El socialista Vicente Urquía, en cuarentena por coronavirus

Urquía, concejal del PSOE de Logroño entre 1995 y 2015, con responsabilidades de gobierno en el Ayuntamiento capitalino entre 2007 y 2011 y actual miembro de la Ejecutiva regional de los socialistas riojanos, mostraba los primeros síntomas de la enfermedad el pasado 10 de marzo, el día antes de que el Ejecutivo regional cerrase los centros educativos. Este mismo lunes le hicieron una segunda prueba para saber si se había recuperado, pero el martes le volvieron a comunicar que seguía infectado por el virus en cuestión.

«Empecé con algo de tos, a la que no asocié para nada con el coronavirus, pero ya por la madrugada comencé con la fiebre y, tras llamar a mi centro de salud, me remitieron al teléfono habilitado por el Servicio Riojano de Salud. Me tomaron la muestra el 13, y el 14 de marzo me confirmaron el positivo. Afortunadamente, eso sí, no he necesitado hospitalización y he podido estar aislado en casa. Mi familia ha sido la que me ha estado abasteciendo», explica.

El director general, que actualmente teletrabaja desde su domicilio, en el Casco Antiguo de Logroño, asegura que lo peor de todos estos días ha sido la preocupación inicial por todas aquellas personas con las que mantuvo contacto en los días previos a confirmarse su contagio. «Más que por mí, me inquietaba por ellos, por saber si había podido contagiar a alguien o no... desde mi familia a amigos y a todos aquellos con los que pude estar antes de todo. Ese domingo, por ejemplo, estuve en Torrecilla en Cameros comiendo con el alcalde Tomás Santos y con algunos viejos compañeros concejales como Pilar Criado y Atilano de la Fuente».

Por lo demás, explica, «no he estado malo del todo» y su tratamiento básicamente ha sido paracetamol para aliviar los síntomas. «Sí que en un momento dado tuve que ir al CARPA a hacerme una placa para descartar afección en el pulmón, pues notaba unas ligeras molestias, pero finalmente no fue nada... Aunque 29 días después sigo aquí, y eso puede generar cierta intranquilidad».

Vicente Urquía, de 57 años de edad, solo tiene palabras de agradecimiento para el personal sanitario que le ha atendido y, concretamente, para María José, su médica de cabecera del centro de salud de Rodríguez Paterna de la capital, «pendiente de mí en todo momento, con llamada telefónica diaria incluida, y a la que no puedo más que dar las gracias».