Programas de detección precoz del cáncer
El cribado, la diana que salva vidasSecciones
Servicios
Destacamos
Programas de detección precoz del cáncer
El cribado, la diana que salva vidasEs un drama que acompaña al ser humano desde el principio de los tiempos. La genética, los hábitos y el modo de vida actual se encargan de sembrar de temor y luto cada año miles de hogares en forma de un diagnóstico encabezado por el fatídico vocablo cáncer junto a un apellido tan inquietante o más.
Noticias relacionadas
Roberto G. Lastra
Roberto G. Lastra
Pero hay esperanza. A caballo de los avances en la investigación y de los recientes descubrimientos en terapias y arsenal farmacológico, la batalla frente a las principales enfermedades oncológicas invita al optimismo gracias, entre otros, a los programas de detección precoz, que permiten descubrir el mal es su estadio inicial y cortar de raíz su fatal desarrollo.
Los cribados funcionan y cada año afinan aún más su puntería en esa diana de vida. Así lo vuelven a acreditar los datos de los tres programas de detección precoz –mama, colon y cérvix– incluidos en el Sistema Público de Salud.
Las estadísticas de La Rioja del pasado año son elocuentes. Con 39.439 pacientes sometidos a un cribado, la cifra de diagnósticos de procesos oncológicos ascendió a 73 –52 cánceres de mama, 20 de colon y uno de cérvix–. Además, los protocolos preventivos permitieron iniciar el abordaje temprano en otras 378 lesiones preneoplásicas –225 adenomas en colon y 153 lesiones en cérvix–.
Por ello, desde Salud se insiste en la importancia de elevar las tasas de participación en los programas como la forma más eficiente de «anticiparse al desarrollo de un tumor, cuando aún no presenta síntoma alguno, y de ganarle años de vida al cáncer».
La misma tesis defienden los especialistas. «Es cierto que el cribado nos permite detectar cánceres en un estadio precoz y eso ayuda al tratamiento. Eso ha ido provocando a lo largo de los años una disminución de la mortalidad, no tan rápidamente como nos gustaría, pero es cierto también que han mejorado considerablemente los tratamientos», señala Mercedes Sainz, jefa de la Unidad de Mama del San Pedro.
El cribado de cáncer de mama es el más veterano de los tres. Se implantó en La Rioja en 1993 para revisar a todas las mujeres de entre 45 y 69 años. La invitación es personal, se envía una carta a la paciente entre 10 y 15 días antes de la cita, con el lugar, el día y la hora de la prueba mamográfica, que se realiza en la Unidad Móvil o en la propia sede del servicio.
La mamografía es examinada por el radiólogo. Si el resultado es normal, la paciente recibe otra carta recordándole que la próxima cita será dos años después. En caso contrario, recibirá una llamada telefónica para hacer nuevas pruebas.
«De todas las mujeres que acuden al cribado se cita luego a entre el 5 y el 7%, pero eso no quiere decir que tengan un cáncer. El miedo es libre y muchas veces vienen angustiadas, pero esa llamada no quiere decir nada, solo que tenemos que descartar con seguridad que haya algo», señala la jefa de la Unidad de Mama, que advierte, además, de que «si al final se detecta, es de forma precoz y eso facilita el tratamiento».
El protocolo funciona. «Gracias al cribado detectamos aproximadamente un 30% del total de cánceres que diagnosticamos cada año, entre 220 y 260, de los que entre 60 y 80 se descubren con este programa», detalla Mercedes Sainz, que resalta, a su vez, que l a tasa de participación es muy elevada, cercana al 90%. En concreto, el pasado año, de las 18.991 mujeres citadas acudieron 16.552 (87%, muy por encima el objetivo, situado en el 80%).
«Es importante que la gente participe», insiste la especialista, quien aporta un dato esperanzador: «La mortalidad por cáncer de mama esta disminuyendo aproximadamente en un 1% anual». Por ello, el servicio trabaja a destajo, para limar el leve retraso, ahora ya solo de entre uno y tres meses, que se originó por la pandemia. «Aunque ya no es importante, no pasa nada por realizar el cribado un mes o dos después de lo que tocaba, estamos trabajando en mejoras para ponernos al día en las próximas fases y, para ello, estamos atendiendo a más de un centenar de mujeres cada día, unas 70 en la unidad móvil, y más de 30 en el hospital», concluye.
«Merece la pena hacerse el cribado», coincide tajante, Susana Revuelta, jefa del Servicio de Aparato Digestivo, al valorar el protocolo de detección de cáncer de colon, instaurado en la comunidad desde el año 2010, aunque actualizado en 2023 para hacerlo más ágil, accesible y sencillo para toda la población diana, hombres y mujeres desde 50 a 74 años.
Solo el año pasado se detectaron, gracias a los cribados, 20 tumores y 225 lesiones. «Esas cifras se refieren solo a los pacientes a los que se les hizo el test, porque nosotros hacemos muchas colonoscopias a pacientes que vienen por síntomas. De hecho, en 2022 se detectaron 221 cánceres de colon en varones y 120 en mujeres, lo que supone que rondamos los 350 tumores anuales en La Rioja», avisa la doctora Revuelta, quien, no obstante, insiste en que «el cribado es una herramienta imprescindible porque todos esos adenomas hallados son potenciales cánceres de colon en el futuro, pero que detectados a tiempo se pueden resecar y protocolizar su seguimiento».
El modelo es simple. El pacientes recibe un SMS y, si accede a participar, recibe un kit en su domicilio para recoger una muestra de heces que deberá depositar en una urna en su centro de salud. Si el resultado es negativo de sangre en heces se repetirá el test dos años después; si es positivo, el paciente será citado para una colonoscopia que se realiza en las dos o tres semanas siguientes. «A la gente le da miedo y, cuando da positivo, le da un vuelco el corazón, pero eso no quiere decir nada. El año pasado, por ejemplo, fueron casi 800 personas las que dieron positivo, pero solo 20 tenían cáncer y 225 tenían pólipos, en las otras 535 nada relevante», concreta la especialista.
La doctora Revuelta insiste en que «el diagnóstico temprano sigue siendo la mejor herramienta, junto al avance en los tratamientos, para mejorar unas cifras terribles: «El cáncer de colon es el de mayor incidencia sumando ambos sexos y cada año fallecen en España 15.000 personas».
Por ello es clave mejorar la tasa de participantes, el año pasado del 65%, 17.872 de las 27.582 personas invitadas.
«El cribado de cáncer de cérvix consiste en una detección precoz de lesiones que podemos ver antes de que se desarrollen patologías graves o, si la enfermedad ya está ahí, poder abordarla antes con la mejora pronóstica que supone. Es fundamental», señala también María Marqués, ginecóloga en el Hospital San Pedro.
En fase de pruebas piloto desde 2022, el pasado año se extendió a toda la región para atender a todas las mujeres de entre 25 y 65 años. Tras recibir en su móvil un SMS invitándole a participar en el cribado, la paciente solicita cita en el centro de salud con su matrona, quien recoge una muestra que se remite a laboratorio para su estudio. Una vez allí se procede a su preparación para una citología (en el caso de las pacientes de entre 25 y 34 años) o para prueba del VPH, virus del papiloma humano (mujeres de entre 35 y 65 años). La mujer recibe un SMS cuando el resultado de la prueba es normal y una llamada de la matrona si se detectan anomalías.
«Si esos resultados son normales la paciente vuelve a otra ronda de cribado con la periodicidad que le corresponda, según el periodo óptimo de seguridad –cada tres años para las pacientes de entre 35 y 34 años y a las de entre 35 y 65 años se les hace una detección de virus cada cinco años– y si los resultados detectan algo son remitidas al nuestro servicio, a Obstetricia y Ginecología», concreta la doctora Marqués, quien insiste en que «junto a la vacunación, el diagnóstico precoz es la mejor herramienta para afrontar esta enfermedad».
El programa está en sus inicios y, de momento, el porcentaje de participación es solo del 22%. Con 22.689 SMS de invitación, las pacientes revisadas son 5.015. «La mortalidad de esta enfermedad no es muy alta, pero siempre que lo detectemos precozmente», advierte la ginecóloga, quien incide en que «por eso es tan importante la prevención, ya que incluso se habla de la posible erradicación futura de la enfermedad».
Las autoridades comunitarias lo tienen claro y su apuesta por los cribados es firme. De hecho, han instado a los Estados miembros a valorar la implantación de pruebas de detección precoz para tumores de pulmón, próstata y el gástrico.
El primero es una prioridad. El anterior Ejecutivo regional, a través de la Consejería de Salud que entonces dirigía María Somalo, anunció en febrero del pasado año la participación del San Pedro en una prueba piloto nacional. Más de un año después, no hay nada, de momento, según señala el departamento que ahora lidera María Martín.
El proyecto está en marcha. Bautizado como Cassandra (Cancer Screening, Smoking Cessation and Respiratory Assessment) cuenta con la participación de 12 hospitales y la previsión de que en los próximos meses se adhieran otros 40.
Impulsado por años de empeño de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), nace con la colaboración de la Asociación Española contra el Cáncer, las organizaciones de pacientes y el resto de sociedades científicas inmersas en la lucha contra este tumor responsable del 20% de todas las muertes por cáncer en España, con casi 23.000 decesos anuales.
En agosto del pasado año un informe encargado por Sanidad concluía que el programa de cribado en cáncer de pulmón con tomografía computarizada de baja dosis de radiación «no es una opción rentable para el Sistema Nacional de Salud». Cassandra quiere demostrar lo contrario. Pero habrá que esperar a sus resultados, a finales de 2028.
Cribado de mama
Es el más antiguo de los programas de detección precoz. Los cribados de cáncer de mama comenzaron en La Rioja en 1993. Dirigidos a toda la población femenina de entre 45 y 69 años, su tasa de participación ronda el 90%. «Gracias al cribado detectamos aproximadamente un 30% del total de cánceres de mama que diagnosticamos cada año, entre 220 y 260, de los que entre 60 y 80 se descubren con este programa», resalta Mercedes Sainz, responsable de la Unidad de Mama, que, tras recalcar la importancia de las revisiones porque «el diagnóstico precoz facilita el tratamiento», detalla que «la mortalidad por este cáncer está disminuyendo un 1% anual».
Cribado de colon
Con todas las mujeres y hombres de La Rioja de entre 50 y 74 años en la diana, el programa de detección precoz de cáncer de colon se puso en marcha en 2010 en la región. Más ágil y sencillo desde el pasado año, su tasa de participación se ha elevado ya hasta el 65% de los citados por Salud. «El cribado es una herramienta imprescindible porque, además de los tumores diagnosticados, todos esos adenomas detectados son potenciales cánceres de colon en el futuro y si los detectas a tiempo se pueden resecar y protocolizar un seguimiento», defiende Susana Revuelta, jefa del Servicio de Digestivo, quien recuerda que «si sumamos ambos sexos, es el cáncer de mayor incidencia».
Cribado de Cérvix
El programa de detección precoz del cáncer de cérvix es el más joven. Implementado en toda la comunidad desde el pasado año, su participación, de momento, ronda el 22% del colectivo citado, mujeres de entre 25 y 65 años, una tasa que el servicio de Obstetricia y Ginecología confía en que despegue. «El cribado consiste en una detección precoz de lesiones que podemos ver antes de que se desarrolle una enfermedad grave o, si esta ya está ahí, poder abordarla antes con la mejora pronóstica que supone», recalca la ginecóloga María Marqués, quien añade que gracias al diagnostico precoz y la vacunación podría erradicarse esta enfermedad en un futuro próximo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.