![«Creo que en la UR no sobra ningún grado, aunque tal vez haya que reorientar alguno»](https://s3.ppllstatics.com/larioja/www/multimedia/202110/16/media/cortadas/rector1-k4QE-U1508558195943KF-1248x770@La%20Rioja.jpg)
![«Creo que en la UR no sobra ningún grado, aunque tal vez haya que reorientar alguno»](https://s3.ppllstatics.com/larioja/www/multimedia/202110/16/media/cortadas/rector1-k4QE-U1508558195943KF-1248x770@La%20Rioja.jpg)
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Juan Carlos Ayala (Hormilleja, 1961), catedrático de Economía Financiera y Contabilidad, lleva once meses al frente de la Universidad de La Rioja. Asumió el cargo en un periodo complicado, marcado por la pandemia, y ahora por fin tiene ante así un curso casi como los ... de antes; solo las mascarillas y los botes de gel hidroalcohólico recuerdan en el campus que el enemigo todavía no se ha ido del todo.
- ¿Diría que este ya es un curso 'normal'?
- Sí. Nosotros desde el principio lo hemos enfocado así. Queríamos la presencialidad total y ya no habrá más clases 'on line' que aquellas que lo son por su propio programa educativo, como el Máster en Musicología. Tanto desde el punto de vista del alumno como desde el punto de vista del profesor, la normalidad es total.
- ¿Qué ha aprendido la Universidad de la pandemia?
- La Universidad ha aprendido sobre digitalización, y también que los mecanismos de toma de decisiones deben ser muy ágiles. Cuanto más rígidos sean, más complicado será dar una respuesta correcta y rápida. Y hemos aprendido que tenemos una capacidad de adaptación y de reorganización que desconocíamos: hemos sido capaces de pasar de un sistema presencial a otro 'on line' y semipresencial. Esas son fortalezas que estaban ahí y han aflorado durante la pandemia. Voy a romper, además, una lanza por el teletrabajo. El teletrabajo puede ser un elemento importante para el día a día. No necesariamente tenemos que estar todos y a todas horas en la Universidad para ser igual de eficientes.
- ¿Ha alcanzado la Universidad de La Rioja su techo?
- Decir que hemos alcanzado el techo sería un error. Lo que sí creo es que quienes componemos la UR debemos reflexionar sobre si los grados que tenemos responden a las necesidades de nuestro entorno. Puede ocurrir que haya algunos grados que tengamos que reorientar o que todos estén ya perfectamente orientados. En cuanto al número de alumnos... Creo que nuestro tamaño actual es óptimo porque permite la cercanía entre profesores y alumnos, permite que todos los que quieran hacer prácticas puedan hacerlas, que los estudiantes puedan hacer estancias de al menos tres meses en el extranjero... El crecimiento, en todo caso, debe ser sostenible. Cualquier decisión debe ser meditada y vista desde todos los ángulos.
- ¿Hay grados que podrían correr peligro por su poca demanda social?
- El grado debe adecuarse a las demandas de la sociedad, pero es que hay muchas demandas, no solo las empresariales o las institucionales. Creo que no sobra ningún grado. Quizá sería interesante desarrollar alguno más, aunque la integración de Enfermería abre una brecha de oro en una vía, la relacionada con las Ciencias de Salud, que no teníamos hasta ahora.
- Hablando de Enfermería. ¿No hubo manera de encontrar un acomodo para profesores, como el director, que llevaban décadas de docencia e investigación?
- La Universidad de La Rioja tiene unas normas. Y esas normas rigen la contratación de cualquier profesor. Si hacemos excepciones, al final todo podría justificarse. La UR intentó que estas personas concursasen, pero al final fueron ellas las que decidieron no optar a estas plazas.
- Pero, desde el punto de vista del alumno, ¿no resulta frustrante que docentes con mucho bagaje sean relevados por profesores con contrato de sustitución?
- Lo del 'contrato de sustitución' es un nombre. Admito que es un mal nombre porque da la impresión de que se está sustituyendo a alguien y no es así. De hecho, hemos podido contratar a una persona con un tremendo bagaje de docencia e investigación.
- Enfermería es uno de los grados más demandados. ¿Se ampliará la oferta?
- Hay demanda, eso es cierto. La realidad es que no hay enfermeras ni en La Rioja ni en el resto de España ni incluso en Europa. Pero hay que estudiarlo y hacerlo con arreglo a los datos. No se pueden tomar decisiones a la ligera. Y, si realmente se puede, habrá que financiarlo adecuadamente.
- La UR ya tiene algunos posgrados que se imparten 'on line' o semipresenciales. ¿Hay posibilidad de crecimiento en este campo?
- Este es un camino por el que se puede crecer y hay que explorarlo. La Universidad de La Rioja debe decidir qué es lo que quiere. Nuestra vocación es seguir siendo presenciales, pero eso no está reñido con el hecho de que podamos impartir determinada formación de forma semipresencial o totalmente 'on line'. La UR tiene vocación de brindar formación permanente y hay colectivos que no se pueden acercar a la Universidad por cuestiones de tiempo o por horarios... Hay demandas que solo se pueden atender de esta manera y la UR no puede renunciar a eso. Eso no significa que, para nosotros, el modelo presencial es el que proporciona una formación integral del alumnado que no tiene nada que ver con la que se obtiene 'on line'.
- ¿Cuál debe ser la relación de la Universidad de La Rioja con la UNIR?
- Yo he llegado aquí para sumar y no para dividir. Son dos proyectos completamente distintos y dos maneras de ver la enseñanza. Nosotros somos una institución pública y la UNIR es un negocio. Hay un conflicto por la marca que hace que a veces se nos confunda; ese conflicto está ahí y debemos llegar a una solución, pero eso no quita para que pueda haber puntos de sinergia. Intentemos solucionar el problema con la marca para no perder vías de colaboración que pueden ser interesantes. Esa es mi opinión, aunque yo no haré nunca nada en contra del claustro universitario y hay un claustro que decidió romper totalmente las relaciones con la UNIR.
- ¿Cómo de satisfecha está la UR con la aportación del Gobierno de La Rioja?
- Siempre vamos a estar insatisfechos, como le sucederá a cualquiera que deba financiarse con los fondos públicos. En la Universidad hay muchas necesidades que cubrir, pero yo lo que intento siempre, cuando voy a pedir dinero al Gobierno de La Rioja, es presentar uno o varios proyectos. Intento convencerles de que ese proyecto concreto ayudará a mejorar la Universidad. Por ejemplo: el proyecto de orientar para decidir y mejorar la empleabilidad de los egresados; o la necesidad de renovar los laboratorios... Discutimos mucho, eso se lo garantizo.
- Desde fuera se ve a la Universidad como un entorno cerrado, endogámico, con rencillas internas... ¿Cuánto hay de verdad y cuánto hay de mito en esa imagen?
- La Universidad está formada por personas, que a veces están más contentas, otras menos... Eso pasa en todas las organizaciones. Pero me gustaría centrarme en ese mito de que la Universidad no esté cercana a las empresas y a la sociedad. Yo no lo percibo así. Desde luego este es uno de mis objetivos. Me paso el día recorriendo instituciones y empresas y abriendo las puertas de la Universidad para que esto no sea así. Y hay muchos investigadores que trabajan con las empresas. La UR está muy cerca de la sociedad e intentamos atender sus preocupaciones. ¿Que hay un margen de mejora? Sí y lo vamos a intentar, pero estoy satisfecho.
- ¿Y lo de la endogamia?
- Es algo que se dice mucho, pero yo siempre pongo el mismo ejemplo: después de haber formado durante años a una persona realmente buena, ¿vamos a dejar que se vaya a la competencia? Nuestra idea es quedárnosla.
- El ministro Castells dijo que habría que eliminar muchos «falsos profesores asociados». ¿En la UR también los hay?
- Una de las cosas que ha hecho mi equipo de dirección es intentar eliminar todos los falsos asociados. Los profesores asociados son personas que trabajan fuera de la Universidad, pero que son contratados para dar algunas clases (no muchas) porque se entiende que aportan conocimientos al alumno. El problema es que a veces se ha usado esa figura para contratar personas a tiempo completo. En la UR quedan muy pocos de estos y el Consejo de Gobierno ha aprobado recientemente que los asociados lo sean realmente.
- El proyecto de Ley de Universidades ha recibido mucha contestación. Por ejemplo, en los requisitos para ser rector.
- Aquí voy a dar mi opinión no como rector, sino como Juan Carlos Ayala. En ese parrafito había una cosa que me parecía muy buena: exigía que para ser rector se hubiera pasado un mínimo de años en puestos de gestión. Me parecía interesante porque el profesor universitario se dedica a dar docencia y a investigar. Muchas veces no ha tocado la gestión y son cosas totalmente distintas. ¿Puedes encontrar a un rector muy bueno sin que haya pasado antes por puestos de gestión? Por supuesto que sí, pero el choque es muy grande.
- ¿España necesita una Ley de Universidades?
- Creo que sí. La sociedad ha evolucionado y una norma de hace 30 años ya no responde a la sociedad actual. Pero en España hay muchos tipos de universidades y no se puede hacer una ley que parece más un reglamento. Hay que enfocarse en los grandes consensos y a partir de ahí que cada una, de acuerdo con su realidad, busque el mejor camino.
- ¿Copiar en los exámenes va a seguir siendo sancionable?
- Hablas con un profesor. Yo creo que las reglas del juego tienen que estar claras. No es lícito que alguien se salte las reglas y encima le felicitemos. No sé el grado de la sanción, pero el que juega limpio debe obtener recompensa.
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