Las visitas al monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla, tendrán que esperar. Según indicaba ayer el prior de los Agustinos que regentan el cenobio, Pedro Merino, «de momento seguimos sin saber cuándo se abrirá para las visitas». Por ahora, «sí que abrimos al culto la iglesia, porque hoy (por ayer) es Santa Rita, una santa de nuestra orden agustina y, por tanto, hay que atender a los devotos. Con todas las garantías necesarias, vamos a celebrar la eucaristía».
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La clave de la apertura no estará tanto en los avances que se vayan sucediendo en cuanto a la relajación de las normas del confinamiento domiciliario de los riojanos, sino en que «esa disminución de las normas permita a los habitantes de otras provincias poder viajar fuera de su territorio y por lo tanto nos puedan visitar», ya que «el potencial mayor de nuestras visitas procede de los turistas que vienen de otras comunidades».
El prior considera que la apertura en estos momentos no sería una buena alternativa. «No hemos pensado abrirlo exclusivamente para los riojanos, porque entendemos que no hay público suficiente y hay que dar un servicio que acumula gastos», que habría que sumar a los que «tenemos que soportar estos meses sin ingresos, por lo que sería añadir a ello el coste de las nóminas de nuestros seis trabajadores, sin que se recupere lo suficiente». Por ello, Merino piensa que «tenemos que medir bien los pasos para poder abrir de nuevo».
En la cuna del idioma castellano, principal reclamo de los monasterios de San Millán de la Cogolla, trabajan seis personas contratadas por la comunidad de frailes agustinos que se ocupan de la custodia y gestión del monumento.
Son las personas que reciben a los miles de visitantes que llegan cada año para, no solo recorrer las estancias donde quedaron para siempre impresas las primeras glosas en el idioma que ahora hablan muchos millones de personas por todo el mundo, sino para poder admirar en él una obra arquitectónica singular y repleta de historia y de arte.
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Por lo demás, el monasterio, a juicio de su prior, no cree que vaya representar muchos problemas a la hora de su reapertura al turismo. «Nosotros, en cuanto a cubrir aspectos respecto al aforo, no tenemos problema porque es un espacio muy amplio que nos da cierta versatilidad si hay que reducir el número de personas de los grupos de visitantes, algo que tendremos que saber antes de organizarlo todo».
Tampoco considera que se puedan presentar inconvenientes «si se trata de mamparas de aislamiento en la zona de recepción, porque ya las tenemos». Con relación a las protecciones individuales, «si se supone que cada uno tendrá que traer su mascarilla, probablemente lo que nosotros tendremos que facilitar es el gel desinfectante, pero eso son cosas que nos tendrán que decir, cuáles son las necesidades».
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También están pendientes de que se les instruya acerca de las medidas de desinfección que puedan ser precisas antes de la apertura. «Por nuestra parte estamos tomando las medidas higiénicas que se vienen diciendo, habrá que saber y para ello estamos a la espera de lo que se nos indique desde la administración, por si es necesario que alguna empresa especializada realice alguna labor al respecto».
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