador autonómico, Jaime Caballero, quien ha desgranado las grandes cifras de la institución en las que destacan los incrementos en las cifras de atenciones al colectivo de jóvenes, por el desarrollo de proyectos en los centros educativos sobre educación para la salud o prevención de conductas violentas o violencia de género, entre otros; pero también mayores y personas en extrema vulnerabilidad. Así,
Por colectivos atendidos, el número de beneficiarios fue de 5.238 mayores y personas cuidadoras, 6.247 en situación de extrema vulnerabilidad, 1.029 niños, 11.110 jóvenes, 1.864 inmigrantes, 1.566 solicitantes de asilo y refugio, 130 mujeres en dificultad social, 1.345 personas desempleadas y en precariedad laboral, 411 personas con discapacidad y 4.504 beneficiarios incluidos en el grupo de población en general, ha desgranado Caballero, quien ha advertido de que la suma total de atendidos es de 31.634 personas diferentes, algunas en varios programas e incluidos en diferentes colectivos, por ejemplo puede ser una mujer e inmigrante.
Por áreas de atención el número de beneficiarios mayor fue en inclusión social, con 15.816 personas; seguido de educación, con 11.899; salud, 6.442; socorros, 2.064; empleo, 1.741; y medio ambiente, con 61. En cuanto al área de inclusión social, la que volvió a registrar el mayor número de usuarios, 15.816, se mantuvo especialmente alta la cifra de personas en situación de extrema vulnerabilidad, con 6.274 beneficiarios (6.762 en 2021), un programa en el que realizaron 4.475 entregas de bienes y económicas, entre otras 2.200 de alimentos, 753 de productos sanitarios, 397 de productos de higiene, 603 de dinero para la atención de primera necesidad y 290 de otras entregas económicas para transporte, ocio infantil, etc..., ha desgranado el coordinador autonómico de Cruz Roja.
La entidad, a través del área de conocimiento de Empleo, atendió el pasado año a 1.741 personas en La Rioja, de las que el 66% eran mujeres. Un total de 435 se formaron en una ocupación y 290 usuarios encontraron trabajo. Además, dentro del Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social, que persigue mejorar las posibilidades de inserción laboral de las personas que se encuentran en situación o riesgo de exclusión social, se intervino con 281 personas y en el Programa Operativo de Empleo Juvenil hubo 86 atendidos. Cruz Roja La Rioja contó en este ámbito con la colaboración de 218 empresas, con las que se han establecido cerca de 400 alianzas con el fin de apoyar la empleabilidad de las personas y su acceso a una oportunidad laboral.
Caballero también ha admitido el impacto que ha supuesto la crisis por la guerra de Ucrania. La entidad ha acogido a 321 personas procedentes de ese país, de las cuales 82 necesitaron alojamiento. Actualmente, Cruz Roja sigue atendiendo a 66 personas refugiadas ucranianas en La Rioja. «Aunque esas cifras no han supuesto un gran incremento en el número de usuarios del área de extranjeros -1.864 inmigrantes (2.067 en 2021) y 1.566 solicitantes de asilo y refugio (935 un año atrás)-, sí que ha supuesto un aumento importante en la partida destinada a inmigración y refugio, ha destacado Caballero, que ha resaltado que ha pasado de 700.000 euros en 2021 a los 1.125.405,79 del pasado año, que se cerró con una inversión total de 5,35 millones de euros en la comunidad.
En la memoria figuran, además, otras líneas de intervención, entre las que destacan las 33 mujeres en dificultad social atendidas desde el área de Inclusión Social o los 906 niños y adolescentes asistidos desde el área de Inclusión Social
La labor de la entidad se completa con las cifras de sus centros de operaciones, las salas fijas y móviles que integran las comunicaciones de la institución y que dan soporte ininterrumpido a multitud de actividades y servicios de Cruz Roja. Así, en teleasistencia se atendieron 43.108 alarmas y pulsaciones del botón rojo, que obligaron a mover 3.363 recursos y más de 60.000 alarmas técnicas, además de 55.488 llamadas realizadas para conocer el estado de los usuarios y usuarias. Desde el teléfono de emergencias 112 se derivaron a Cruz Roja 2.205 intervenciones relacionadas con violencia de género y suicidios, entre otros motivos. También hubo 668 relacionadas con las derivaciones a la Oficina de Asistencia a la Víctima del Delito y otras 708 derivadas al Teléfono de Esperanza.
Y todo ello fue posible gracias al músculo solidario del que se enorgullece Cruz Roja en La Rioja, que cuenta con 12.135 socios (personas físicas y empresas) y con 4.175 voluntarios además de 443 asimilados (colaboradores), que el año pasado completaron 35.375 horas de voluntariado. «Somos una de las pocas organizaciones del tercer sector en La Rioja que incrementan su voluntariado», ha destacado Fernando Reinares, presidente de la entidad hasta el pasado 3 de mayo,
«Quiero mostrar mi agradecimiento a mis voluntarios, mis compañeros, a todos ellos porque han aumentado su participación con todas esas crisis que hemos tenido; a los socios, cómo no; y a los trabajadores de esta casa, porque sin ellos no sería nada», ha asegurado un emocionado Reinares que no ha olvidado un agradecimiento especial a la Prensa por «vuestro afecto, cariño y una profesionalidad increíble».
Y con un reto inmediato que nace bajo el lema de 'Ser mejores', el nuevo responsable de Cruz Roja en La Rioja, José Ignacio Rodríguez-Maimón ha aseverado que «no vamos a renunciar a nuestros principios y seguiremos trabajando con los colectivos más vulnerables«, ha señalado, para fijar como tareas las áreas de socorros, inclusión social, empleo, salud, medioambiente y educación para los colectivos más vulnerables y, sobre todo, para los dos extremos: jóvenes y mayores y la soledad no deseada. «Vamos a fortalecer nuestras capacidades para dar la mejor respuesta a la sociedad y a los más vulnerables», ha concluido.
A sus 26 años, Yanquiel Fariñas afronta, junto a sus padres y hermana, con optimismo un futuro en La Rioja, donde se confiesa encantado porque «la gente es muy acogedora». Pero las cosas no pintaban igual de bien solo unos meses atrás, cuando este joven cubano llegó a España con la solicitud de nacionalidad, como hijo de una nacionalizada gracias a las raíces gallegas del abuelo materno. «Mi madre presentó la solicitud de nacionalidad cuando yo tenía 16 años y el año pasado nos decidimos venir a España, en concreto aquí a La Rioja porque un amigo nos había hablado muy bien de esta tierra. Llegué en abril con el pasaporte, sin más, pero tuve que esperar a regularizar mi situación y por eso acudí a la Cruz Roja de Cenicero, donde resido, y de ahí me enviaron a la sede de Logroño», resume.
«Me propusieron apuntarme a un curso y, además, me dieron una ayuda económica para poder vivir. Hice el curso de atención al cliente y técnicas de venta y gracias a eso entré en el Carrefour del centro Comercial Berceo con tres semanas de prácticas, que me sirvieron para tener mi primer contrato de tres meses. Se me terminó, pero en abril de este año me volvieron a llamar y me han hecho otro de cinco meses, hasta septiembre», detalla para mostrar su agradecimiento a Cruz Roja en La Rioja por su «ayuda y su apoyo, porque estoy seguro de que si no lo habría pasado muy mal».
Está contento con su trabajo, pero su deseo es poder dedicarse a su profesión como médico de familia, un anhelo que choca con el muro burocrático de esperar la homologación de su título cubano en España. «Me gustaría poder trabajar aquí en La Rioja como médico o al menos con algo relacionado con salud, porque yo me hice en Cuba médico de familia porque pensaba que era así como más podía ayudar a la gente», aclara.
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