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Lorenzo Cañas, en su casa con un libro de recetas. L. C.
Coronavirus en La Rioja: «¡Ay, si yo pudiera hacer una buena salsa milagrosa!»

«¡Ay, si yo pudiera hacer una buena salsa milagrosa!»

En su casa cocina su hija, él estos días hace otras labores, además de desempolvar algunos libros de su gran biblioteca gastronómica

África Azcona

Logroño

Domingo, 5 de abril 2020, 09:59

A sus casi 74 años, el último Premio Nacional de Gastronomía hace estos días inventario de su vida, de su vida detrás de los fogones, porque como el mismo dice, si le sacas de la cocina, es hombre muerto. Y, bueno, muerto no, pero tocado algo está. Incansable en lo suyo y acostumbrado a que La Merced marque su ritmo vital, confiesa que estos días se le hacen interminables. Hasta madruga menos para que el día se le haga más corto. «Esto es muy duro, que no se pueda despedir a su familiar dignamente....».

– Le llamo a la hora de la comida, ¿está cocinando?

– En casa no cocino yo, sino mi hija. Hoy tocan judías verdes y unos filetes de pollo, otros días albóndigas... Siempre comida casera... Pero, perdona, antes de nada quiero hacer un inciso. Quiero, como ciudadano, mandar mi agradecimiento a todos los que están dándolo todo estos días, desde sanitarios y fuerzas del Estado hasta el que lleva el tomate al supermercado. Y también a vosotros, los periodistas.

«¡Ojalá se pudiera celebrar el reparto del Pez!, pero me temo que no va a poder ser..., si se juntan hasta 30.000 personas!»

– Muchas gracias en nombre de todos.

– Vuestro papel es importante. El otro día me llamó Pepe Rodríguez (Masterchef) preocupado, porque está recibiendo muchas noticias desde aquí y quería saber cómo estábamos. El está encerrado como todos.

– ¿Habla estos días con los colegas de profesión?

–Sí, hablamos mucho. Todos los días, que si Pedro Morán, de Asturias; Luis Alberto, de Casa Fermín..., pero también con mi hermano Francis, Echapresto, Ventura... Nos mandamos muchos WhatsApp.

– ¿Y cómo es su día a día?

– Soy madrugador, pero ahora menos. Desayuno una tostada de pan con aceite o jamón de york. Luego salgo a la terraza a dar vueltas. Desde que me operaron de la columna, para mí andar es fundamental. Hacía 8 kilómetros diarios. También me da por llamar a los míos, al equipo del restaurante, a l os camareros, la de la limpieza...

– ¿Comparte las tareas domésticas?

– Por supuesto. Por circunstancias, hemos coincidido en este confinamiento mi mujer y yo con mis tres hijas y dos nietas pequeñas, que no me dejan ver el telediario, lo único que me interesa, pero que me dan mucha alegría. Veo poco la televisión. Ellas quieren ver 'Pepa Pig'... Mi casa estos días funciona como una pequeña Merced. Una hija hace la comida, la otra plancha y la tercera, limpia. Y yo estoy ahí con mi mujer haciendo un poco de todo. Eso sí, por la noche siempre dejo el salón organizado.

– ¿Y disfruta de sus aficiones? ¿Cuáles son?

– Tengo una gran biblioteca de gastronomía, algunos muy antiguos. Estos días me ha dado por repasarlos, también algunos de los que he escrito yo. Y es curioso comprobar que hay platos que ya no se hacen. Ayer me dio por leer cosas de caza, menús de faisán o becada, que ya ni se ven. Fíjate, antes igual había 40 ó 50 recetas de este tipo.... encontré un volumen donde te enseñaban a hacer el pollo de 90 maneras, ahora con 4 ó 5 nos vale. Ha cambiado todo mucho, también encontré un dietario de cuando estudié fuera con anotaciones mías...

– ¿Habrá reparto del Pez? ¿Obrará un milagro?

– Pienso que no, mucho tiene que cambiar la situación. Ten en cuenta que se juntan más de 30.000 personas ¡Ojalá!, sería la mejor señal, además no cuesta mucho prepararlo, pero... Vivimos una situación difícil. no iba a ser nada y fíjate... ¡Ah, si yo pudiera hacer una buena salsa milagrosa que curara a todos los que están en el hospital! Pero no está en mis manos.

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