Intervención quirúrgica en la sala híbrida del Hospital San Pedro, en abril del año pasado. E. B.

El covid, el envejecimiento y la nuevas técnicas de cirugía lastran los quirófanos

La demora media para operarse en el Seris está en 64 días, la mitad que hace un año, pero 20 días más que en la prepandemia

Martes, 23 de julio 2024, 07:10

Hoy mejor que ayer, pero peor que mañana. Esa es la esperanza tanto de los gestores del Servicio Riojano de Salud (Seris) como de los profesionales y, desde luego, de los pacientes ante el reto de las listas de espera y la demora quirúrgica.

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La ... carga de los quirófanos es cada vez más pesada y los recursos humanos y materiales no son infinitos. Al impacto de la pandemia se suman variables estructurales que no van a mejorar: el déficit de especialistas, sobre todo en Anestesiología; el permanente aumento de la esperanza de vida y la cronificación de patologías, las nuevas técnicas menos invasivas que permiten intervenir a pacientes excluidos del bisturí en el pasado...

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El plan de choque –operaciones vespertinas y de fin de semana y la recuperación de conciertos con la sanidad privada– ha mejorado unos indicadores que saltaron en pedazos con el SARS-CoV-2: la espera media para una cirugía está en 64 días, la mitad que los 120 de hace un año, pero 20 por debajo de los registros prepandemia. Tras más de 30.500 intervenciones quirúrgicas en los últimos 10 meses, las listas de espera también han mermado, de los 9.366 pacientes que esperaban a las puertas del quirófano en agosto de 2023 a los 6.291 de finales del pasado mes de junio.

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Pero falta por hacer, especialmente en aquellos servicios más lastrados por el aumento desbocado de la demanda asistencial o por la complejidad de sus pacientes, como son, entre otros, Cirugía General y Digestiva, Urología, Traumatología o Cirugía Vascular, según admiten sus responsables.

Un flujo continuo

«Nosotros tenemos un condicionante extra, que es que tenemos muchos pacientes oncológicos, con patología maligna, y por ello no podemos solo centrarnos en reducir la lista de espera y la demora media, sino que tenemos que dar salida rápida y eficaz a a las cirugías de los pacientes con cáncer y el resto, lo no urgente, debe esperar», explica Aitana García Tejero, jefa de Cirugía General y Digestiva.

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«Tenemos mucho paciente con patología maligna y por ello no podemos solo centrarnos en reducir la lista de espera y la demora»

Aitana García Tejero

Jefa de Cirugía General y Digestiva

«Hoy nos morimos por enfermedades que antes no se llegaban a a padecer porque el ser humano fallecía antes»

Daniel Pascual Regueiro

Responsable del servicio de Urología

«Antes para la colocación de una prótesis se era más restrictivo, pero hoy es normal que lleguen pacientes con 50 y 60 años»

Jorge Martínez-Íñiguez Blasco

Jefe de Traumatología y Cirugía Ortopédica

«Hace 15 o 20 años a los mayores de 80 casi no se les planteaba una cirugía y hoy estamos operando a los de noventaytantos»

Emma González González

Jefa de Cirugía Vascular y Angiología

En su caso, como en otros departamentos, la pandemia provocó un drama añadido, con algunos diagnósticos tardíos por el retraso en pruebas como colonoscopias y gastroscopias. «Siempre procuramos que los pacientes con un cáncer estén operados en un mes y, a poder ser, antes de tres semanas. Pero claro, eso nos obliga a adaptar el resto de cirugías, que no son pocas: esófago, estómago, intestino delgado y grueso, toda la patología del ano y de la proctología, hígado, vesícula, páncreas, mama, glándula tiroides, glándula suprarrenal, todas las hernias… No solo estamos operando lo acumulado, sino que esto es un flujo continuo y los pacientes no dejan de llegar», admite.

Con muchísimo esfuerzo y decenas de horas extras, el servicio ha logrado dar un vuelco a la situación: «Ahora estamos en un nivel muy adecuado respecto a otras comunidades, la demora media quirúrgica está en 61 días y tenemos que intentar seguir bajando, pero en vez de hablar de números yo prefiero fijarme como reto que nadie espere más de lo que debería esperar, no más de tres semanas para los pacientes oncológicos y tres meses como máximo para la patología benigna», concluye la doctora.

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Priorización

En el servicio de Urología la incidencia oncológica también marca su agenda quirúrgica. «Tras el covid nos encontramos casos más evolucionados por ese retraso en las pruebas y al final las patologías de carácter benigno tuvieron que atrasarse, por eso en estos últimos meses se ha hecho ese esfuerzo extraordinario», destaca Daniel Pascual Regueiro, responsable de Urología en el San Pedro.

«Muchas son patologías benignas que pueden esperar y en muchos casos es el propio paciente el que tiene que tomar la decisión de operar en virtud de la molestia, como por ejemplo en los casos de hidroceles, acúmulos de líquido en la bolsa escrotal. En el lado contrario, las personas con patología oncológica no esperan y se programan en el primer mes desde el diagnóstico; y en medio, las patologías benignas pero que alteran la calidad de vida del paciente, a las que lógicamente damos preferencia», detalla el urólogo, quien aporta una novedad al debate: «En la evolución de la medicina se ha visto que hoy nos morimos por enfermedades que antes no se llegaban ni a padecer porque el ser humano fallecía antes. El otro día operamos a un paciente de 100 años. El envejecimiento provoca un evidente incremento en la cifra de pacientes y vemos mucho volumen de patología tumoral, el cáncer de próstata es el cáncer más frecuente en el hombre y conforme nos hacemos mayores su incidencia es más alta», remacha el doctor Pascual.

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En Traumatología y Cirugía Ortopédica saben muy bien lo que supone que los riojanos vivan más años y, además, que lleguen mejor a edades avanzadas. «El envejecimiento provoca que haya más patologías y lesiones degenerativas, que son muy prevalentes y requieren de prótesis. Pero es que además de envejecer más, las personas hoy envejecen mejor y, evidentemente, quieren estar bien y muchos pacientes con más de 80 y más de 85 años piden una prótesis o sustituir la que llevan porque es lo que les está limitando su vida», detalla el jefe del servicio, Jorge Martínez-Íñiguez Blasco, quien añade que «también hay más pacientes jóvenes porque hay nuevas técnicas de recuperación rápida y las demandan cuando antes no optaban por el quirófano».

Con la pandemia, su actividad quirúrgica, sin patologías de urgencia, se paralizó casi absolutamente y su demora media pasó de 38 días a 180 días. Gracias al plan de choque y a los conciertos con Viamed Los Manzanos y la clínica Montpellier de Zaragoza hoy está en 78 días y una lista de espera de 1.281 pacientes, en su mayor parte para prótesis de cadera y rodilla, cirugías por patologías del pie y reconstrucción de rodillas, sobre todo meniscos, ligamentos, etc... «Antes para una prótesis se era más restrictivo, pero hoy es normal que lleguen pacientes con 50 y 60 años y, claro, luego hay recambios porque su vida útil media es de veinte años. Con la edad también hay más casos de osteoporosis y fracturas alrededor de la prótesis, lo que obliga a recambios complejos, que consumen muchas horas de quirófano», resume el traumatólogo.

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Pacientes nonagenarios

El covid y el envejecimiento han sido también compañeros inseparables del servicio de Cirugía Vascular y Angiología que dirige la doctora Emma González González. La pandemia llevó su demora media de 50 y pico días a 149 días. Hoya ya está en 71.

«En nuestro caso lo urgente es lo arterial: la patología isquémica de miembros inferiores, los aneurismas de aorta, tanto torácica como abdominal; y luego las estenosis carotideas, que son la causa de los ictus. Ahí está nuestra prioridad y lo que se nos va quedando en lista de espera es la patología venosa, por ejemplo las varices, que pueden esperar salvo que haya una úlcera o hayan tenido un cuadro de varicotrombosis», detalla la especialista.

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«En la arterial vamos prácticamente al día, según va diagnosticándose se va operando, generalmente en menos de un mes; y la patología venosa se deja para la tarde o en huecos que quedan en el parte programado de la mañana, pero la demora es de cuatro o cinco meses», señala la doctora González, que cita como una de las claves «el desarrollo de nuevas tecnologías de cirugía endovascular, cirugías menos y invasivas o agresivas, que hacen que podamos operar a pacientes que hace 15 años no nos planteábamos meter a quirófano. Hace quince o veinte años a los mayores de 80 años prácticamente no se les planteaba una cirugía y hoy estamos operando a los de noventaytantos».

Luis Ángel González, gerente del Servicio Riojano de Salud (Seris). S. T:

«El bloque quirúrgico gira alrededor de un eje clave, anestesia, y hay déficit de especialistas», advierte el gerente del Seris

En su apuesta personal y uno de los retos prioritarios de su gestión. El camino recorrido le gusta, pero sabe que el repecho hasta lograr la actividad quirúrgica que se merecen los riojanos va a ser empinado. El gerente del Servicio Riojano de Salud (Seris), Luis Ángel González, no se queja de los déficit para los que no hay solución mágica, cita en especial la falta de especialistas en Anestesiología, y, por ello, se apoya en los números para dar por buena la apuesta por el plan de choque.

«La demanda asistencial ha aumentado muchísimo en todos los servicios, tanto médicos como quirúrgicos, y lógicamente eso se traduce en un aumento en las listas de espera y en la demora», admite el doctor González para incidir en que «nuestro objetivo no es otro que equilibrar la demanda con nuestra actividad en jornada ordinaria y la extraordinaria y con los conciertos con la privada para ponernos en unos tiempos razonables y responsables con todos los riojanos. Para ello echaremos mano de todos los recursos a nuestro alcance».

El gerente da por buena la rebaja en la demora media, «de los 123 días de hace un año hemos bajado a 62, prácticamente la mitad», pero no se conforma: «Las herramientas son muy claras y quiero aprovechar para agradecer enormemente el excepcional trabajo que han estado haciendo nuestros profesionales en su jornada ordinaria y además de forma extraordinaria por las tardes y los fines de semana; han estado luchando para lograr bajar de forma contundente las listas de espera y la demora», les felicita para fijar una nueva meta exigente, el retorno a los 44 días de noviembre de 2019. «Ese es el reto, pero va a costar porque estamos con una situación compleja, no solo por el crecimiento de la demanda derivada por el covid, los nuevos diagnósticos, los avances en las técnicas quirúrgicas y la cronicidad por el aumento de la edad de los pacientes, entre otros, sino que tenemos otro ítem que nos está haciendo mucho daño, que es la escasez de recursos humanos».

Y pone apellidos a ese déficit: «El bloque quirúrgico gira en torno a un servicio que es especial, esencial, que es anestesia. Quien abre los quirófanos para que el resto de las especialidades quirúrgicas pueda trabajar son los anestesistas. Yo puedo tener 50 urólogos y 40 traumatólogos, pero como no tenga anestesistas no puedo abrir los quirófanos», asevera, para señalar que «hay una carencia estructural de anestesistas, no solo en La Rioja, sino en todas las comunidades de este país, así que tenemos que ir con lo que hay».

Con entre 40 y 45 anestesistas en plantilla orgánica en el Seris, las bajas, las reducciones de jornada, las excedencias, los descansos y las vacaciones merman la cifra real hasta la treintena según épocas. «Ahí es donde llegan los problemas, pero vas a la bolsa de trabajo para ver la posibilidad de hacer contratos, pero no hay especialistas, así que no queda otra que gestionar de forma adecuada los recursos que tenemos para poder dar cobertura, por orden de prioridad, la actividad quirúrgica», advierte Luis Ángel González, quien no olvida un hito programado y no muy lejano que será un gran apoyo añadido: «Hay un plan a medio plazo que nos va a ayudar, en dos años, con la ampliación del Hospital San Pedro con el nuevo edificio al lado de Enfermería y el Carpa, donde se construirán nuevos quirófanos para cirugía mayor ambulatoria, aunque insisto lo que necesitamos son anestesistas», concluye.

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