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La capacidad de contagio del coronavirus ha tenido uno de sus ejemplos más elocuentes en la actividad política riojana, donde el COVID-19 ha monopolizado el discurso incluso antes de decretarse el estado de alarma. En una réplica a escala regional del rifirrafe mantenido a cuenta de la gestión de la crisis por los principales partidos nacionales, sus sucursales en la comunidad han seguido un patrón parejo que ha aparcado temporalmente la tarea legislativa. El Gobierno de coalición haciendo valer la efectividad de las medidas implementadas o el volumen de pruebas practicadas. El PP, golpeando en el frente de la alta incidencia y el impacto en las residencias de ancianos, con un grupo parlamentario de Cs esforzado en hacer oír entre el ruido su versión más institucional. Solo la disputa educativa ha competido en protagonismo con la pandemia a raíz de la propuesta de eliminación de líneas en la enseñanza concertada, con un Luis Cacho situado en el centro de la diana no sólo por los concernidos que exhibieron músculo con una marcha masiva a finales de mayo, sino también por IU. El socio externo (e imprescindible)de Concha Andreu no ha dejado de blandir el acuerdo de gobierno exigiendo mayor valentía, en una tirantez que está por ver si se queda en requiebros dialécticos o trae mayores consecuencias.
La vida parlamentaria tampoco ha quedado exenta de las limitaciones formales obligadas por el confinamiento primero y la desescalada después. Una circunstancia que el PP ha sumado a su arsenal de críticas, censurando una paralización de la actividad que el Ejecutivo no se ha cansado de negar. Y como prueba, la ristra de comparecencias de los consejeros (algunos con múltiples intervenciones, de forma telemática y presencial) para detallar la tarea de sus respectivos departamentos para enfrentar la enfermedad.
La irrupción del COVID-19 ha trastocado también la previsión de profesionalizar de inmediato el Parlamento de La Rioja. Tras las tiranteces al respecto durante la anterior legislatura, el nuevo Presupuesto de la Cámara recogió la partida para dotar de una nómina a sus señorías. Una medida que se demorará para el próximo ejercicio tras el acuerdo para donar un millón de euros de las Cuentas de la institución en la lucha contra el COVID-19. También han frenado su curso los proyectos de ley comprometidos en el acuerdo de gobierno suscrito entre el PSOE, Podemos e IU. Un catálogo que incluyen desde la Ley integral LGTBI+ hasta normativas específicas en Agricultura, Familia, Menores, Violencia de Género, Juego, Participación o Igualdad cuyos trabajos deben ahora retomarse (o dar inicio) para cumplir los plazos marcados.
El colofón lo ha prestado la comisión de estudio para la recuperación económica y social de La Rioja tras la crisis del COVID-19 conformada en la Cámara y que también ha estado teñida por las divergencias de criterio entre los dos bloques del hemiciclo. En su caso, a cuenta del número de expertos llamados a aportar su visión o la designación de la también directora general de Transparencia, Nuria del Río, como presidenta del grupo. Un órgano en el que sí ha participado el PP, que previamente declinó tomar asiento en la Mesa Regional para la Reconstrucción Económica y Social de La Rioja que congrega a los principales agentes de la región en el marco de Riojafórum.
Los únicos dos plenos celebrados en este periodo han tomado el perfil de sesiones de control en los que Concha Andreu y la titular de Salud, Sara Alba, han copado los minutos ante el atril sobre el que también han desfilado reiteradamente los consejeros de Desarrollo Autonómico y Hacienda y, cómo no, Cacho. Todo ello, en torno a un escenario inédito donde las mascarillas, los geles y la limitación del número de señorías presentes para salvaguardar las distancias de seguridad han dominado las preguntas, interpelaciones y mociones posteriores a las que se han restringido los órdenes del día.
Una normalidad quebrada que está previsto recomponer con la celebración del debate del estado de la región fijado para los próximos días 25 y 26 de junio. El primero al que se enfrenta Concha Andreu desde su llegada al Palacete de Vara de Rey y que está llamado a marcar el pulso del resto del curso político y la posición de cada una de las fuerzas más allá del COVID-19.
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Sergio Martínez | Logroño
Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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