Sanidad y comunidades pactan una Navidad con toque de queda y con viajes solo para reuniones familiares

El Gobierno de La Rioja mostró su satisfacción con el acuerdo, pero advirtió, no obstante, a través de una nota, que «se reserva la posibilidad de tomar las decisiones precisas».

El Ministerio de Sanidad y la mayoría de las comunidades –Madrid votó en contra y Cataluña se abstuvo– pactaron ayer el catálogo de normas y restricciones que regirán en la que probablemente sea la Navidad más extraña de la historia reciente de España.

El pacto suscrito habla de unas Navidades bizarras con toques de queda, aforos limitados en las mesas de Nochebuena y Nochevieja y sin cotillones para despedir este denostado 2020. Según aseguró el ministro de Sanidad, Salvador Illa, este listado de órdenes casi militares será de «cumplimiento obligado porque se inscriben en el estado de alarma y no hace falta publicarla en el BOE».

Finalmente sí habrá viajes entre comunidades estas navidades aunque exclusivamente para visitar a los familiares y allegados, además de por los motivos ya recogidos en el estado de alarma –laborales, médicos, cuidado de mayores o dependientes...–. Illa consiguió el respaldo mayoritario de las autonomías a su plan en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud después de que Sanidad rebajase su idea inicial de prohibir por completo los desplazamientos entre comunidades que no fueran por fuerza mayor.

El texto, por tanto, veta cualquier desplazamiento puramente turístico o de ocio y los viajes a segundas residencias. Lo que no establece el documento y no fue capaz de explicar Illa a pesar de ser preguntado de manera insistente es cómo se controlará que los desplazamientos sean efectivamente para ver a la familia, ya que es imposible supervisar el destino final de viajero y no se contempla, al menos por el momento, que las familias se expidan salvoconductos entre sí. El ministro se limitó a apelar a la «responsabilidad de la sociedad española, largamente acreditada en esta pandemia». De hecho, el plan detalla exclusivamente que serán «las comunidades autónomas y ciudades autónomas las que harán efectiva la limitación de la entrada y salida» en sus territorios.

El pacto también establece que el número máximo de personas (incluidos menores) que podrán reunirse en las fechas más señaladas será de 10, salvo que ya sean convivientes. Gobierno y comunidades pidieron, no obstante, de forma ferviente que provengan de solo dos burbujas, aunque no se prohibe que sean de más.

Finalmente, el otro tema clave abordado por la directiva de Sanidad es ampliar los actuales toques de queda hasta las 1.30 horas en las noches del 24 de diciembre, Navidad, y del 31, Nochevieja, pero «únicamente para permitir el regreso al domicilio, en ningún caso se utilizará esta ampliación horaria para desplazarse a diferentes encuentros sociales». No obstante, las autonomías podrían mantener la obligación de volver a casa antes.

Desde la Consejería de Salud se valoró, a través de una breve nota, «muy positivamente que se haya alcanzado un acuerdo mayoritario en el Consejo Interterritorial por el que se prevén medidas de salud pública frente al COVID para la celebración de las fiestas navideñas y en el que el llamamiento a la contención y la restricción de la movilidad es unánime».

En cualquier caso, el departamento que dirige Sara Alba no descartó posibles decisiones restrictivas al advertir de que «el Gobierno de La Rioja se reserva la posibilidad de tomar las decisiones que fueran necesarias, según los datos, la evolución epidemiológica y la presión asistencial de la comunidad, como hace cada semana, en próximos Consejos de Gobierno».

El estado de alarma vigente concede a las comunidades la potestad para adoptar decisiones más rigurosas que el plan establecido por Sanidad y, de hecho, varias, entre otras La Rioja, abogaron ayer por limitar la movilidad entre los territorios incluso para visitar a la familia y allegados, salvo en las fechas navideñas más señaladas. La propia Sara Alba, tras la reunión del Consejo de Gobierno, ya avanzó por la mañana que había consensuado con sus homólogos vasco, navarro y aragonés la decisión de «evitar, al máximo, la movilidad entre territorios, porque la combinación movilidad y COVID no es buena».