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Desde que terminó el confinamiento no han parado. Las clínicas de estética riojanas han visto aumentar en los últimos meses sus citas y algunas ya acumulan lista de espera de más de tres semanas. La facilidad para disimular los retoques faciales gracias a la mascarilla han animado a muchos a pasar por este tipo de intervenciones, la mayoría de ellas de tipo ambulatorio, sin pasar por el quirófano. «Cada vez se piden más retoques de párpados y nariz, son relativamente fáciles de realizar y arrojan muy buenos resultados, por eso la gente se anima a venir», resume el médico estético Dionisio Cabezón, que viene realizando en lo que llevamos de año una media de tres cirugías al mes en párpados (superiores) «cuando antes era algo mucho más espaciado».
Las ganas de verse bien en unos tiempos de incertidumbre está influyendo a la hora de tomar la decisión de acudir a uno de estos centros. Y muchos consideran que ha llegado la hora de retocar su nariz. «Lo que más estamos haciendo son intervenciones en las partes blandas, sobre todo afinar la punta. La parte de arriba, la del hueso, ha sido menos demandada porque requiere anestesia general e ingreso, y los hospitales no han estado para esto. Las intervenciones de mayor envergadura en la cara que requieren ingreso, como los estiramientos de piel, están siendo casi nulas», señala.
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Las intervenciones de las orejas también han adquirido un papel protagonista, más del que gustaría a muchos. Las gomas elásticas, explica el doctor, están siendo las responsables de crear un efecto de orejas más despegadas nada favorecedor. «La mascarilla tira para adelante las orejas en asa o soplillo pronunciando todavía más el problema y muchos han visto que era el momento perfecto para operarse», concluye el doctor, con una larga listas de pacientes de este tipo en las últimas semanas.
El auge de los tratamientos faciales también ha disparado el uso del ácido hialurónico o las inyecciones de 'bótox'. El médico estético, Miguel Sainz Benito, no duda en señalarlos como las 'estrellas' de todos los procedimientos estéticos. «Estamos haciendo muchos aumentos de labios y tratamientos del surco nasogeniano o arruga de la marioneta, son intervenciones que siempre dejan un pequeño hematoma y ahora se han podido disimular mejor gracias a la mascarilla», señala el especialista para quien, sin duda, el efecto mascarilla también ha atraído a muchas personas hasta su clínica a someterse a una rinomodelación con ácido hialurónico.
«Se están practicando muchas más intervenciones de este tipo y en general todas aquellas que quedan ocultas tras la mascarilla. Son tratamientos que siempre dejan un pequeño hematoma y ahora se han venido disimulando mejor», indica.
Durante la pandemia se ha valorado mucho más la salud bucodental y los dentistas han notado un aumento de pacientes en su consultas. El 'efecto mascarilla' y la oportunidad de llevar los tratamientos con mayor discreción ha sido fundamental, como explica Olga González, protésico dental y gerente de Clínica Chile, quien también se refiere al auge de los arreglos y la estética dental: «Se han hechos más implantes, se han puesto más carillas dentales, mejoras de algún diente..., antes no tenían tiempo, ni lo veían tan necesario, pero ahora con los ERTE y al disponer de más tiempos en general se está viniendo con más ilusión a hacer este tipo de trabajos». ¿Y quiénes son los que más intervenciones estéticas se hacen?: «Pacientes de 30 a 50 años, para implantes y otros trabajos acuden entre los 50 y 65». La pandemia, por otro lado, también ha puesto al descubierto más caries, desgaste de piezas y más bruxismo. «Se han hecho muchas férulas de descarga, la ansiedad ha afectado mucho».
Animados también por un postoperatorio más sencillo y discreto que antes, ha habido pacientes que han acudido al centro del doctor Sainz Benito a hacerse un aumento del mentón. «Hay quien lo tiene un poco retraído, pequeño, y ahora se puede aumentar con ácido hialurónico. He tenido varias chicas que han venido con este problema», cita el doctor, para quien no hay duda de que este 'boom' por la estética tiene que ver con la situación de tensión generalizada. «Ha habido muchos sufrimiento, las personas se han visto de repente encerradas en su casa..., y nos hemos dado cuenta de que esta vida en un momento se puede ir. Mis pacientes ahora lo que quieren es verse bien y recuperar la vida social», corrobora Sainz Benito, que desde que salimos del confinamiento no ha parado.
Sorprende, por otro lado, como viene constatando el doctor, la edad de los pacientes que se someten a estos tratamientos. Y es que ha descendido, situándose en una franja de edad comprendida entre los 30 y 60 años.
La pandemia del coronavirus ha supuesto una revolución también en las clínicas riojanas especializadas en tratamientos corporales. La mayoría no dan a basto y, como es el caso del Centro Rasus, han visto «multiplicar» la demanda de sus tratamientos, con lista de espera de hasta tres semanas en algunos de ellos. En este centro, con 8 años de andadura en la capital y especializado en intervenciones sin cirugía, lo que más se está demandando por parte de los hombres y las mujeres es el tratamiento llamado 'liposonix', que es básicamente una liposucción para eliminar grasa sin cirugía, aunque también está siendo muy demandado el lifting facial. De la misma forma han aumentado los lifting faciales 'hifu 3D', que ayuda a atenuar la arrugas y a hacer una fijación del músculo, pero como señala Jesús Sanz, el gerente de este centro estético, el tratamiento estrella es el conocido como 'ems-sculpt'. «Nos lo piden mucho, porque además de eliminar la grasa localizada, vale para tonificar los músculos y equivale a 20.000 abdominales», desvela.
Que la gente tiene ganas de verse guapa más que nunca lo corrobora también la especialista estética Susana Varea: «Ha habido un incremento de tratamientos faciales de todo tipo, aunque principalmente de rejuvenecimiento e hidratación y, a nivel corporal, ha aumentado la demanda de tratamientos reductores y anticelulíticos y reafirmantes». Entre ellos cita la criolipolisis, una técnica que destruye la grasa por medio del frío y que se ha convertido en una alternativa a la liposucción más clásica, sin cirugía.
Los que reclaman ese tipo de servicios en su clínica son tanto hombres como mujeres, pero el público femenino continúa siendo mayoritario. «Tenemos de todas las franjas de edades, desde muy jóvenes, de veintitantos, a más de 60, hay mucha gente jubilada que viene también a recibir estos tratamientos». «Todos lo hemos pasado mal y ahora con las vacunas la gente se ha animado más a venir, necesitan verse bien para tener un subidón de positividad y autoestima», resume.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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