Carteles de algunos de los cotillones que se celebran en La Rioja este año. L. R.

Los cotillones no pasan de moda

Gran parte de los eventos privados organizados por discotecas y bares riojanos tras las uvas apuntan al lleno

Iñaki García

Logroño

Viernes, 27 de diciembre 2024, 20:02

No pasan de moda. Los cotillones siguen muy vigentes, sobre todo entre los más jóvenes, a la hora de elegir cómo vivir las primeras horas ... del nuevo año. La oferta es incluso más variada que antaño y la mayoría de los organizadores de esos eventos privados en La Rioja aseguran que se llenarán tras las uvas. El cartel de 'No hay entradas' lleva colgado en algunos desde hace semanas.

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Antiguamente, los cotillones parecían coto exclusivo para las discotecas. Eran las grandes salas de fiesta las que organizaban estos eventos, mientras que los bares y pubs nocturnos abrían como el resto del año, con la salvedad de que lo hacían hasta más tarde. Ahora, esa tendencia ha cambiado y cada vez resulta más complicado, sobre todo en Logroño, encontrar bares que no apuesten por esa fórmula de cerrar al público en general. En algunos casos, incluso, varios de ellos unen sus fuerzas para ofrecer cotillones conjuntos a los clientes.

También las ofertas han ido cambiando. Hace años la mayor parte de estas fiestas ofrecían barra libre. Ahora ya no es así. Unos pocos la mantienen y otros prefieren la modalidad de 'tickets', es decir, las entradas incluyen un número limitado de consumiciones. Así, los precios también resultan muy variados y van desde los 50 a los 90 euros, dependiendo de lo que se ofrezca. Eso sí, lo que no suele faltar en ninguno es la bolsa de cotillón y una recena que ayuda a hacer más llevadera la noche.

Víctor Riera es el responsable de Grupo Concept y en sus locales tiene dos modalidades de fiestas: las de las discotecas, Suite y Concept, y las de los bares, Stress y Boutique. «En las primeras hacemos cotillón y en los segundos lo que hacemos son bonos para los clientes, no lo llamamos ni cotillón», cuenta. En ninguno de los casos, la oferta incluye barra libre. «Creemos que lo mejor es ofrecer unas copas de calidad, pero con un tope», apunta para después señalar que la gente que va a sus fiestas tiene una edad de entre los 18 y los 33 años, aproximadamente. «Creo que la edad ha bajado bastante en los últimos años y que la gente de 40 para arriba va a los bares en los que alterna el resto del año», opina.

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«Algo diferente»

El público joven es también el principal en otras fiestas como la de Bïbe, del The Hangar, enfocada tradicionalmente a los universitarios. De igual manera, en muchos de los bares de la plaza del Mercado esa es la edad mayoritaria. En esa zona de ocio nocturno de Logroño lo que se estila últimamente en los cotillones de varios bares. Diego Elías es el responsable de cuatro de ellos (Colors, City, Funky y Shot) y él sí que se ha animado a ofertar barra libre en todos ellos. «Tienen una pulsera de acceso y pueden entrar donde quieran», explica. «Lo hago así porque pienso que la barra libre es un aliciente más, aunque la entrada sea algo más cara», añade.

También se han dado la mano el Cuatro Cantones, el Paripé, La Celosa y el Warhol, otros cuatro establecimientos de la plaza del Mercado. Eduardo Jiménez lidera algunos de ellos y en su caso lo que ofrecen son dos consumiciones cada uno de los bares (ocho en total). «Es el segundo año que nos juntamos y desde finales de noviembre no tenemos entradas», se congratula al tiempo que afirma que la edad, en sus locales, sube con respecto al resto del año. «Creo que los de 18 o 20 van más a las discotecas, nosotros tenemos una media de unos 30 años», comenta. «La gente está encantada de hacer algo diferente en esa noche», finaliza.

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De las palabras de todos se desprende que el éxito de los cotillones es innegable. De hecho, se organizan también fiestas similares en espacios como el Moderno, donde se ofertan dos espacios diferentes. También en la Sala Fundición hay fiesta privada, aunque sus responsables apuestan, como el resto del año, por la música en directo. «Buscamos hacer algo diferente a lo del resto de cotillones y con la Orquestina Anarcoyéyé, una de las bandas más divertidas de La Rioja, conseguimos ese objetivo», asegura Sergio Pérez. «El perfil de la gente que viene es similar al del resto del año, es decir de 35 años para arriba, y lo que queremos es darle algo distinto y de calidad para que cante, baile y se lo pase bien; se crea muy buen ambiente», concluye.

«Las entradas se agotaron en media hora»

Uno de los cotillones con más solera es el de Restaurante Barros. «No sé decir cuántos años llevamos con él, pero a lo mejor cerca de 30», afirma Nuria Sáenz, gerente del establecimiento de Lardero. Mucho tiempo celebrando esa fiesta por el nuevo año y, según cuenta la responsable del negocio, sin perder un ápice de éxito. «Sacamos las entradas un día de octubre a las nueve de la mañana y media hora más tarde ya estaban agotadas», asegura Sáenz. «Después abrimos la lista de espera y han estado apuntadas 400 personas», añade.

Este cotillón es uno de los que mantiene la barra libre. «Además, cada grupo tiene su propia mesa», destaca la gerente, quien recuerda que también ponen servicio de autobuses. «Desde Logroño, desde Lardero y, como mucha gente viene desde Navarrete y Fuenmayor, también ponemos desde allí», enumera. «Y antes de marcharse les damos un chocolate con churros para que se vayan medio desayunados», remata.

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