Tres mil riojanos han visto aplazadas sus pruebas de detección de cáncer de colon por el COVID-19

El cribado de detección de cáncer de colon, admiten fuentes de Salud, es el único de los tres de estos programas (existe también uno de detección de cáncer de mama, puesto en marcha en 1993, y otro de cáncer de cérvix, en el 2018) que se ha visto postergado «hasta otoño», confirman desde Salud sin más concreción.

El último dato disponible, de mayo del 2018, señala que entre el 2010 (cuando se inició el programa) y hasta el 2017 se habían remitido más de 124.000 cartas a riojanos entre los 50 y los 74 años, edad diana del cáncer colorrectal. De las personas inicialmente contactadas en esos siete primeros años, tan sólo un porcentaje cercano al 40%, unos cuarenta y siete mil riojanos habían respondido al requerimiento, lo que arroja una cifra aproximada de siete mil riojanos que anualmente aceptan someterse a las pruebas de diagnóstico.

El protocolo es sencillo: si en un análisis de heces rutinario se halla sangre, se programa de inmediato una colonoscopia para descartar lesiones cancerosas (en la mayoría resultan ser pólipos benignos que se extirpan durante la propia prueba). En febrero de este 2020, Salud informaba que en una década el cribado de cáncer de colon había detectado más de 2.500 lesiones premalignas, de las que cerca de 220 habían derivado en procesos oncológicos.

Así las cosas, y sin que Salud haya comunicado datos actualizados, Diario LA RIOJA ha podido confirmar que al menos desde marzo (cuando cristalizó la emergencia sanitaria del COVID-19) no se han programado más de estas pruebas diagnósticas. En estos cinco meses dicha suspensión afectaría a hasta tres mil riojanos si se aplican proporcionalmente los últimos datos conocidos. Cifra que podría aumentar en más de un millar si no se retoman los protocolos antes del mes de octubre.

Lo que llama la atención es que el cribado de cáncer de colon sea el único suspendido hasta otoño, ya que en el caso del cáncer de mama y de cérvix, fuentes de Salud informan de que sí se están llevando a cabo «sin interrupción». Aunque desde la Consejería no se ha explicado los motivos para discriminar entre paralizar uno u otro programa, lo cierto es que el del cáncer de colon es el que peor respuesta de los potenciales pacientes recibe. De hecho, el de cáncer de mama cuenta con una gran acogida por parte de las usuarias convocadas, con un seguimiento cercano al 86%, siempre según RiojaSalud.