Sara García. JUSTO RODRÍGUEZ

«Si no fuera por el teletrabajo, tendría que renunciar a mi puesto»

Sara García | Correduría de seguros ·

Con tres hijos y sin colegios ni ludotecas, para García trabajar en casa supone «la única solución» para compaginar vida laboral y personal

Iñaki García

Logroño

Martes, 2 de junio 2020, 07:47

Sara García realiza labores de administración en Madorrán Corredor de Seguros. Tiene tres hijos y su marido, abogado, también ha tenido que realizar sus gestiones desde casa. Toda la familia se ha visto obligada a cambiar sus rutinas previas al coronavirus por otras muy diferentes. Por esa razón, ella tiene claro que actualmente el teletrabajo es su única salida para poder continuar con su labor profesional. «Si no me pudiera acoger a él, tendría que renunciar a mi puesto», asegura.

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Fernando Madorrán, presidente de la Asociación de Corredores de Seguros de La Rioja, indica que actualmente alrededor del 30% de los profesionales del sector en la región se encuentra teletrabajando. En su empresa, ese porcentaje se eleva al 50% y García es una de ellas. Lleva así desde el 17 de marzo. «Empezamos a preparar el proceso una semana antes aproximadamente, cuando los niños dejaron ya de ir al colegio», recuerda. «Al principio fue un poco complicada la adaptación, pero después ha ido todo muy bien y hemos podido hacer desde casa lo mismo que hacíamos en la oficina», añade.

Para García, trabajar desde casa es una tabla de salvación para poder compaginar la vida laboral con la personal. «Creo que es la única solución para las familias con hijos porque no hay clases, no hay ludotecas, tampoco puedes contar con los abuelos...», enumera. «El salón, eso sí, se ha convertido en despacho y ludoteca a partes iguales, pero esto me está permitiendo continuar al 100% con mi trabajo», se congratula.

«Al principio fue un poco complicada la adaptación, pero después todo ha ido bien y he podido mantener mi empleo al 100%»

Esas son para ella las ventajas del teletrabajo, pero también encuentra algunos inconvenientes a esta situación. El principal, no poder estar en contacto directo con sus compañeros. «Aunque tenemos un grupo de WhatsApp por el que hablamos constantemente, se echa de menos esa comunicación inmediata», reconoce. «Aparte, las jornadas laborales se alargan, usas tus propios medios y, en mi caso, tengo la espalda reventada porque me siento en una silla del comedor del salón», apostilla.

Pese a todo esto, García admite la utilidad del teletrabajo aunque cree que es más necesario en algunos sectores que en otros. «Por ejemplo, para mi empresa no me parece recomendable utilizarlo de una manera continuada», considera. «Aunque pienso que es algo que ha funcionado, que ha venido para quedarse y que puede resultar muy interesante para situaciones concretas en las que necesites quedarte en casa», remata.

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