M. G.
Lunes, 29 de noviembre 2021, 12:41
Ómicron se ha convertido en el nuevo quebradero de cabeza de los epidemiólogos. La variante B.1.1.529 tiene un número «extremadamente elevado» de mutaciones que pueden convertirla en más contagiosa y reducir el efecto de las vacunas sobre ella. La OMS la define ... como una variante «de preocupación» cuando se ha demostrado que está asociada a uno o más de los siguientes cambios: aumento de la transmisibilidad o cambio perjudicial en la epidemiología del COVID-19; aumento de la virulencia o cambio en la presentación clínica de la enfermedad; o disminución de la eficacia de las medidas sociales y de salud pública o de las pruebas diagnósticas, las vacunas y los tratamientos disponibles.
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En Sudáfrica, donde fue detectada, la doctora que dio la voz de alarma asegura que la mayoría de sus pacientes tiene síntomas leves. Se quejan de fatiga extrema, de taquicardia o de fiebre, pero no pierden el olfato o el gusto, como ha sido habitual en otras mutaciones.
De todas formas, preocupan los efectos que puede tener en poblaciones vulnerables. Por eso, en Europa, se pide un esfuerzo en la vacunación. Los casos confirmados y sospechosos en Europa van a crecer cuando los países bajos completen el análisis de esos 60 positivos llegados de Sudáfrica.
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